As It Was

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Andrés Cuccittini, el mejor jugador del mundo ha obtenido la copa de oro dejando a su país como el mejor ante el mundo y aquellos canticos que la afición lanzaba solo lo volvía más eufórico, aunque Scaloni, solo quería alejarse de él, pero no era el único, Di Maria, Sergio, Lautaro, Dybala, Alvarez, estaban igual que su director técnico. No lo dirán jamás en voz alta pero aquel aroma que soltaba el capitán de la Scaloneta les causaba miedo.

Su solo presencia, era miedo.

Sabían que Lionel Messi, partió el mismo día cuando se fue Guillermo a México. Eran empáticos menos con Emiliano, que cada vez que podían le reprochaban "Jodido boludo de mierda... Lio se fue por tu culpa ¡ESPERO QUE ESTES FELIZ!" le gritó un Dybala entre lagrimas al notar como los ojos de su mentor, se habían teñido de un color rojizo. Se sabe entre los alfas, que ese color en los ojos era señal de perdición, de una condición psicótica del cual hasta ahora no se tenía cura con base médica... solo el destinado podía salvarlo de su locura y del abismo, pero todos sabían que eso, jamás ocurriría.

Una vez en los vestidores la selección albiceleste, celebraban, no podían negarse esa felicidad, pero todo se quedaron en silencio al ver Andrés llevaba una mano hasta sus labios, en señal de silencio. – Sr. Martino, pase, al final, gracias a usted pudimos ganar... no sea tímido – Scaloni solo miraba todo desde los casilleros, todos estaban inquietos y Messi, tomo solo se aferraba con fuerza a la copa. Martino se quedó quieto en la entrada y ni él mismo supo como obtuvo las fuerzas para caminar hasta al mejor jugador del mundo que lo recibía, con una sonrisa bastante maliciosa. – Bueno pibes, gracias a este hombre es que ganamos, no sé qué métodos uso – expresó con sarcasmo ante lo último mientras miraba a Emiliano, empezó a reír un poco – Pero he cumplido... Malgaste mi tiempo, atención y silencio por esta copa que no vale nada para mí. Pero bien, hagan lo que quieran con esto chicos, me largó y Emiliano, hoy quiero estar solo – Lo último lo expresó con su voz de mando y Emiliano por dentro, agradeció tener una noche en paz, aún no sanaba algunas de sus heridas que el alfa le había ocasionado al enterarse de que tendría un cachorro. Andrés recordó aquella noche donde recibió la noticia de su cachorro alterándose y buscando la manera en que Emiliano tuviera un aborto "Pero ese cachorro se empeña a vivir... eres un bastardo con suerte, llevarás un retoño mío, que claramente, no mereces." Messi mientras hablaba y maldecía, solo lloraba, quería que su primer hijo tuviera los rizos de su omega destinado, siempre había deseado tener su familia con Guillermo y con nadie más. Messi solo dejo caer la copa al suelo y sin ninguna expresión en su rostro se retiró del recinto, caminando bajo una oscuridad que lo seguiría por siempre, pero no le disgustaba en lo absoluto, podía llorar sin que nadie lo viera y la única testigo de ello, sería la misma luna que vio aquellos amantes amarse hasta el amanecer.

Ciudad de México, 24 de diciembre del 2022.

Déjame sanar esos labios rotos

El frío de la ciudad era NADA para cierto polaco que solo reía al ver a Guillermo cubierto ¿Enserio tenía frío? Y el omega claramente lo mal miró por unos segundos ocasionando más diversión para su visita – Sigue cabrón y terminaras las compras tu sola ¿Eh? – expresó con un tono burlón y Robert, solo se cubrió los labios divertidos. Desde que llegó a México hace unos días, ambos estaban más que tranquilos y aunque algunas veces Guillermo tenía alguna recaída al escuchar el nombre de ese alfa, era paciente y solo lo consolaba en silencio, aunque si algo ambos tenían que admitir y solo una vez salió a relucir gracias al omega, era el cambio de nombre y apellido que tuvo "Él".

No mal piensen, no era por que lo extrañará, sino que ese cambio repentino asombro al mundo, pero ya un tema en el olvido. Ahora disfrutaban de unas pequeñas vacaciones y las calles, resonaban de diferentes tipos de música. Hasta que Robert tomó la mano de Guillermo y entrelazo sus dedos, sonreía mientras el omega estaba nervioso, pero le regalaba una sonrisa tímida.

Ambos se detuvieron frente a la famosa torre latino, que formaba parte del corazón del centro capitalino, y ahí estaban, mirándose a los ojos de una forma tierna que el brillo en los ojos de Ochoa había aumentado significativamente gracias a Robert.

11:55pm

El reloj avanzaba y Robert empezaba a cantar.

In this world, it's just us

You know it's not the same as it wasIn this world, it's just usYou know it's not the same as it wasAs it was, as it wasYou know it's not the same

Ochoa solo soltaba una leve lagrima sin borrar su sonrisa y Robert solo se acercaba poco a poco hasta sus labios hasta que después de vencer el miedo, se atrevió a darle un beso suave, chocando ambos labios de una forma tierna que su corazón latía más y más fuerte, y tomo ahora ambas manos con delicadeza y lo que le hizo feliz fue que era correspondido por ese bello omega que se iba aferrando a él. -- Feliz navidad Guille... -- susurró antes que el omega ocultara su rostro en el cuello de aquel alfa.

Su sonrisa era sincera.

Tenía muchos nervios, pero esta vez no era por miedo de equivocarse

Sabía que Robert era diferente y después de mucho tiempo, podía sentirse tranquilo.

-- Feliz navidad Robert... -- expresó en un tono cariñoso.

Robert no cabía de felicidad esa noche y abrazó con fuerza a Guillermo, ambos decidieron regresar al departamento del omega para poder brindar por ellos mismos y por el nuevo tiempo que ambos compartirían; Robert no pensaba intimar con él para no asustarlo, pero Guillermo fue el que tomo las riendas y entre besos suaves que poco a poco iban aumentando de calor terminaron en la cama. Aquellas acaricias del alfa, limpiaban aquellas marcas que "Él" había dejado, ahora eran las de Robert, su piel se iba calentando más y se erizaba ante cada beso que le regalaba por su cuello, mientras las caderas del alfa lo embestía con fuerza pero lento. La habitación se llenó de gemidos y seguido por el olor de ambos, vaivén tras vaivén, Ochoa se aferraba al alfa mientras arqueaba su espalda y enterraba sus uñas en los hombros del polaco.

Ambos se regalaban el corazón en un último intento en sus vidas, han pasado por tanto que esta noche del 25 de diciembre disfrutaban de aquellas acaricias y Ochoa, estaba perdido en esas embestidas que habían aumentando, donde nacía el amor y se curaban aquellos labios rotos.

¡Oh! Al fin ambos han obtenido lo que creían tan solo una fantasía...

Y las grandes noticias no paraban para ambos, tuvieron que separarse, Robert regresó al Barcelona.

Guillermo Ochoa fue reclutado por U.S Salernitana en Italia.

Tan lejos pero a la vez tan cerca.

Pero la noticia que los impactó y provocó que Robert cayera desmayado a mitad de sus entrenamientos, fue el siguiente:

-- Amor.. ahm... al parecer, Santa nos trajo un regalo y ahora que lo pienso, no es tan malo, al menos para mí -- dijo riéndose nervioso, este paso era demasiado pronto para ambos -- Y es que seremos papás -- Lo único que escucho era a Pablo Gavira gritar por ayudar al ver a su amigo, tirado en el piso.

Traición condicionadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora