Estabas en tu habitación quitando con cuidado todo lo que había en la caja preparado para aquel muñeco.
Tenía varios nombres pero Scaramouche a pesar de ser bastante largo te pareció el más bonito, sentías que le quedaba muy bien.
— Ahora serás mi nuevo y primer amigo, ¿Me permites conocerte? —le quito aquel velo de la cabeza para poder ver bien su sedoso cabello y sus ojos que tanto te gustaban — lo tomaré como un si.
Había dos conjuntos de ropas, te sorprendió más que nada que las dos tuvieran un sombrero.
Empezaste a leer su historia que estaba redactada en un libreto pequeño con una letra tan bella que te atreverías a decir que habían dedica tiempo y esfuerzo en mantener tan hermosa caligrafía para aquellos textos crueles.
Abandono, traición, tristeza, crueldad, amargura, engaño... maldita sea, ¿Tenía algo bonito en su historia? Miraste con tristeza las grietas que había en su rostro.
— Scaramouche, yo prometo nunca abandonarte si tu nunca me abandonas —lo abrazaste acariciando su cabello.
Ya era muy tarde y tenías que dormir, dejaste que el muñeco durmiera contigo abrazandolo sintiéndote más segura con alguien al lado tuya. Eras muy propensa a horribles pesadillas si no tenías a nadie en tus brazos para sentirte protegida.
Susurraste un bonito "buenas noches" y cerraste tus ojos, extrañamente esa misma noche soñaste como un chico no muy alto te abrazaba llorando sin parar haciéndote daño por el fuerte agarré que tenía sobre tu cuerpo dejándote sin respirar.
Abriste tus ojos de golpe sintiendo que podías volver a respirar, la ventana con la cortina medio abierta indicaba que ya era de día.
— Buenos días Scara, espero que durmieras bien y soñaras con algo bonito —mirabas al techo con tu muñeco al lado–, yo tuve un sueño extraño. Aquel chico se veía devastado y creí que mis costillas se romperían, igualmente si fue para hacerlo sentir mejor no me molestaría me dolía verlo así.
Giraste tu cabeza notando como su cabeza estaba girada en tu dirección, sus ojos perforaban tus entrañas y parecían tan reales que tuviste un leve escalofrío.
Ibas a decir algo hasta que una sirvienta entró por las puerta.
— Mi señorita ____, debe vestirse para bajar a desayunar y bañarse. Hoy es su día libre y tiene el permiso de sus padres para dar un largo paseo por el jardín hasta la hora de comer —informó abriendo las cortinas antes de irse del lugar sin esperar una respuesta.
Au, querías decirle buenos días pero ya de había ido.
Suspiraste, parecía que nadie en este lugar te quería ¡Menos tu querido Scaramouche, el muñeco más lindo!
— Por eso eres mi favorito en tan poco tiempo, mi perrito también me dejaba decirle buenos días sin irse ignorandome —te levantaste con el peliazul en tus brazos.
Agarraste su ropa de color rojo y azul oscuro dejándola en el suelo del baño, después pusiste en el suelo a tu muñeco.
— Te dejaré vestirte a solas, el gorro te lo pondré yo porque me hace mucha ilusión —sonreiste acariciando la mejilla en la que no tenía ninguna grieta.
Saliste del baño sin borrar tu linda sonrisa para empezar a vestirte tu en el amplio vestidor que poseías. Te viste en el espejo una última vez y hiciste una pose para después reírte de la cara que habías puesto.
Entraste al baño y la ropa de Scaramouche que utilizo para dormir estaba en el suelo tirada, tenía la ropa nueva puesta.
— No te molestaste siquiera en doblarlo, le vas a causar problemas a los sirvientes que cruel —un puchero sustituyó tu sonrisa— ven que te voy a poner tu precioso gorro, ya verás que bien te vas a ver en el espejo.
En cuanto le pusiste el gorro caminaste rápidamente hasta el espejo para mostrarle al muñeco lo lindo que se veía, la ropa se notaba a lenguas que estaba hecha para el.
Lo abrazaste una última vez antes de bajar a desayunar, obviamente sin soltarlo.
Era lo único que te había logrado sonreír después de la muerte de tu preciada mascota a la que tanto amaste, amabas y amaras por siempre. Quizás lo de pasar página no era lo tuyo, pero al menos lo intentabas.
— Dos tazas de leche por favor, una más pequeña que la otra —pediste con educación al mayordomo que atendía a tus palabras para cumplir con tu petición.
— Enseguida señorita ____ —hizo una reverencia.
— Señorita ____ y señorito Scaramouche, el también está delante tuya —con inocencia señalabas al muñeco inmóvil en su silla.
El señor te miró con una mueca hasta que sintió una mirada de ira sobre el, trago saliva por el escalofrío.
— Por supuesto, perdón señorita ____ y señorito Scaramouche —se disculpó antes de salir corriendo dándole un último vistazo al de cabellos azulados.
Juraría que vio sus ojos moverse y mirarlo con asco.
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Pretty doll ❚𝗬𝗮𝗻𝗱𝗲𝗿𝗲 UA
FanfictionEres de una familia adinerada pero infeliz. Por el destino o por tu desgracia acabas comprando un misterioso y destrozado muñeco, lo adoras con tu corazón. Y el con el suyo...... Cuida a tus eres queridos antes de que desaparezcan, un pestañeo y se...