𝗰𝗼𝗻𝗰𝘂𝗯𝗶𝗻𝗮 ; 𝘀𝘂𝗻𝗴𝘀𝘂𝗻

rojo 🐉

Aquel día tan esperado por la rubia había llegado, los dos meses de espera habían válido la pena pues ahora estaba con sus damas quienes la ponían más bonita para llegar al altar y convertirse en la esposa y emperatriz del emperador Park sunghoon.

Sus ojos verdes tenían una capa de una sombra rosa pastel, sus labios rojos y un ligero rubor en sus mejillas, sunoo no necesitaba tanto maquillaje para ser más bonita de lo que ya era. sunghoon ya estaba listo, solo que estaba jugando con su hijo quién no paraba de llorar por tanto movimiento en el pasillo donde iba a salir.

—Ya juwon, pronto vendrá mamá y te dará muchos besitos— dejó a su hijo a cargo de minji quien se lo llevó.

Las trompetas sonaron indicando que ingresará al campo abierto donde al frente suyo habían muchos escalones, se arrodilló y realizó una reverencia primero a donde estaba su trono y el trono de la emperatriz para luego girarse y realizar otra reverencia al pueblo.

La segunda trompeta sonó indicando la llegada de la rubia. Portaba un vestido muy resaltante y único con detalles de dragones dorados plasmados a la vez, su corona hecha por el propio azabache adornando su cabello hermoso.

—Vamos— dijo sunghoon con una sonrisa para empezar a caminar juntos y subir las escaleras.

Todos observaban dulcemente a la pareja de enamorados subir escalón por escalón manteniendo sus espaldas derechas en todo momento mostrando también el dibujo de la dinastía Park.

Cuando llegaron a la cima se miraron a los ojos con un rubor en sus ojos y proseguir con las palabras del budista.

—Que la paz los acompañe como tú eterno amor sus altezas imperiales— deseo el hombro entregando dos anillos de esmeralda.

sunghoon tomó el anillo verde para dárselo a sunoo de una forma algo peculiar, se arrodilló besando la mano de la aún concubina expresándole su amor y felicidad que le tenía para poner aquel lindo anillo especial así como la corona de loto a la rubia.

Era un acto que jamás se había visto nunca en el período de la dinastía Park, sunoo continúo tomando el anillo arrodillándose igualmente pero con la cabeza abajo poniendo la mano del emperador en su frente y después el anillo.

Se giraron haciendo una reverencia de 90° grados, la gente del consejo y el pueblo empezaron a celebrar de alegría la nueva era dorada de la dinastía Park.

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—Alteza, la emperatriz ha llegado— llegó minji haciendo una reverencia.

—Hazla pasar— sonrió de espaldas esperando que su rubia ingresara.

Pudo oír las pisadas en la habitación haciendo que tomará la decisión de girarse y ver a su ahora esposa vestir una prendas para nada tradicionales.