Compromiso

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Aquella mañana era bastante fresca, se sentía en calma, aunque seguramente esa calma no le duraría mucho, día tras día desde que se supo su casta como omega, tenía en su puerta a varios alfas intentando convencer a su padre de darles su mano.

—Si me da la oportunidad de casarme con su hijo, le daré un gran dote, usted pidame el número de caballos que quiere por él.

—Su hijo tendrá la vida resulta, no necesitará trabajar más, las riquezas nunca faltarán en su casa señor Messi.

—Haré que Lionel sea el Omega más envidiado de todo el pueblo.

Sabía que eran las costumbres, pero le hacía sentirse como una misera mercancía aquel trato tan deshumanizado, acomodo sus ropas, quería comenzar su día lejos de cualquier alfa, así que haría al orfanato, allí se sentía apreciado de verdad, pero fue interceptado por su padre antes de salir, quien ya había despedido a los alfas.

—Vamos hijo mío, sabes que yo nunca elegiré a nadie que vos no quieras, pero necesito saber si alguno de ellos te interesa—. Y allí estaba su padre, Jorge Messi, el patriarca de su familia interrogando a su hijo, el único omega al momento, aunque todos sospechaban y sería así, pues hasta la hermana de Lionel, Maria Sol, tenía tendencias a ser alfa. 

—¿Vos me prometes que puedo elegir a quien yo quiera?— Por algún motivo, aquello le lleno de desconfianza al mayor. Pero tampoco quería condenar a su retoño a una vida sin amor.

—¿Qué esta maquinando tu mente pibe?

—Vos solo confía.

 No sabía en que quilombo se metería su cachorro, solo esperaba no fuera a tan grande el aprieto que crearía su bebé.

[...]

—Necesito un favor, que mañana a medio día todos los alfas soleteros del pueblo vayan al centro, tengo un anuncio que darles—. Sabía que aquello podía salir muy bien o muy mal, estaba tomando riesgos bastantes altos, mismo motivo por el cual no quiso hablarlo con ningún familiar, si Mattias o Rodrigo, -sus hermanos mayores- se enteraban, era omega muerto.

—Vos me estas jodiendo ¿Verdad muchacho?— Sabía que Maradona tampoco estaba de acuerdo con lo que iba a hacer, pero su padrino jamás le había cortado las alas para hacer locuras, tenía la ventaja de ser ahijado del líder del pueblo. —Pero si estas seguro, dale yo les aviso a todos.

—Gracias, gracias, gracias—. No se contuvo y lo abrazo, para luego salir corriendo, aun debía terminar un ultimo detalle para aquel gran suceso.

[...]

Al siguiente día, ya todos los alfas estaban al tanto de aquel llamado por parte del hermoso omega, que día tras día rechazaba a cualquier pretendiente, mentirían si dijeran que no tenían curiosidad de que era tan urgente, que incluso sus patrones les habían dado permiso de salir de trabajo para ir a la convocatoria. Cuando llego por fin la hora, Lionel y su mejor amigo Sergio se hicieron notar, subiendo a la tarima de eventos que se hallaba en dicha plaza, todos los murmullos que habían cesaron para escuchar.

—Buenas tardes, no les quitare mucho tiempo—, estaba bastante nervioso, si bien no era un omega sumiso, su personalidad algo tímida le estaba pasando factura ahora con esta locura. —Se que muchos de ustedes han intentado un compromiso con mi persona, sin embargo no estaba convencido de siquiera querer contraer matrimonio—. Todos estaban en total silencio, un tanto desilusionados por aquella declaración.  —Pero, quiero hacer de esto, algo mas interesante, todos ustedes han visto a mi gato, Pulga, el ahora mismo trae en su cuello un pañuelo bordado por mi, quien logre traerme ese pañuelo sera mi prometido, tienen un mes como plazo máximo para traerlo conmigo. 

y como si aquello hubiera sido una travesura, salio corriendo del lugar, tomado de la mano de Kun, quien iba riendo por las ocurrencias de su amigo. No querían dar explicaciones de nada, por lo que huyeron antes de que algún alfa reaccionara. Sería un mes interesante.

—Sos un boludo, ¿Posta que si vas a casarte si te llegan a dar el pañuelo?— Kun no salia de su asombro, siempre pensó que entre los dos, él era quien estaba mas propenso a hacer idioteces.

—Ya di mi palabra, sabes que no le temo a nada

—¿Ni a tu madre? ¿Ya sabe doña Celia sobre esto?

—Hoy es un buen día para morir 

Ambos se fueron carcajeándose en dirección a la casa de Lionel, a mal tiempo, buena cara.

[...]

—Estas loco, te lo digo en serio ¡¿Como vas a dar tu mano así?!— Lo inevitable paso, sus familiares estaban como pingüinas locas regañando su descuidada forma de actuar, entre el revoloteo si le atino a dar dos coscorrones en la cabeza.

—Ma', sabes que es imposible que alguien tome el pañuelo—. 

—¿Vos crees que van a intentar de buena forma tomarlo? Muchos son unos bárbaros, hasta muerto pue...— No se atrevió a terminar aquella frase, sería mucho para ella el solo imaginarlo. 

—No va pasar, te lo juro ma', ya estoy grande y quiero decidir yo.

—Lo entiendo pero habían mejores formas, además esta no es la actitud de un omega adulto.

Ahora solo quedaba esperar un mes y ver si alguien era capaz de traerle el pañuelo. 

Continuara... 

Holis, vengo a participar en el concurso, con este fic, cortito pero con cariño. Espero le den una oportunidad y les saque una que otra sonrisa, nos vemos en tres días. Besos. 

El Pañuelo - MechoaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora