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Cansado, pensativo y miserable se sentía Jeongguk, la carga del trabajo se mantenía sobre sus hombros incluso fuera de su oficina, aunque sólo se encontraba así ante el evento que estaba a una semana de pasar. Moría de nervios, de una manera que su cuerpo se paralizaba y hacía acelerar a su corazón, no estaba listo y no creía estarlo. Entre su sentir no faltaba el menospreciarse y aumentar su pánico.

Es decir, sólo era un asistente que trabajaba para sacar adelante a sus hijos, quienes, justamente en aquel momento se encontraba cruzando por una discusión.

La primera de tal forma.

—Su tienes que tomar la mano de Yeom— dijo en un tono cálido seguido de ponerse de cuclillas frente a su hija, una sonrisa espontánea decoró el rostro del mayor al verla de brazos cruzados con un tierno puchero, sus mejillas se encontraban rojas por el llanto y sus ojitos llorosos.

— No.

Sentenció la mayor de los pequeños, con un pequeño fruncido entre las cejas.

—Su —repitió el adulto con un tono más serio. En definitiva no disfrutaba de la situación, aunque no pasaba de la vivencia, el par de hermanos no estaban tanto tiempo distanciados, y no sería la excepción.

Rogaba porqué así fuera.

La pequeña tomó de la mano de su hermano con molestia, evidenciando la orden de por medio, el contrario también mantenía un puchero en sus labios, y se mostraba mas afligido que su hermana quién sólo mostraba su enojo y seriedad.

— No pueden estar así, niños, son hermanos.

É ia no he mi hemano – exclamó la pequeña de coletas.

— ¡Misuk! —Jeongguk reprendió deteniendo su caminar.

Claro que su hija sería más temperamental, irracional y orgullosa, pero siempre han estado trabajando en ello y en cuidar los sentimientos de los demás. En cambio Gyeom era todo lo contrario, sensible y meditador, más pasivo que su hermana, un poco por mucho.

A pesar de su corta edad, ambos pequeños ya daban a conocer sus caracteres.

Y no fue para menos cuándo el puchero del menor tembló y su llanto se hizo escuchar.

El corazón de Jungkook dió mil tirones en diferentes direcciones.

La escena lo descolocó, su hija enojada, el pequeño en llanto y él en medio de ellos, para aquel punto ya se habían detenido y soltado de sus agarres.

No sabía que hacer, que decir o cómo reaccionar, era la primera vez para los tres aquella situación, quiso unirse a ellos en aquel centenar de emociones pero se contuvo, incluso a tener que pensar en lo siguiente cuando su teléfono empezó a sonar.

Era una llamada, de su jefe, y mentalmente no supo si agradecer o maldecir.

— ¿Sí? — dijo dudoso

Buenas noches, Jeon, perdón que te moleste a estas horas, ¿te encuentro ocupado?

La voz al otro lado se hizo escuchar, más relajada a lo que escuchaba las últimas semanas.

— Eh, no como tal — acarició el cabello de su hijo quién se había ido a refugiar en su pierna, abrazándola de tal manera en la que quedó estático, sin perder de vista a Su.

Hace poco recibí una llamada y ocupamos adelantar los detalles del desfile, ¿hay manera de que nos podamos ver esta noche para verlos?

Blanqueó. No iba a molestar a Yugyeom después de haberle insistido tanto y su hermano tampoco estaba siendo opción, claro estaría ocupado.

— Estoy con mis hijos y sinceramente, no tengo con quién dejarlos, pero puedo ir con ellos, claro, si usted está bien con ello — remojó sus labios con cierta pena y duda.

¡Claro que sí! — resonó emoción — es decir, en verdad es importante ver esto y para nada hay inconveniente, ¿pueden venir ya? Puedo mandarles un chofer.

— Oh no se preocupe, puedo llegar hasta allá, he traído carro.

Aseguró con un poco más de calma.

De acuerdo, entonces en un instante te mandaré la ubicación. Gracias Jeon y perdón por estropear tus planes, prometo que vas a ser bien compensado por esto —dijo con verdadero agradecimiento

—Está bien, también es mi trabajo.

Y tras unas palabras más, la llamada finalizó con un "hasta al rato y conduce con precaución" por parte del empresario.

Y por aquellos minutos que duró la llamada olvidó de la discusión que existía de por medio entre sus pequeños.

Dios santo.





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AAAAA, y he regresado, que emoción tengo de concluir esta historia, por supuesto después de pensarlo tanto y de desanimarme de sobremanera, estuve leyendo y motivándome y claro, heme aquí.
Gracias gracias a quienes me leen y deseo que tengan el mejor de los años.

Trataré de compensar la ausencia claro que sí. Igual quiero decir que algunas cositas cambiarán al no recordarme y no poder guiarme de mis notas (cuáles perdí) jñeñeñe

Nada, eso, nos estamos viendo pronto <3

— 🍯
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𝐒𝐇𝐀𝐌𝐄𝐋𝐄𝐒𝐒 | 𝐊𝐌 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora