La fecha era 15 de mayo de 2027. Hacía una mañana hermosa. El sol estaba brillando en su máximo esplendor, no había una sola nube a la vista y la ciudad parecía sentir la alegría de la gente ante la posibilidad de que las tardes lluviosas y noches con truenos por fin se hubieran terminado luego de semanas azotandolos.
Jake despertó ese día con un sólo pensamiento en mente: era el día de su noveno aniversario de bodas con Amy. Mientras sus ojos se acostumbraban a la luz, aun recostado en la cama, pensó en todas las cosas que haría para darle el mejor aniversario de su vida. Después de todo, nueve años no eran cualquier cosa.
Pensó, que iría por flores antes de que ella despertara, para llevarlas al dormitorio junto con el desayuno que le prepararía. Planearía un picnic en el techo del edificio al que fueron durante su "primera cita" y le leería el poema que le había costado meses escribir (¡¿por qué si existían tantas palabras nunca encontraba los sinónimos correctos?!). La llevaría a un museo, contrataría a alguien para llevarle serenata, o le cantaría él mismo, si no fuera tan malo en ello.... Pero no importaba, lo intentaría por ella.
Le daría aquel collar con un pequeño crucigrama colgando que había visto en una tienda mientras resolvía un caso. La llevaría a un tour por los lugares de Brooklyn que habían sido importantes en su relación y la besaría en cada uno de ellos. La llevaría a bailar, o miraría a su lado su película favorita. Le prepararía la cena, y le haría el amor.
Haría todo eso. Haría cualquier cosa, y hubiera sido grandioso, si tan sólo siguiera casado con ella.Como todos los 15 de mayo en años anteriores, Jake no tenía ninguna intención de dejar su apartamento, ni siquiera de dejar su cuarto, pero ya había llegado tarde al precinto cinco veces en las últimas dos semanas y no tenía ganas de ser reprendido de nuevo.
Se lavó los dientes, tomó una ducha y se vistió sin mayor cuidado. Se encaminó al trabajo, desayunando una bolsa de papitas a medio terminar que había encontrado en la cocina y pensando en todas las cosas que habría hecho por Amy, no sólo ese día sino cualquier otro, sin importar qué fuera. Ella sólo tenía que desearlo y él hubiera entregado hasta lo último de sí mismo para hacerlo realidad. Y era muy irónico, desde luego, que su matrimonio hubiera fracasado precisamente por la única cosa que Jake no había podido hacer por ella. Porque le habría bajado la luna y le habría entregado el mundo entero en una caja, pero no había podido darle un bebé.
No por razones médicas ni nada de eso, de hecho nunca se había realizado una prueba para averiguar si era capaz, sólo suponía que sí.
Era más bien porque cuando uno crece en un hogar roto con una infancia destrozada, pierde las esperanzas de saber crear una familia por su cuenta. Al fin y al cabo, ¿cómo podría ser un buen padre cuando nunca había tenido uno?"¿Quieres saber porqué no quiero tener hijos?... Tuve un pésimo padre. Sé lo que pasa cuando metes la pata con tus hijos: ¡no es genial!"
Quería creer que no era como él. Nunca le sería infiel a Amy y por supuesto no habría abandonado a su hijo si alguna vez hubiera tenido uno. Pero era muy torpe, y ser padre era tan difícil. ¿Qué si lo arruinaba? ¿Qué si lo hacía mal antes de siquiera notarlo?
¿En qué lo convertiría eso?
No quería ser su padre. No quería ser el culpable de que un niño se sintiera siquiera remotamente igual a cómo él se había sentido durante casi toda su vida.
Creyó que Amy lo entendería, en realidad estaba bastante seguro de que lo había hecho. La mirada en sus ojos mientras él se sinceraba se lo decía, le hablaba de compasión, de misericordia. Por cada palabra que salía de la boca de Peralta, el ceño fruncido de Amy desaparecía otro poco y él creyó que valdría la pena escarbar tan a fondo, que Amy lo abrazaría y dejaría ir el tema.
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No Le Cuentes Al Precinto // (Peraltiago One-Shots)
FanficJake y Amy se conocían desde hacía años. A veces sólo hacía falta que se miraran para saber lo que el otro estaba pensando y en casos como este, era bastante obvio: no le cuentes al precinto. Todas las historias que nuestra pareja favorita nunca le...