III

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E̸̜̊n̸̖̈́ S̷̍h̴i̷n̸̠ǵ̴̻e̷k̵̪i̶̡͘ N̵̪o̶̤ K̸̙y̶̮o̴j̷̙̃ȋ̵n̵̂
̵͑A̸͝u̸t̷͆o̷̧r̸̛̥.̸̆

Mientras los adultos hacían de todo para detener el problema, un grupo de discípulos se arremolinó frente a las grandes puertas de una habitación.

"Ey, chicos, ¿qué tal si dejamos de hacer esas caras largas? Miren el lado positivo: cuando los gemelos abran los ojos, podrían considerarnos simples obstáculos en el camino hacia su madre, por lo que seguramente estaremos en su lista de 'cosas que hay que eliminar'. Y créeme, no queremos estar cuando el mundo entero se vaya al traste." La mujer de orbes celestes, y corta cabellera platinada. Soltó un chiste para intentar aligerar las aguas, sin esperar que sus palabras, más que ayudarlos, parecía haberlos aterrado.

Ellos lo sabían, habían presenciado lo brutales que ese par podían ser, y realmente no deseaban tener que enfrentarse a ellos en cuanto despertaran e intentaran ir al encuentro con su madre, pues las órdenes eran mantenerlos ahí hasta que las cosas se resolvieran.

"Sofía, creo que los espantaste." Hazel, una joven de larga cabellera rojiza, y brillantes orbes amielados, miro a su compañera con diversión oculta bajo su sonrisa cálida.

Había presenciado la actitud de la chica más tiempo del que podía contar, por lo que no le sorprendió que hiciera chistes referentes a ser aniquilados por sus jóvenes maestros como si nada. Después de todo, ella era la única que no les temía e intentaba huir en cuanto estuvieran en su presencia.

"Débiles." se burló socarrona, no cualquiera podía ser tan genial como ella. Quien era conocida como la única con las agallas para hacer bromas de mal gusto hacia sus jóvenes amos, aunque al final terminara corriendo por su vida mientras los fantasmas del par de infantes intentaban devorarla.

Axel, el discípulo de un integrante del equipo ajin al mando de Tn, negó con la cabeza y dio un largo suspiro antes de pasar página en el libro en sus manos, donde se explicaban las diversas partes de la anatomía humana y sus debilidades.

"Si morimos, serás el primer tributo a nuestros pequeños amos." Soltó sin expresión, pero recalcando que si había que sacrificar a alguien, sería a ella.

Sofía sujetó su pecho con indignación, para luego cruzarse de brazos y darle la espalda con un ligero puchero en los labios. Dándole un escalofrío a uno que otro discípulo, cuyas opiniones se dirigían hacia el camino de una posible venganza en contra del desafortunado discípulo que osó retarla. Juraron estar lo más lejos posible del chico durante los siguientes meses.

Estos siguieron esperando entre pláticas apenas y una que otra broma de la albina, quien parecía estar más enfocada en planear bromas que causarían estragos en el siguiente entrenamiento de los nuevos reclutas. Ignorando el echo de que el par de jóvenes estaban siendo acompañados por la traslúcida imagen de una niña con expresión sombría, quien les miro fijamente antes de alzar su mano en dirección a la cabeza de estos. Desapareciendo justo antes de poder siquiera tocarlos.

"Nos veremos pronto." fue lo último que dijo antes de regresar a aquel desolado lugar. Girando sobre sus talones para seguir esculpiendo una especie de puerta a casi terminar.

Pasando un tiempo, el cuerpo de Levani y Levent empezó a removerse, abriendo los ojos ante su último recuerdo, e impulsándose fuera de sus sábanas mientras buscaban ponerse sus pantuflas. Fruncieron el ceño al no encontrarlas para luego bajar hacia el piso helado, corriendo a la salida en sus pijamas de conejo.

¡Bam!

Sus fantasmas emergieron cual panteras ónix, luchando contra los discípulos conforme sus carceleros se acercaban por la habitación.

Ambos ignoraron los gritos de los discípulos de sus tíos y madre, quienes fueron apartados por las panteras después de haber arrojado a tres por la ventana.

"A donde creen que van." Sofía apareció por encima del marco de la puerta, colgando de cabeza mientras hacía que los contrarios retrocedieran un paso. Sofía se impulsó hacia atrás para caer de pie con un par de dagas en mano, su fantasma emergiendo por detrás en forma de una figura humanoide con alas cuál cuchillas. "Se irán sin jugar con migo, qué malos se han vuelto pequeñines."

Levani entrecerró los ojos, y dio un paso junto su hermano, estirando sus manos mientras hacían aparecer una espada de partículas que vibraban furiosamente. Levent, quien sostenía el arma en su mano izquierda, desapareció en un parpadeo mientras que Levani, con su arma en la mano derecha, atacaba de frente a la par en que su hermano planeaba apuñar por detrás.

"Se olvidaron de mi." Hazel apareció desde la sombra de los pies de Levani, haciendo que este saltase a un lado antes de que lo sujetara por los pies.

La pelirroja sonrió amable hacia el niño que la acuchillaba con la mirada, e iniciaron una pelea en la que muy pronto el resto de discípulos se internaron. Incluso aquellos que tuvieron que subir después de ser arrojados por las panteras de los niños.

"Jóvenes amos, por favor deténganse." pidió un castaño con lentes, su brazo sangrando después del zarpazo que le dio una pantera cuando quiso noquear a Levent.

Ambos niños siguieron su paso mientras estos retrocedían bloqueando el camino hacia la habitación de su ama, pues aún con miedo, sabían que no podían dejar salir a los niños en busca de su madre. No si querían sobrevivir a la furia de sus maestros.

"Fuera." ordenó Levani, apenas un poco despeinado en comparación con los ajins que tenían las ropas repletas de carmesí y varios agujeros en sus ropas desgarradas.

"Del camino." Levent hizo que su pantera se acercara amenazadora, seguida de cerca por la de su gemelo, quien apenas podía contener la ira.

Sofía y Hazel permanecieron erguidas en su lugar, negándose a retroceder un paso más.

Fue ahí donde pasó, las panteras se desvanecieron en una explosión de partículas que los segaron en una neblina de arena negra. Los discípulos empezaron a toser puesto que el oxígeno empezó a faltarles, y cuando lograron hacer retroceder aquella materia con sus propias partículas fantasmales, se encontraron con una aterradora escena de ausencia.

Sus jóvenes maestros, habían escapado por la ventana seis pisos arriba del nivel del suelo.

"¡Pequeños maestros!" Sofía grito al asomarse por la ventana, intentando buscar el paradero de los mencionados sin ningún éxito.

Continuará...

Aviso: a los que decidieron participar en la integración de nuevos personajes, se les pide amablemente que elijan de quien quieren ser discípulos. Pueden ser cualquiera del grupo ajin,

En Shingeki no Kyojin: LEVI X READERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora