Capítulo 7

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Nerangti volvió hasta su casa, dónde su padre y su hermana la esperaban. Por suerte para ella pensó en lo afortunada que era de que no estuviese su madre, ya que sabía que en ese caso podría estar en problemas más serios. Su padre era estricto, pero la comprendía mejor. Se saludaron mutuamente los tres. -¿Dónde estabas? Mowang se había ido y tu desaparecida...¿y si le hubiera pasado algo?-comentó en un tono fuerte e imponente. -Lo siento papa, le dije que no se fuera hasta allá mientras yo iba a hablar con Aonung.- comentó mirándola severamente. Su padre se quedó en silencio mientras observaba a las dos chicas. -Eso es mentira.- dijo la más pequeña. -No lo es, de hecho luego he quedado con él...te dije que no fueras, te dije que papá no te dejaba ir y aún así fuiste ¿que pretendes que haga? ¿Acaso quieres que te ate a nuestra casa?-empezaron a gruñirse ambas. -Eh eh, más vale que os tranquilicéis las dos. Sois hermanas por el amor de Eywa, ¿qué comportamiento es este? Nerangti, eres la mayor, deberías de darle ejemplo, no ser como ella. - cada palabra que soltaba dolía más que la anterior. Las chicas bajaron las miradas al suelo, Mowang se puso a llorar y aunque la mayor deseaba hacer lo mismo, se mantuvo firme.

-Escuchadme ambas y escuchadme bien porque no lo repetiré ni una sola vez más. Mowang, Nerangti es tu hermana mayor y se preocupa por ti, cuando te pide que no hagas algo es porque papa o mama le han pedido que te lo diga, o porque ella ha visto que es peligroso. Te quiere tanto como nosotros y es por eso que se preocupa de que estés sana y salva, ¿vale?. Por otro lado, Nerangti aunque muchas veces tu hermana pequeña te ponga nerviosa y se enfade contigo, recuerda que ella aún no entiende porqué haces lo que haces y no es capaz de ver lo mucho que la quieres. Dale tiempo y ten paciencia con ella, tu a su edad eras igual de rebelde, dale ejemplo y se una mejor versión no solo para ti, sino también para ella. ¿Entendido?- ambas asintieron sin mirarse. Poco después su padre se fue a realizar sus tareas dejando a las hermanas solas. -Lo siento, no debí decir esas cosas.- se disculpó Nerangti mientras buscaba con su mirada a su hermana, la cual estaba en su cama. Su hermana permaneció en silencio, tampoco esperaba mucha reacción por su parte, se sintió culpable por lo que había dicho, a veces era demasiado impulsiva y no medía sus palabras consiguiendo herir los sentimientos de los demás. Ya había terminado sus tareas y las de Mowang en un intento de reconciliación. Salió de su hogar justo cuando el eclipse empezaba y todo el arrecife empezaba a oscurecerse, decidió hacer tiempo hasta tener que verse con Aonung, se acordó entonces de Kiri y decidió llevarle la frutilla.

Una vez delante de la puerta se quedó estática con su bolsita, esperando a que le dieran paso para entrar. Se encontró con Tuk y Kiri en el suelo sentadas y a quién ella daba por hecho que eran sus padres. -¡Nerangti!- gritó la más pequeña corriendo hacia ella y abrazándola. Sus padres se pusieron de pie y la saludaron, ella les devolvió inmediatamente el saludo. -Encantada por fin de conoceros en persona. Neteyam me contó que Kiri estaba enferma, por lo que vine a traerle frutillas para que se ponga mejor y gane fuerzas. - explicó extendiendo su bolsita hacia sus padres para que ellos decidiesen si aceptarla o no. -Oh, muchas gracias.- contestó Jake mirándola con una mirada que expresaba gratitud, sabía que Kiri había estado alicaída debido a Aonung y entendía la reacción de sus padres. No pudo evitar fijarse entonces en los padres de las chicas una vez que le habían permitido pasar, aunque ambos llevaban puestas prendas características del clan Metkayina, aún conservaban ciertos accesorios que no se correspondían a su clan y ciertamente le llamaban la atención. El collar de Neteyam le vino a la cabeza.

-No tenías por qué hacerlo, Nerangti.- anunció Kiri mientras abría la bolsita e inspeccionaba las diferentes frutas. -Claro que sí, mira, te he traído frutas de diferentes zonas y sabores, no sabía si te gustan dulces o agrias, así que te he traído una de cada plantación que tenemos para que puedas decirme después cuál te gusta más.- respondió mirando las frutas y señalándolas conforme iba hablando.
Kiri le agradeció de nuevo mientras Tuk husmeaba su bolsita, la cual le había parecido curiosa y bonita. -¿Y ésto?.- preguntó la pequeña mientras sacaba una conchita rosa. -Oh, es una concha, la encontró Neteyam.- comentó haciendo que ambos progenitores empezaran a prestar más especial atención a la conversación de las chicas. -En realidad, tu la cogiste primero, así que te pertenece.-añadió el susodicho realizando una entrada inesperada en la conversación en el momento en el que entró a su hogar de repente. Nerangti se asustó por su repentina intervención, aunque se sintió bastante feliz de verle, su cola se movió entusiasmada por su presencia, cosa que no pasó desapercibida para los padres que se encontraban presentes en la escena y la observaban ciertamente divertidos. Neteyam se agachó con las chicas abrazando a Tuk la cual en cuanto llegó se le tiró encima, la muchacha no pudo ver la escena de los hermanos bastante enternecedora.

Recordó a su hermana y que seguía enfadada con ella, cosa que la entristeció puesto que no tenía la relación que tenían ellos y eso le causaba cierta envidia. Jamás sería tan buena hermana mayor como Neteyam con sus hermanos menores y aunque lo fuera Mowang jamás la trataría así. Era una idea que la chica tenía muy presente en su día a día, por lo que había abandonado el plan de intentar ser un ejemplo a seguir o un referente para su hermana y había dejado que su madre ocupase ese lugar. Neteyam y ella se miraron y vió cómo le sonreía mostrando delicadamente sus dientes, cosa que no pudo pasar por alto. No supo cuánto tiempo estuvieron mirándose de esa manera, analizando el semblante el uno del otro, desplazando la mirada por cada facción de sus rostros. Los ojos azul cielo de Nerangti miraban delicadamente los llamativos ojos amarillos de Neteyam, tratando de ver más allá de ellos, como si pudiesen hablarle y contarle todo lo que habían visto éstos quince años. Un destello anaranjado en ellos la sacaron de su trance, el eclipse estaba terminando y debía marcharse. Se giró para mirar hacia afuera para ver cómo el cielo empezaba a clarear, volvió a girar su mirada hacia Neteyam, quien la observaba tranquilo, con los ojos entrecerrados y un semblante bastante relajado. -Me tengo que ir, lo siento mucho. - comentó levantándose y poniendo rumbo hacia fuera. -¡Espera!- exclamó el mayor cogiéndola del brazo ocasionando que los presentes se giraran a mirarlos. Nerangti notó su mano cálida a diferencia de cuando la notó por primera vez. -¿A dónde vas? ¿Luego podemos quedar?-preguntó sin soltarla.

-¡Neteyam! Así no...- exclamó Neytiri.

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⏰ Última actualización: Jan 27, 2023 ⏰

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