IV. Kazuha

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-Kazuha... te has tumbado encima de mi peluche... -Comenté algo avergonzado, ya que aquel peluche era de Hello Kitty.-

Kazuha miró alrededor hasta que detectó mi peluche y lo tomó para después dármelo, con una pequeña sonrisa pero con una cara de embobado y dormido impresionante.

-Perdona, no quería hacerle el feo a tu Hello Kitty, ha sido una falta de respeto y lo lamento mucho.-Dijo entre algunas leves risas, no podía contenerla y estaba claro que le gustaba chincharme con mi gusto de Sanrio.-

-Cállate y ándale a dormir, que yo también tengo sueño.

En realidad no debería dormir en mi estado actual, y lo sabía perfectamente, más, quería dormir con él y volver a sentirme protegido y acompañado, como hace un año atrás. No tardé mucho en acomodarme en la cama, mirando hacia la puerta, es decir, hacia el lado contrario en donde se encuentra Kazuha.

Ambos no tardamos mucho en quedarnos dormidos, yo tuve un sueño algo peculiar sobre el contrario, y digo peculiar porque no fue una pesadilla, fue un sueño bonito, algo que hacía un montón que no me pasaba, solía o no soñar nada o tener pesadillas y, entre esas dos, prefería no soñar nada puesto que las pesadillas eran realmente vivaces y contenían mis temores más profundos.

En el sueño, estábamos en un parque en el cual solo era él y yo, nadie más. El de mechas rojas tenía una sonrisa brillante y cálida, a la vez daba la sensación de una leve brisa de viento, calmada y tranquila que traía consigo misma paz. No pasó mucho más en el sueño, pero se sintió tan bonito que no quería que se acabara jamás. Fue una pena cuando me di cuenta que era un sueño y me desperté.

Pero lo más bonito de todo, fue que al despertar le tenía a mi lado, abrazándome por la cintura, en concreto, estábamos como en cucharas y yo, era la cucharita pequeña. Tal y como en el sueño, yo me sentía protegido y en paz, consiguiendo así que mis pensamientos y mis problemas se fueran por unos momentos.

Puse mi mano en la suya para así acariciarla lentamente, sin embargo, me tensé al oír la voz de Kazuha y dejé de tomar su mano.

-Ya te despertaste, no quería molestarte por lo que me quedé en la misma postura.

Me giré y le vi, algo sorprendido pues no me esperaba que estuviera despierto.

-¿Desde hace cuánto que...?

-Unos diez minutos-hizo una breve pausa- te veías lindo durmiendo.

-E-eso suena a acosador.-me trabé al hablar por la verguenza que sentía en aquel momento.-

Kazuha se quitó con cuidado de la postura en la que estábamos y se estiró, aún estando sentado en la cama. Yo hice lo mismo y después ambos nos levantamos.

Miré la hora y me sorprendí un poquito, era bastante tarde y la madre del contrario seguramente se iba a preocupar.

-Zuzu- digo- -carraspeo un poco la garganta- Kazuha, son las diez de la noche.

Este le miró sorprendido, ¿cuánto tiempo habían estado dormidos? O mejor dicho... juntos. Se había pasado muy rápido y ninguno se había dado cuenta.

-Sí... creo que me debería ir yendo a mi casa.

Lo primero que hizo fue agarrar su móvil y mandarle un mensaje a una de sus madres para explicarles que no se tenían que preocupar y que ya volvía para casa, por suerte, no vivíamos muy lejos.

-Me ha gustado mucho pasar el día contigo, o bueno, la tarde, espero que se repita.

-Yo también, mándame un mensaje cuando llegues a casa, por favor.

🦋| Boys will be bugs [ Kazuscara ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora