Convivencias opuestas

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Mariposas en el estomago

Kevin Alvarez no podía pedirle más a la vida, desde ver a su papá nuevamente feliz hasta ser reclutado por el FC Barcelona. No podía creerlo cuando recibió la llamada de Robert y le pidió que se presentará a las pruebas que realizaría su equipo y ahí supo, que todo se estaba acomodando al fin. Robert sabía perfectamente que su omega estaba nostálgico al estar lejos de Kevin, aunque jamás se lo comentara, en su tono al recibir las llamadas de su cachorro era evidente que lo extrañaba. Así que aprovecho la oportunidad perfecta para traerlo a este lado del mundo y sabía que Kevin no desaprovecharía.

"Kevin, ven a España, iniciarán el reclutamiento y te inscribí... el resto depende de ti cachorro"

Guillermo no sabía nada, estando en Italia ambos aprovecharían darle una sorpresa después de las pruebas y eran los últimos meses que estaría activo el omega "los primeros dos meses podrá seguir jugando Sr. Ochoa, luego tendrá que hacer reposo absoluto" ¿Acaso no podría sentirse más feliz? No pensó en llegar en esta etapa de su vida, ni mucho después de todo lo que suscito durante el mundial que ahora, eran tan solo una experiencia más en su vida.

Vacíos en el corazón

Andrés y Emiliano caminan por las frías calles de Francia en silencio, había tenido su cita con el médico y aunque todo marchaba bien para el alfa era nada más que una molestia todo este embrollo y para Emiliano, era la única esperanza de tener alguien a su lado. Sabía perfectamente que se había buscado aquella situación, estaría en silencio por el bien de su cachorro y encontraría la felicidad con él, en estos días Messi había estado distante cosa que agradecía.

Sería un buen padre para Thiago Leonel, nombre de su retoño escogido por el propio alfa.

Andrés por su parte, solo vivía para sus entrenamientos y se dedicaba a ello, aunque el ambiente en el equipo cambio drásticamente, Neymar había tratado de acercarse, pero fue rechazado y sentir ese aroma agrio de su antiguo amigo le hizo entender que nada volvería ser como antes. Lionel Messi aún no sanaba y había escondido su corazón dentro de un cajón cerca del afecto, estaba perdido, fuera de control, cerca del peligro y sin equilibrio.

Andrés Messi tenía un millón de cicatrices y una gran barrera en el corazón.

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Guillermo estaba llorando al ver a Kevin frente a él en un fin de semana que Robert había decidido ir a visitarlo. Jamás pensó que aquella sorpresa fuera su propio cachorro.

Robert solo observaba todo desde uno metros, sintiendo como el aroma de su omega inundaba todo el lugar para marcar a su pequeño como señal de alegría – Estoy feliz de tener otra vez aquí pequeño... ahora todo es mucho mejor. --

Traición condicionadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora