Atrapados

El laberinto (final)

Comió el tallo lentemente, y unos instantes después fue capaz de levantarse solo.

-¿Cómo sabías que iba a funcionar?-preguntó intrigado y a las vez sorprendido el chico de los ojos miel.

-No lo sabía, sólo... lo supuse.

-Bueno, ahora hay que enfrentarse al verdadero problema.-indicó el de los ojos castaños.

-¿Alguna idea?-preguntó el de los ojos verdes mirándome fijamente.

Me dirigí hacia los muros del largo pasillo pues mi vista había apreciado algo en ellos, mas no sabía el qué.

Al llegar vi que una de las piedras del muro sobresalía y algo me impulsó a presionarla. Al hacerlo observé que el polvo venenoso paró de caer y la piedra lentamente empezaba a avanzar. Era como una cuenta atrás.

-¡Corred! ¡Todo lo rápido que podais!

Empezaron a correr a gran velocidad y yo después de ellos. Desaparecieron detrás de una gran puerta y cuando estaba a mitad de camino me preocupé de no llegar a tiempo.

Llegué a la puerta y cuando me giré antes de cruzarla, lo último que vi de aquel laberinto fueron unos ojos rojos tan brillantes como intimidantes.

Este es el final del capítulo anterior, espero que lo hayáis disfrutado.