Capítulo 6

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Ambos se saludaron cómo debía de hacerse mientras su rostro cambiaba a uno más serio. Su padre le hizo un hueco para que ella pudiera entrar, encontrándose a su hermana y a su madre las cuales se giraron a mirarla con mala cara.
- Hasta que por fin llegas...iba a mandar a tu padre a buscarte en cualquier momento. ¿Dónde has estado? ¿Y con quién?-empezó a acribillarla con preguntas. Nerangti aún no se había ni sentado y su madre ya la estaba volviendo loca.
-Estuve cerca, por las palmeras de la cuarta isla colindante con Ilion.- comentó tratando de soñar lo más convincente posible, era verdad que había estado con su ilu, aunque no por mucho.
Su madre asintió mientras pasaba los cuencos sirviendo la comida en silencio. Se notaba molesta, Nerangti la había mentido pero no se sentía culpable, lo hacía por el bien tanto de ella como de sus amigos.
-¿Qué tal está Aonung?-preguntó su padre, curioso al recordar la relación de amistad que existía entre el hijo del Olo'eyktan y su hija mayor. -Pues no estoy muy segura, no hemos hablado últimamente.-contestó sincera. Escuchó el bufido de su madre mientras se llenaba la boca con la idea de no soltar ningún comentario al respecto, tal y como se lo había prometido a su pareja. -Deberías de preguntarle, pasar también tiempo con él, es tu amigo.-comentó cruzándose de brazos. Nerangti asintió mientras seguía comiendo. No pudo evitar mirar a su hermana, la cual seguía en silencio y con la mirada baja, sabía que la razón de su malestar era ella, y estaba cansada de su actitud.

-Bueno Mowang, anoche en la cena no dijiste nada y hoy sigues ignorándome, cuándo tienes pensado dejar tus celos de lado y comportarte.- bramó la mayor sujetando del brazo a su hermanita. Sus padres nada más comenzar el día habían salido a hacer sus tareas y estaban solas. Había llegado un "helicóptero" tal y cómo había avisado que lo haría el padre de las chicas y por órdenes del mismo no podían acudir al sitio, cosa que Mowang ya estaba tratando de incumplir cuando tenía su rumbo trazado hacia el lugar. -¿Acaso te importo?- preguntó bajando las orejas, la mayor estaba atónita-Obviamente Mow, ¿qué pregunta es esa?- la palabra atónita se le quedaba corta.
Mowang no respondió, por otro lado trató de zafarse del agarre de su hermana zarandeándose, cosa que habría logrado de no ser porque su hermana la tenía bien sujeta. -Suéltame. - demandaba la chica. -No, no tienes permiso para ir.-alegaba la joven tratando de no montar un escándalo. -Solo quiero ver a Kiri, suelta, me haces daño.- gritó haciendo que los habitantes de los alrededores las mirasen. Nerangti la soltó casi automáticamente aunque sabía que su agarre no era tan fuerte. La pequeña salió corriendo sin mirar atrás perdiéndose por entre las casas, la joven se cogió del pelo exasperada despeinándose. Ella solía tener el pelo suelto, era largo y ondulado, salvo cerca de su frente dónde le crecían dos trencitas a cada lado de las orejas y algunas sueltas por su melena acompañadas de cuentas de los colores del mar. A diferencia de su hermana, que tenía un moño hecho de trenzas y el resto del pelo medio suelto.

Sin pensárselo salió junto a su bolsita con frutas hacia la casa a la que tenían prohibido ir. Si su padre las pillaba, probablemente tendrían problemas y eso era lo último que le apetecía. Estaba harta de que su hermana siempre se escapara y de que después ella fuera la culpable por no hacer bien su papel de "hermana mayor". Una vez ya más cerca trató de divisar a la susodicha, cosa que no conseguía ya que a su vez tenía que pasar desapercibida, su enfado aumentaba por minutos mientras estrujaba su atuendo nuevo hecho de conchitas blancas y cuerdas trenzadas teñidas de amarillo. Una vez ya casi en la casa, a lo lejos divisó a su hermana la cual estaba al lado de Neteyam y de su padre, supo que ya era tarde para intentar evitar que fuera "encontrada", por lo que decidió retroceder y tratar de llevarle la frutilla a Kiri más tarde. ¿Cobarde? Probablemente, pero no deseaba ser reprendida delante de Neteyam. No le agradó que los tres estuvieran conversando, miles de ideas nefastas se le pasaban por la cabeza aunque no pudo seguir visualizándolas debido a que un choque la sacó de sus pensamientos.
-Lo siento, no estaba mirando.-dijo encontrándose con Aonung, el cual la miró de arriba abajo y siguió andando sin decir nada. Nerangti se sintió dolida ante su indiferencia. -Ey, para, ¿a dónde vas?-preguntó cambiando su rumbo comenzando a seguir al susodicho. - Que te importa.- le respondió sin prestarle más atención. Supo entonces que el muchacho estaba molesto con ella y lo entendía, no se habían hablado desde hacía días. -Aonung hablemos, por favor. -suplicó la mayor al chico, el cual detuvo su paso. Su cola estaba inquieta y sus orejas bajas, al igual que la dirección de su rostro. Ella lo alcanzó poniéndose a su lado, pero antes de poder formular otra palabra su brazo fue agarrado fuertemente por el joven y arrastrado rumbo al agua. Al principio se asustó, pero decidió dejar la cestita en el suelo y seguirle o intentarlo, pues su paso era bastante acelerado. Miró por última vez hacia sus familiares y hacia el chico que la volvía loca, dándose cuenta de que la estaba observando desde la lejanía. Escuchó cómo Aonung llamó a su ilu y en un movimiento rápido se montó y la sujetó aguantándola para que no se cayera por las prisas. Una vez que estaban alejados Nerangti supo el lugar al que se dirigían y era el mismo en el que solían verse con la pandilla del chico de vez en cuando, que consistía en unas cuevas no muy escondidas cerca de la tercera isla colindante de la zona. Dentró había miles de plantitas bioluminiscentes que volvían el lugar acogedor y agradable para charlar.

-¿Y bien? ¿Porqué me has traído hasta aquí?-preguntó al fin la muchacha observando el semblante serio de éste. No sabía descifrar la mirada cínica que le estaba dirigiendo, pero conocía a su amigo y sabía que por muy enfadado que estuviera jamás le haría nada malo. -Hasta que te acuerdas de mí...¿qué ocurre?¿tu novio ha pasado de ti?-preguntó irónicamente con un ápice de crueldad en cada sílaba. Nerangti lo miró muda, sin entender su hostilidad. -No es mi novio y jamás te he olvidado, eres tú el que cada dos por tres trata de deshacerse de los Sully.- exclamó la chica viendo cómo su acompañante giraba los ojos hacia la pared más cercana endureciendo su mirada. - Solo trataba de proteger a mi familia. -comentó por lo bajo. La joven soltó un suspiro largo mientras ambos compartían una guerra de miradas. -Son nuestros amigos, recuérdalo.- comentó acercándose a él. - Y tú eres mi mejor amigo, no lo olvides aunque a veces parezca que me haya olvidado yo. - añadió abrazándolo. Aunque al principio no lo aceptaba terminó rodeándola entre sus brazos con fuerza. se sentía culpable por haber pasado de él, pero debía reconocer en su interior que él tampoco había intentado retomar contacto. -Yo...lo siento también.- susurró él por lo bajo, como si tratara de que las olas no lo escucharan. La chica rió ante eso, sabía lo mucho que odiaba tener que reconocer sus fallos, pero cuando lo hacía, procuraba no volver a hacerlos.
Ella lo cogió del brazo mientras lo arrastraba hacia fuera. -No me puedo quedar mucho tiempo, tengo que volver pronto.- dijo mientras se preparaba para saltar al agua. -¿Luego nos veremos?-Preguntó Aonung quedándose en el sitio. -Claro, ¿aquí tras el eclipse?- le respondió Nerangti lista para hundirse. El chico sonrió y asintió con la cabeza antes de ver cómo desaparecía la chica. Su sonrisa desapareció.

Muchas gracias por leer, votar y añadir mi historia a vuestras listas de lectura, espero que la disfrutéis y sobretodo que os guste.
Bye byeee.

I SEE YOU...[Neteyam]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora