Podría mentir y decir que el martes siguiente todo se había solucionado.
Pero el único detalle es que no hubo otro martes.
Le había enviado varios mensajes a Este, ella me había contestado hasta el sábado.
Nada el domingo.
Nada el lunes.
Una preocupación me invadió pero la apacigué con pensamientos positivos. "Este a veces tardaba en contestar", "quizás su celular se rompió", "quizás ha querido desconectarse un tiempo", "tampoco yo debía estar todo el tiempo pendiente de mi amiga"
La única certeza es que el martes nos veríamos otra vez y ahí podría preguntarle todo.
Todo se arreglaría el martes.
Ese "todo se arreglaría el martes" fue mi manera de despejar mi mente paranoica, de convencerme de que esto no era una novela policial, de que todo estaba bien.
Todo se arreglara el martes, el Olive Garden...
[...]
Pues no, Este no estaba aquí.
Martes, por la noche, en el Olive Garden, eran las 7 PM.
A las 7:15 PM no llegó, pensé que se pudo haber retrasado.
A las 7:30 PM no llegó, decidí ordenar lo de siempre para que cuando ella llegara tengamos todo servido.
A las 7:50 PM llegó la orden pero Este no había llegado aún.
Eran las 8:15 PM cuando verdaderamente me preocupe.
Marqué su número pero no respondió.
¿Dónde estás Este?
Opté por llamar a su hermana.
"Tay, que sorpresa", respondió ella del otro lado de la línea.
"Hola, Dani, ¿cómo estás?"
"Bien, cansada, pero bien"
"¿Este está contigo?", fuí al grano, no quería ser descortés pero necesitaba saberlo.
Tenía un muy mal presentimiento.
"¿Conmigo?, ¿un martes a las 8 PM? ¿no está contigo?"
"No ha llegado", dije.
"¿Haz llamado a su trabajo? Quizás aún sigue allí"
"No lo había pensado, Dani, gracias, haré eso"
"Bien, está bien ¿la haz llamado a ella particularmente?"
"Como cuatro veces"
"Demonios", maldijo "¿Dónde se habrá metido? ¡sí, ya voy!", gritó Danielle "lo siento, Tay, debo irme. Mantenme en con... ¡que esperes un minuto, te digo!"
"Está bien, Dani, muchas gracias" colgué rápidamente.
Marqué el número del trabajo de Este a una velocidad inimaginable, cuando coloqué el celular en mi oreja me di cuenta que estaba temblando.
Este no está aquí.
"¿Hola?", me atendió una voz del otro lado de la línea.
Su respuesta era la misma que ya me imaginaba en mi cabeza.
Este no está aquí.
Ni en su trabajo.
O en cualquier lugar.
Mi mente pensó en solo una cosa, muy retorcida, pero me era inevitable no pensarlo.
Edward le había hecho algo.
Creo que él lo hizo... pero no puedo probarlo.
Me armé toda una posible situación, sin embargo quise seguir aferrándome a la idea de que Este estaba sana y salva durmiendo en su cama para recuperarse de toda esta situación.
Volví a llamarla, solo por si acaso.
"Hola, soy Este, ahora estoy ocupada para contestar, pero deja un mensaje en el contestador", habló su contestadora de voz.
Mis piernas comenzaron a temblar porque no paraba de acecharme la idea de que algo de mayor magnitud estaba ocurriendo.
[...]
Pedí si me podían embolsar la comida para llevar y me dirigí rápidamente de vuelta a mi auto para ir a la casa de Este.
Sentí que el mundo me estaba jugando una broma pesada porque vi las luces apagadas, ningún auto, ninguna señal de Este o de Edward.
¿Qué debo hacer?
No me puedo quedar de brazos cruzados cuando ella no me está contestando y no hay rastros.
Me fui a la comisaria del pueblo, a buscar algo que me ayudara, necesitaba encontrarla y ver que estaba bien o que al menos alguien me lo dijera.
Sin embargo cuando llegué allí me encontré con la persona que menos me esperaba...________________________________________
Holaa!
La verdad es que no sé muy bien qué poner acá así que solo les digo que espero que lo hayan disfrutado.
Recuerden que si gustan pueden seguirme en instagram @secretsgoldenn
Saludos!!
ESTÁS LEYENDO
No body, no crime
ContoLa venganza siempre toca la puerta, solo que no muchos tienen agallas de abrirla. Lo hecho hecho está, y por ahora me gustaría que cada persona que leyera este pequeño relato se quede pensando en su percepción de lo que cree "bueno" o "malo". Porque...