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- mierda, mierda. – a la mañana siguiente eso fue lo primero que Lauren escuchó al despertar.
- ¿qué pasa? – volteó en su cama para poder ver a su compañera alistándose rápidamente.
- tengo que ir a pintar una estúpida canoa. Perdón por despertarte. – salió de la habitación tan rápido que la rubia pestañeó un par de veces, intentando comprender todo lo que había sucedido en tan pocos segundos.
por la escalera, una peliverde bajaba de dos en dos los escalones, intentando llegar a las afueras de la institución. Lastimosamente, falló cuando su cuerpo chocó contra el de otra persona.
- wow, hey. – al levantar la cabeza se topó con Andy. - ¿A dónde ibas tan apurada?
- perdón, es que Enid me amenazó con pintar mis amplificadores de rosa si llegaba tarde a pintar la canoa. – hablaba tan rápido que casi no se le entendía.
- ¿Enid?, ¿canoa? – el gemelo de su amigo intentaba comprender, más para cuando se dio cuenta, la muchacha había salido corriendo nuevamente.
06:59 a.m.
- ¡llegué! – le gritó a su rubia amiga, quien solo asintió sonriendo.
- te salvaste por esta vez. Ahora, a pintar. – aplaudió tras dar la orden, arrancándole un gruñido a las demás jóvenes reunidas.
se posicionó frente a Yoko, una de sus mejores amigas junto con Enid.
- ¿por qué presiento que te quedaste dormida y viniste poco menos que flotando para que no le ocurriera nada a tus bebés? – le decía la vampira mientras comenzaba a pintar los detalles de la canoa.
- venía poco menos que flotando cuando me crucé con el hermano de Xavier. – le contaba, agarrando uno de los pinceles para ayudar con los detalles del otro lado. – lo dejé solo, analizando toda la información que le di.
- pobre chico. – soltó una pequeña carcajada. – Oye, ¿crees que este año ganemos?
- tenemos que hacerlo, no pienso regalarle otra victoria a Bianca o a Xavier.
- aunque por amor tú serías capaz. – le molestó su amiga.
- oh cállate. – sintió sus mejillas enrojecer. No muchas personas sabían de sus sentimientos por el joven artista, pero aquellos que tenían conocimiento aprovechaban todos los momentos posibles para molestarla con ello.
- hablando de torturados. – escuchó a Yoko reír mientras miraba tras ella. La curiosidad la obligó a voltear, encontrándose con los gemelos caminando hasta la canoa del equipo de Xavier.
- mierda. – el que llegara en ese momento solo consiguió que todo su rostro enrojeciera aún más.
- ¡Yoko!, ¿por qué _____ parece un tomate? – amaba a Enid, pero en ese preciso instante quiso convertirla en piedra por hacer esa pregunta tan fuerte que algunas personas voltearon a mirar. Incluso pudo sentir miradas a sus espaldas, por lo que tuvo miedo de voltear nuevamente a ver.
