Capitulo 25- Puedo...

51 5 0
                                    

Subo el volumen de mi celular con mis audífonos puestos. Música en modo aleatorio, así como mi vida.
Tengo los labios secos.
Mis ojos pálidos, un verde apagado.
Las ojeras cada día son más profundas.
La tristeza me embarga cada vez más, y ya no sé que pasará, ¿Qué es lo que viene después de esta soledad?
¿Acaso mis pensamientos suicidas se volverán realidad?

No sé que pasará conmigo.

Ya no me quedan lágrimas para llorar.
Todas se han desgastado en otro amor.

Quizá, unos dicen que soy muy interesante y diferente a las demás chicas, que soy unica.

Dicen... Yo sólo sé, que no soy común.
¿Pero que esperan de mí?

Mi cabeza es un huracán. No sabes con lo que puedes encontrarte al intentar sumergirte al oscuro abismo de mis pensamientos. Puedo ahogarte, mi amor.

Mis ojos son dos volcanes. Pueden ser hermosos por fuera. Pero no te das cuenta en que momento pueden sorprenderte al hacer erupción. Puedo quemarte, cariño.

Mis manos son unas descargas eléctricas. Quizá de lejos se ven inofensivas y una obra de arte abstracta. Pero cuando menos lo pienses, estaré tocando tu cuerpo, lentamente al son de la noche oscura y estrellada. Y antes de percatarte ya habré descargado toda mi energía en ti. Puedo electrocutarte, corazón.

Mis piernas son dos pares de mariposas. Delicadas y finitas. Podré rodearte con ellas, y sentirás el viento de mis alas en tus caderas. Pero puedo irme, cuando sienta el frío de tu alma, cuando sienta que ya no me pertenecen tus gemidos, me iré. Y quedarás con un vacío y te harán falta mis heladas palabras, sentirás un hueco muy dentro de ti, inexplicable. Puedo hacerte daño con mi presencia invisible, mi vida.

Mis fluidos, con sabor a un dulce vodka. Te habrás hecho adicto tanto a mí, que me necesitarás para sobrevivir. Y ya no estaré ahí, me habré ido. Al poder notar en tus ojos la confusión de tus respiraciones. Puedo hacerte adicto a mí, y te encontrarás deshidratado y moriras, lentamente, querido mío.

Mi voz, como un estruendo de olas marinas y a veces, una delicada sintonía de una canción acústica. Necesitarás de mi voz y los sonidos que hago con mi cuerpo, te habrán tomado para llevarte al final del túnel, pero atado a las vías del tren, sólo escucharás mi voz cada ves que el tren avanza más y mas. Y desearás poder haber permanecido ahí tan sólo para escuchar mis sonidos melancólicos. Puedo destruirte, mi cielo.

Mi olor tan distinto al de las rosas, más suave y sereno, más tranquilo y pálido. Habrá atrapado tu olfato y tus sentidos se habrán turbado al querer descubrir que es lo que droga tu mente. Sólo sentirás el viento que lleva partículas de mí, esparciéndolas por todos tus átomos. Puedo hacerte volar, pero quizá puedo soltar tu mano y seguir yo sola mi travesía, amor.

Dime ahora, ¿Te arriesgarías a estar conmigo?

Cartas a mis huesos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora