Capítulo 3

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Por fin despertaste, tenías ropa ligera y estabas tapada por las sedosas mantas que poseía tu gran cama

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Por fin despertaste, tenías ropa ligera y estabas tapada por las sedosas mantas que poseía tu gran cama. Mirabas el techo tratando de entender que sucedió.

Y como deseabas lo hiciste, dolorosas lágrimas bajaron por tu rostro recordando el frío que tu delicada piel sintió al hundirse, tus pulmones llenos de agua, tu desesperación al ver que no podías mover tu cuerpo y por último, tus ojos cerrándose por el dolor y la falta de oxígeno.

No era agradable, no fue agradable y tenías miedo por ello. Sentiste unas pequeñas manos rodear tu brazo y lo visto, viste a tu querido amigo mirándote con esos ojos que parecían tan reales te parecían casi humanos.

— Scaramouche tenía tanto miedo —llorabas abrazada a el, todavía temblabas por el miedo que te causo aquella situación.

Tocaron la puerta y entraron dos sirvientes, uno de ellos tenía un papel en su mano.

— Señorita ___, de parte de sus padres queremos informarle de nuevas normas. No volverás a salir sin un acompañante cualificado, estarás en revisión durante una semana mínimo y esto no es una norma pero sus padres le desean una rápida recuperación. Agradecen que fueras tan fuerte para salir del lago y poder llegar hasta un sitio en el que fuera visible tu estado débil —decía todo sin emoción y rápido, esperando poder marcharse tan rápido como se lo permitieras.

Ninguno de los dos querían estar en la misma habitación que tú, una adolescente llorando abrazada a un muñeco escalofriante que mueve los ojos no es nada bonito ni elegante. No eras la más querida en aquella fría y tenebrosa mansión.

— Casi me olvido, mis disculpas, cuando tu recuperación de sus frutos serás trasladada a un reformatorio. Sus padres desean que se tome con calma esta importante decisión ya que no podrán verla por importantes negocios hasta previo aviso —por fin había acabado de explicar toda la información.

— Oh.... Madre y padre no vendrán, no pasa nada —se ánimo a si misma acariciando los cabellos azules de su amigo.

No te diste cuenta cuando cerraron la puerta pero ya sabias que lo harían tan pronto como pudieron, tu madre te contó que los sirvientes no les gusta estar en las habitaciones con ella porque eras "demasiado" para ellos.

— No se que es un reformatorio, ¿Es un parque o algo? —mirabas la mejilla del muñeco, apenas se notaba la gran grieta que tenía cuando lo compraste. Apenas llevaba unos cuantos días contigo y sentías que eran horas.

¡Hacía mucho que no tenía tan buena compañía! Adorabas a tu compañero y el te adoraba a ti sin duda alguna. 

Cuando volviste a cerrar tus ojos caíste en otro sueño tan extraño como los otros, llorabas sin parar mientras alguien hacía mucha presión en tu cuello... nadie te ayudaba, no podías quitar esas pálidas manos de tu cuello.

Tus lágrimas no te dejan ver a tu agresor, la desesperación te daña más que los inevitables hematomas que aparecerán en tu cuello cuando lo suelte.

Tus pulmones están tan vacíos como tu mente.

— ¡¡¡Por favor, no me abandones!!! —empezaban a dolerte los oídos por aquella chillona voz, ya no te defendías.

Era el fin..... de tu sueño claro, abriste los ojos tomando todo el aire que podías. 

 

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Pretty doll ❚𝗬𝗮𝗻𝗱𝗲𝗿𝗲 UADonde viven las historias. Descúbrelo ahora