──¿Como demonios acabaste tan mal herido?.
──...
──¡Shadow, responde!.
──¿Por qué habría de responderte? ── Respondió de forma simple y para nada amable. Ese era él, pero bueno, no sentirá pena, el no lo hizo negro ni emo.
──Cómo qué por qué.
El erizo levantó una ceja mirándolo, el zorro puso sus manos en su cadera, frunció el ceño e hizo un puchero.
──Es de madrugada, está lloviendo feo, está es mi casa, te estoy curando, ¿Y preguntas el porqué?── Volvió a no responderle y está vez apartó la mirada del zorro, eso lo hizo soltar un suspiró pesado, puso alcohol en el algodón y lo pasó por una de las heridas del erizo haciéndolo soltar un gemido de dolor ──Lo dejaré pasar.
Ambos quedaron en silencio, un trueno sonó y el zorro comenzó a temblar, trago fuerte, estaba nervioso, la tormenta no había calmado ni un poco, no quería quedar como un tonto frente al erizo; sin embargo. Su contrario pareció notar su nerviosismo, acercó su mano a la cabeza del zorro y comenzó a dar leves caricias en el lugar, eso sorprendió a miles, quien en vez de mirarlo y darle un manotazo, se dejó mimar.
Sus orejas estaban agachadas, estaba cabizbajo.
──Soy patético, ¿No es así?, yo.. Con veinte años y con miedo a los truenos... ── Soltó una risita en busca de ocultar sus ganas de llorar, se asustó cuando se escuchó otro trueno, sus lágrimas asomaron por sus ojos color lapislázuli, sus ojos estaban cristalizados por las lágrimas que amanezaban con mostrarse al mundo.
Lagrimas que el de púas negras no vio, pero si notó.
Levantó el mentón del zorro y con ambas manos limpió sus lágrimas.
──No eres patético, bueno... Un poco, pero que sientas miedo esta bien ── Murmuró, ambos se perdieron en la mirada del otro. El zorro sólo apartó la mano del erizo y siguió atendiendo sus heridas.
El erizo no dio importancia, siempre era así, el siempre lo ignoraba, porque, eran enemigos. Sus encuentros no fueron nada amables, siempre se miraban con odio y cada que tocaban al otro, siempre había un golpe de por medio.
Pero esta vez, fue diferente.
Por primera vez, en lugar de discutir y golpearse el uno al otro, estaban siendo gentiles entre sí.
