Capítulo 2

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Camila se aleja del aula de historia dando enormes pasos y golpeando fuertemente el suelo con sus pies. No consigue contener el enojo, sus labios apretados y rostro tenso lo dejan ver.

¿Quién se creía esa mujer para castigarla así porque sí? ¿Qué le pasaba con ella? ¿Acaso la odiaba o qué? ¿Habría notado su desagrado por la materia y por eso había decidido hacerle la vida imposible?

Eso sin contar la forma en la que se había quedado viéndola al ella entrar, no se le había pasado por alto. Se había quedado totalmente congelada, definitivamente esa mujer estaba chiflada, sin duda lo estaba. Si no, no encontraba una explicación razonable para su extraña actitud.

Camila se dirige al comedor comunitario de la escuela, inhalando y exhalando profundamente en un intento por calmar su ira. Lo único que le faltaba, pasar dos semanas ayudando a una chiflada con las tareas de su "materia preferida", piensa sarcásticamente la peli-castaña.

-¡Mila! –Al llegar a destino, su novio, Austin, la recibe muy efusivamente. Como si no se hubieran visto en semanas. Siendo que apenas el día anterior se la han pasado besuqueándose en su casa- Te extrañé preciosa –Comenta, acompañado de una sonrisa pícara, para luego abrazarla por la cintura y plantar un húmedo beso en su mejilla. Camila reprime la mueca de asco y la acción de secarse la mejilla, porque sus amigos los están mirando, pero es lo que realmente desea. No la malinterpreten, ella quiere muchísimo a Austin, pero nunca pudo verlo como más que un amigo  ¿Qué por qué estaba de novia con él si así era? Pues simple, la presión de su familia y amigos la había obligado a aceptar sus continuas propuestas "románticas" y ahora se encontraba ahí, sin poder alejarse de sus molestas muestras de afecto, que ya la tenían realmente asqueada.

Estuvo toda la comida soportando que el que antes había sido uno de sus mejores amigos le diera numerosos besos en toda la cara, acariciara sus piernas y la abrazara fuerte y posesivamente, manteniéndola pegada a él en todo momento.

En uno de esos tantos besos, ella giró la cara, ya harta, pero entonces se encontró con algo que no esperaba, quedó totalmente atrapada por unos ojos verdes que cortaron su respiración y la hicieron pensar en todos los hermosos lugares de la naturaleza en los que había estado, plazas, parques, montañas, campos. Evocó los tibios rayos del sol calentando su cuerpo, el aroma a flores y el cantar de las aves. Se sintió libre como casi nunca en su vida y deseó quedarse ahí por siempre, y siempre era poco decir. Pero entonces Austin la agarro de la mejilla y giró su cara hacia él, rompiendo el hechizo y no dejando siquiera que ella viera quién era dueño de tales ojos.

Cuando se consiguió librar de él y volvió a mirar, esa persona ya no estaba. Nunca había odiado a alguien tanto en toda su jodida vida.

History Teacher |Camren|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora