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Jimin jadeó cuando la lengua áspera y caliente de Jungkook acarició su sensible cuello en una lamida lenta y tortuosa, aferró sus manos al espeso cabello del hombre aplastado contra él y apretó los ojos con fuerza dejándolo manipular su cuerpo a su gusto.

Estaba inquieto y alerta, con él miedo latente de que alguien los viera en aquella situación, después de todo, cualquiera podría entrar a la habitación y atraparlos.

Sin embargo, eso hacía todo aún más excitante.

Con Jungkook todo era intenso y caliente. Lo había comprobado en muy poco tiempo. También que le gustaba demasiado toda esa intensidad.

Después de todo, llevaban tres semanas viéndose a escondidas. Al principio los encuentros habían sido en la residencia de Jimin mayormente, pero luego encontraba a Jungkook cada tres pasos que daba. Como si estuviese acechándolo la mayor parte del tiempo.

Luego cayó en cuenta de que así era, siempre que el contrario no estuviera en alguna misión se encontraba a su alrededor, observándolo y estudiándolo desde las sombras.

Daba miedo. No iba a mentir. Pero cuando esas ásperas manos lo tocaban todo el miedo se convertía en algo más intenso y su cuerpo en gelatina.

El día que se había dado por rendido terminó con él metido en la cama con Jeon, por supuesto. E hubiese sido un total desastre si él no hubiera recibido una llamada desde el centro médico, por lo que tuvo que marcharse, dejando su encuentro en el aire.

Los días consiguientes no fueron muy distintos, aunque se veían constantemente nunca en una situación conveniente y Jungkook estaba frustrado y demasiado cabreado con todo y todos por interrumpir cada momento en que tenía a su bonito muñequito en brazos.

Cuando no era una misión era algo que Jimin tenía que hacer, tratar con un herido o atender otros pacientes que llegaban lesionados de las misiones.

Lo único bueno de este breve tiempo era que habían podido conversar, al menos y conocerse más en lo personal. También había descubierto que le encantaba jugar con la cordura del chico, como estaba haciendo en ese justo momento.

Mantenía a Jimin arrinconado contra una pared, con los brazos sujetos por encima de su cabeza y las piernas relativamente abiertas permitiéndole acomodarse entre la suave piel de sus muslos.

Era suficientemente grande como para cubrir a Jimin con todo su cuerpo, y tener acceso a toda su tersa piel y, como el menor ni siquiera hacía el intento de apartarlo, le era mucho más fácil toquetearlo a su gusto.

Si fuese por Jungkook y el animal dentro de él simplemente lanzaría a Jimin sobre una camilla y lo follaría sobre ella. Pero eso no era una opción viable teniendo en cuenta que todos los verían y una equis cantidad de cosas que podrían ocurrir.

Expulsando el aire caliente sobre la blanquecina piel, Jungkook se regocijó en los temblores que causaba en el cuerpo contrario, cada vez que lamía su cuello o dejaba mordidas por toda la porción suave con sus caninos Jimin temblaba entre sus brazos y suspiraba agarrando sus cabellos con más fuerza.

Podía sentir su excitación latente contra una de sus piernas y la suya propia apoyada sobre el muslo derecho del más bajo.

Decidiendo que eso no era suficiente, se movió hasta que sus erecciones hicieron fricción por encima de la ropa sacando un pequeño gemido de Jimin que fue amortiguado contra su pecho y un ronroneo de su parte.

Molió sus caderas constantemente causando el mismo resultado por parte de ambos. Apretó las nalgas de Jimin con sus manos antes de deslizarlas hacia arriba delicadamente, deteniéndose en su cintura, las colocó a ambos lados de su cuerpo para alzarlo.

 ❛𝐏𝐫𝐨𝐡𝐢𝐛𝐢𝐝𝐨❜ 𝐊𝐨𝐨𝐤𝐦𝐢𝐧 ❛𝐓𝐢𝐠𝐞𝐫❜ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora