Capítulo 4

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  -Vinimos a preguntarte dónde lo viste por última vez.-comentó Nerangti acercándose lentamente hasta él. -Oh claro, no lo sabéis.- dijo soltándose y llevando sus manos a su cabeza. - Resulta de Aonung lo llevó más allá del arrecife.- Mowang se quedó extrañada ante tal información. -El sabe que tiene prohibido ir hasta ahí...-añadió por lo bajo aunque todos habían oído eso. Tuk empezaba a soltar lágrimas, cosa que hizo reaccionar a Neteyam quién la cogió en brazos para reconfortarla. -Tuk no te preocupes, ya verás que pronto estará aquí.- trató de reconfortarla la mayor mientras acariciaba su espalda. Nerangti abrazó por los hombros a Mowang, ambas sabiendo que no podían hacer nada si había salido del arrecife. De la nada se escucharon muchos gritos, de entre ellos lograron entender "han encontrado al chico". Nerangti y Neteyam se miraron, rápidamente el chico bajó a su hermana al suelo y los cuatro empezaron a correr hacia dónde se escuchaba el barullo.

Lo'ak estaba siendo regañado por su padre y por Tonowari, los cuales no daban crédito sobre el comportamiento del chico. Ambas chicas se despidieron del mayor y se fueron todos a sus respectivas casas. Una vez ahí, sus padres las estaban esperando, encontrándose con una Tronang no muy contenta.
-Masano, Ma sempul- saludaron ambas, sentándose delante de su madre nada más entrar. -¿Qué os había dicho hoy?- dijo la madre con la sangre hirviendo. Nerangti sabía perfectamente a lo que se refería y que esa pregunta no debía ser respondida. Ambas bajaron la cabeza y las orejas en señal de arrepentimiento. -"Tratad de no acercaros mucho a ellos..."-citaba lentamente- y lo primero que me cuentan es que te han visto con el hijo mayor subida a un Ilu.- Nerangti levantó la vista con los ojos como platos. ¿Quién la estaba espiando? ¿Su madre tenía a gente vigilándola? No daba crédito a lo que sus oídos estaban escuchando. Se ofendió.
-¿Tienes a gente espiándome?- preguntó molesta. Su cola empezaba a dar golpes en el suelo en señal de nerviosismo. -Ni que tu vida fuera tan increíble como para necesitar tenerte controlada.- bufó su madre - aunque viendo que me desobedeces debería de hacerlo. - dijo mostrando sus dientes.

Su padre se mantenía en silencio, con los ojos cerrados al lado de su mujer escuchando todo pero sin intervenir o al menos hasta ese momento. -Suficiente. Estoy al tanto de que ambas son amigas de los chicos ya que están ayudando a los hijos de Tonowari a que los nuevos se adapten. Tonowari ha mandado que los aceptemos y así será, ahora son nuestra gente al menos hasta que se vayan.- concluyó la conversación dando paso a la cena, la cual era ciertamente incómoda debido al silencio que se había formado, escuchándose el sonido de las olas. Nerangti entendía el terror de su madre, pero le parecía mal ese comportamiento, no estaba de acuerdo con que ella le prohibiera ver a su amigo...si tan solo supiera que sus dos hijas babeaban por el hijo mayor...

Ya al día siguiente, todos se habían reunido con la intención de saber cómo estaba su nuevo amigo. Lo'ak les comentó sobre su nuevo amigo marino, el cual resultaba ser Payakan, el famoso Tulkun desterrado y solitario. Ninguno de los presentes le había visto en la vida real aunque sí que conocían las historias que rondaban tan famoso nombre. Lo'ak no parecía feliz con el hecho de que le estuvieran reprendiendo por su nuevo amigo, pero sí que coincidían las hermanas con que ese animal era peligroso. No pasó mucho antes de que el joven se cansara y se fuera dejando al grupo atrás, sus amigos y hermano no lo presionaron, entendían que necesitaba un rato a solas, así que decidieron hacer ellos mismos sus propios planes. -Podríamos ir a ver el árbol de las almas, se que a Kiri le haría ilusión.-propuso Tsireya. La mencionada y Tuk se alegraron ante la idea, por lo que cuando todos terminaran sus obligaciones se verían ahí.
Nerangti y Mowang se fueron a su casa para realizar sus tareas. -Estás muy callada...-comentó la mayor caminando junto a su hermana. -Ayer estuviste con Neteyam.-dijo bajando sus orejas. No esperaba que esa fuera la razón de su molestia. -Si...¿y?- preguntó restándole importancia al asunto. Mowang paró de seco.
-Sabes que me gusta...ha sido a propósito ¿verdad?- dijo con lágrimas en los ojos. -Mowang, no iba con esa intención...-pero antes de que pudiera acercarse más su hermana pequeña la empujó acompañando el acto de un gruñido enseñando los dientes. Desapareció.

Los nuevos llevaban un día aquí y Nerangti ya se había peleado con su madre y ahora con su hermana por ellos. Por él. No le echaba la culpa, el chico no había hecho nada y mucho menos pensaba enfadarse con él. Entendía los sentimientos de su hermana, pero ella no podía hacer nada para evitar sentir lo mismo que su hermana por el mismo chico. Era su hermana mayor y como tal debía protegerla de todo mal, ¿pero cómo la protegería de sí misma?
Terminó rápidamente sus tareas siendo ignorada por su madre y hermana. En parte que se estuvieran comportando así con ella le parecía injusto, no podía evitar sentirse herida. No había hecho nada para merecer ese trato por parte de su familia y no quería que su mal humor aumentara los problemas.
Aunque se tiró al agua con intención de perderse en el bosque de algas, su corazón iba demasiado rápido debido al enfado que sentía, no podía bucear en esas condiciones. Nadó lo más rápido que pudo hasta unas rocas alejadas cerca de los confines del arrecife, los conocidos Atolones del arrecife, conocía una zona escondida debajo de unas rocas que formaban un puente que descendía hasta al agua. Una vez en el lugar se sentó para recuperar sus fuerzas, sintió dificultad al respirar por su nariz y se debía a que había estado llorando todo el camino. Su llanto se intensificó, sabía que ahí nadie la iba a escuchar y por ende no le importaba soltar lo que llevaba encima.

Ya le costaba mucho que su madre no viera con malos ojos sus acciones, puesto que la favorita desde su nacimiento había sido Mowang. Siempre la consentían y la culpa de todo lo que ocurría era de la imprudencia de Nerangti. Con la situación actual ya sólo le quedaba su padre, el cual no solía tomar ningún lado, cosa que Nerangti agradecía en el fondo. Obviamente que no podía mostrarse mal ante su familia, no podía defraudarlos y mucho menos ser una deshonra, por lo que decidió quedarse ahí hasta que estuviera más calmada. Neteyam hizo acto de presencia en su mente, las lágrimas pararon, pensó en lo mucho que le apetecía verle y sobretodo en éstos momentos, pero no deseaba que la viera débil, vulnerable. Daba por sentado que estaba enamorada de él, pero el hecho de que su hermana también lo estuviese le producía escalofríos. ¿Estaba mal intentarlo? ¿Que podría pasar? ¿Cómo reaccionaría su madre? Cerró los ojos para tratar de calmar el dolor de cabeza que estaba creciendo.

Era ya de noche por el eclipse, se empezó a levantar para irse a casa cuando de la nada luz que se acercaba en el horizonte llamó su atención. Ya cuando estaba casi delante de ella pudo ver mejor qué era, o mejor dicho quién.
-¿Lo'ak?

Muchas gracias a las personas que votan y comentan en la historia. Me ayudáis mucho a seguir, hace nada tuvo un examen y no pude conectarme a wattpad, pero ahora ya estoy de vuelta, eso si, pronto tendré alguno más, que no os parezca raro si no estoy.
En fin, muchísimas gracias y que disfrutéis la historia.

Muchas gracias a user823078106139 por comentar en los capítulos anteriores <3

I SEE YOU...[Neteyam]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora