-Entonces trabajas en la ópera- lo había supuesto desde el inicio, una sonrisa de satisfacción aparece en mi rostro.
-Nunca he dicho eso.
-Entonces, ¿por qué estás involucrando a su personal en mi enseñanza y pides descuentos para sus trabajadores?- Se ha quedado mudo, ups, creo que fui muy lejos -Oye, lo siento, no quise ser impertinente, no fue mi intención- mi rostro ahora luce preocupado, él acaba de darse la vuelta para continuar a la salida, siento que no tengo el derecho de volverlo a detener.
Se detiene antes de cruzar el umbral -Buscarás a la señora Giry de 10 a 13 los días que no haya función para recibir tus lecciones, en cuanto aprendas lo básico yo te enseñare lo demás, así no te tendré tanto tiempo en mi teatro- me dice sin voltear a verme y prosigue su camino.
-Bueno mi estimado, no sé tu nombre- me dirijo al hombre del bigote mientras me trae otra cerveza -yo soy Gabriel, un placer- extiendo mi mano la cual es ignorada.
-Me llaman el Persa, ¿piensas quedarte aquí?
-¿No puedo? Me ofreció pagar por mi consumo, nunca específico que tenía que ser en su presencia- doy un trago. -¿Cómo se conocieron? ¿Son buenos amigos? ¿Cómo es él? ¿Por qué se cubre?
-Eres bastante entrometido, eso te traerá muchos problemas.
-No tienes ni idea de lo que he vivido- le contesto con una gran sonrisa.
-Solo te diré esto para cuando lo vuelvas a ver, no lo toques, y mucho menos intentes quitarle la máscara- el tono con lo que me lo dijo fue bastante amenazante.
-Te doy mi palabra, ¿me sirves otra?
En mi vida imaginé que tomaría clases de canto, pero necesito hacer esto. Soy un idiota, por fin se me hizo poder verlo, ni me presenté y ni supe su nombre. Me dio horario para tomar las clases pero nunca menciono nada sobre que no podría hacer otras cosas en otros tiempos, tengo que aprovechar al máximo este vacío.
_._._._._ _._._._._
Se le invito a participar activamente en las funciones como parte del coro, se negó al principio pero al enterarse de que él nunca se las perdía, actuó entonces en ellas para mostrarle su avance, lo buscaba con la mirada cada que podía y cuando por fin lo encontró no le quitaba la vista de encima, algunas veces cuando no cantaba y estaba en el escenario solo lo miraba sonriéndole.
Con cada espectáculo el fantasma se sentía incómodo, ya no prestaba atención a nada más que a Gabriel, su deber era observar que todo se desarrollará bien en el escenario, pero cada vez que cruzaban miradas se entorpecia su trabajo, así que pidió ya no lo dejarán participar, la excusa, era momento de enseñarle personalmente.
En su primera sesión particular Gabriel estaba muy emocionado, todo el tiempo que invirtió por fin daba frutos, es verdad que ahora había adquirido un gusto por la música, pero si meta por fin ocurría, podrá ver cara a cara de nuevo al hombre con voz de ángel.
Ambos hombres habían llegado a la habitación donde a partir de ahora se encontrarían. Estaba provista de un piano y algunos instrumentos más.-Creo que la última vez no me presenté adecuadamente, mi nombre es Gabriel, ¿cuál es el tuyo?- extiende su mano cordialmente, la cual es nuevamente ignorada.
-Me llamarás Maestro- contesto el otro sin siquiera voltearlo a ver.
-¿Eres así de frío con todos tus aprendices?
-Ellos dedican su vida a la ópera, ellos vivirán de lo que les enseñe, en cambio tú- lo voltea a ver como si lo criticara con la mirada -te irás de aquí en cuanto ya no tenga más que enseñarte, no tendré que volver a verte.
-Vamos no seas tan seco, estaremos conviviendo por varios días.
El tiempo paso, durante todas las lecciones, Gabriel no dejaba de hablar, hablaba sobre su trabajo y de los lugares que había visitado, de las personas ilustres que conocía y de los humildes pueblos que visitaba. El fantasma cada vez lo regañaba menos, los primeros días hacia parar su charla con la amenaza de dar por terminada la lección, pero empezó a tolerar más su habladuría, él no se había equivocado, Gabriel tenía una voz hermosa, solo necesitaba instrucción para convertirla en arte, pero empezó a apreciar también su carisma, era el tipo de persona que hace amigos a dónde quiera que vaya, había algo que le llamaba tanto la atención, pero cada vez que se daba cuenta de sus pensamientos, volvía a tomar distancia. Nunca contestaba cuando el otro hablaba, a veces solo se quedaba a escucharlo hasta que empezaba a tocar el piano para pararle la boca, otra veces era Gabriel quien terminaba su plática de manera rápida.
Su canto mejoro considerablemente y muchos en la ópera le preguntaron hasta cuándo pensaba seguir con la clases, el fantasma solo respondía "Aún puede mejorar más", ¿realmente pensaba hacerlo cantar como él o será algo más?, se preguntaban todos.En medio de una de estas ya mencionadas reuniones, la señorita Daaé irrumpió, se veía agitada, había llegado corriendo y ahora estaba en la entrada del salón.
-¡Maestro! Se ha caído el telón sobre nuestro tenor. La cuerda principal se rompió y lo ha lesionado, que vamos a hacer, ¡las funciones!
La voz del Maestro de la ópera, retumbó y volteando a ver a su molesto aprendiz le dijo: -Es momento que pagues por todo lo que te he enseñado- ahora dirigiéndose a Christine -Gabriel lo va a sustituir hasta que su lesión cure, estoy seguro que lo hará bien, aprende bastante rápido, anda ve a avisarles al elenco, empezarán las prácticas en un par de horas.- La señorita Daaé asintió y se retiró.
-¿Qué quieres decir con que lo voy a sustituir?
-Estarás bien, te gusta tener atención.
-No me refería a eso y lo sabes, es la voz principal de todo el espectáculo, ¿cómo voy a tomar yo su lugar?, tú eres la voz más hermosa en este edificio, ¿no sería más sensato que fueras tú?
-Debes pagar por las lecciones que has recibido, acaso crees que que con lo que haces de negocios es suficiente. ¡¡¡Te he enseñado ópera y harás ópera!!!- estaba molesto, Gabriel vio por primera vez sus ojos brillar intensamente bajo esa máscara, solo había visto ese brillo en la completa oscuridad, y no dijo nada más.
Las lecciones dieron lugar a los ensayos, durante todo ese tiempo, no volvieron a verse.
El día de su debut llegó, la obra programada fue "L´Elisir D´Amore".
Sus compañeros lo vieron nervioso, lo animaron, le dijeron que todo saldría fantástico ya que tenía una grandiosa voz; pero su condición no era por el público, estaba ansioso porque sabía que él lo vería y no quería decepcionarlo, recuerda cuando le dijo que tenía una voz hermosa y que podría cantar justo como él, en este momento su mayor deseo era poder hacerle sentir lo mismo que experimento esa noche que lo conoció. Y al son de "Una furtiva lagrima" mientras miraba hacia su palco, conmovió a la audiencia. No lo pudo ver, pero el fantasma lloró.
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El maestro de la ópera.
FanfictionAU del fantasma de la ópera. En este universo Erik no se esconde del mundo, es el actual director de la ópera tiene todos los talentos mencionados en el libro de Gastón Leroux y son conocidos por todos los trabajadores del lugar. El da las primeras...