Capítulo 7

344 25 3
                                    

02.05.22

The New York Palace Hotel
455 Madison Ave, New York, NY 10022, Estados Unidos

—¿A dónde fue esa niña? —preguntó Celia con molestia.

—Tranquila mamá, aún tenemos tiempo —dijo Lili entregándole una tasa de té.

—Ya le llame, le deje mil mensajes y nada, no contesta —mencionó Serena para después aventar su teléfono al sillón.

—¿Ya llamaron a Victoria? —preguntó Henry mientras se servía cafe.

—¿No te dijimos verdad? Estan peleadas —contestó Chuck con tranquilidad.

—A pesar de que estén peleadas, sabemos que ella no sería capaz de hacer esto sin Victoria —mencionó Jeremiah entrando a la sala.

—¿Estas diciendo que Coraline se encuentra secuestrando a mi hermana? —preguntó Henry con algo de confusión.

—Puede que la este secuestrando o rogándole como si de una relación se tratara —contestó Alexander riendo ligeramente.

—Estoy de acuerdo con los chicos, es su mejor amiga, no firmara ese papel si Victoria no esta presente —mencionó Nathaniel abrazando por los hombros a los ya mencionados.

Empire Hotel
44 W 63rd St., New York, NY 10023, Estados Unidos

—Victoria, necesito que hagas esto conmigo —dijo la rubia del otro lado de la puerta.

—¿Porqué Coraline? ¿Porqué me quieres ahí a pesar de que no estoy de acuerdo? —preguntó Eleanor con molestia.

—Porque hoy me di cuenta de que una vez firmado ese contrato, este compromiso sera real —contestó Coraline sonando ligeramente asustada.

—¿Qué quieres decir con eso? —preguntó Victoria tentada a abrir la puerta.

—Que no tendre el valor de hacerlo sin ti
—contestó Grace con un terrible nudo formándose en su garganta.

—Por primera vez en mi vida Coraline, no te quiero decir "te lo dije" en caso de que este matrimonio no resulte como esperas, ¿me entiendes? —contestó Eleanor con seriedad.

—Victoria, ambas sabemos que me lo vas a terminar diciendo —dijo Grace mientras una sonrisa triste se pintaba en sus labios.

—¡Demonios! ¡Lo sé! Pero no me va a gustar como me va a hacer sentir decírtelo —contestó Victoria quien ya le había cedido el paso a un par de lágrimas.

—Victoria, en estos momentos créeme que me importa un carajo lo que vaya a pasar en un futuro lejano o cercano, estoy enfocada en el presente y en el presente es donde te quiero —dijo la rubia entre sollozos.

—No iré Coraline —susurro Waldorf.

—¿Qué dices? ¿Porqué me haces esto? ¡Victoria no tengo a nadie! ¡No lo hagas! ¡No me dejes sola! ¡No puedes dejarme sola! —exclamó Coraline tocando desesperadamente la puerta rompiéndose ya que podía quedarse sin cualquier persona mientras esa persona no fuera su mejor amiga.

—Lo siento —susurro Waldorf una vez más mientras más lágrimas comenzaban a correr por su rostro.

The New York Palace Hotel
455 Madison Ave, New York, NY 10022, Estados Unidos

—Me alegra haber llegado antes de que se les ocurriera llamar a la policía o al ejército —mencionó Coraline entrando a la sala con una ligera sonrisa.

—¡Por dios niña! ¿Dónde te habías metido? —preguntó Celia con molestia.

—Mamá, creo la puedes regañar luego —mencionó Lili tomando por los hombros a su nieta.

—Lili tiene razón, dejemos las preguntas para después —dijo el monegasco cuyo corazón había vuelto a latir con normalidad.

—Estoy de acuerdo con Charles, ¿porqué no subes a que se encarguen de dejarte presentable para el día de hoy Coraline? —contestó Serena mientras la tranquilidad volvía a ella.

—¿Y Victoria? ¿No vendrá? —preguntó Henry con ligera angustia.

—No —se apresuró a contestar la rubia tratando de olvidar lo que había sucedido hace un par de horas.

—¿Estas de acuerdo con eso Coraline? —preguntó Nathaniel.

—Si, solo firmaremos, aún no es el gran día —contestó Coraline ignorando el nudo que nuevamente comenzaba a formarse en su garganta.

—Después de hoy, la boda no va a estar tan lejos, ¿no crees Coraline? —mencionó el monegasco con una sonrisa que dejo embobada a la rubia.

Empire State Building
20 W 34th St., New York, NY 10001, Estados Unidos

—Señorita Van der Woodsen, ¿lista para firmar? —preguntó su abogada.

—Si —contestó la rubia una vez que termino de leer el contrato.

—Señor Leclerc usted, ¿también esta listo para firmar? —preguntó su abogado.

—Supongo que si ella esta lista, yo también lo estoy —contesto el monegasco tomando la mano libre de Coraline.

The Campbell
15 Vanderbilt Ave, New York, NY 10017, Estados Unidos

—¿Compraste otro anillo o le darás el que era para Charlotte? —preguntó Arthur mientras tomaba un par de aperitivos.

—Obviamente compre otro anillo —contestó Charles tomando una copa de champagne.

—¿Cuándo planeas dárselo? —preguntó Pierre.

—Tal vez cuando vivamos juntos —contestó Charles ligeramente sonrojado.

—¿Cómo que viviran juntos? Te comprometiste hace cinco segundo —dijo Gasly con seriedad.

—Tienen que hacerlo, esta en el contrato —mencionó el menor.

—En ese caso, espero que sea donde sea que vivan, tu escondas bien el anillo de Charlotte —dijo el francés tomando una copa más de champagne.

—¿Porqué aún lo tienes? —preguntó el menor con molestia.

—No lo se, ¿podemos dejar de hablar de Charlotte? Por favor —contestó el monegasco con desinterés.

—¿Les molesta si les robo a Charles? —interrumpió Coraline enrollando su brazo con el de el monegasco.

—Para nada, todo tuyo Grace —dijo Pierre para después retirarse acompañado del menor de los Leclerc.

—Ahora que solo somos tu y yo, ¿te gustaría huir de aquí? —preguntó la rubia con diversión.

—¿Qué estamos esperando? Vámonos de aquí —contestó Charles tomando de ambas manos a la chica frente a el.

Schnipper's
620 8th Ave, New York, NY 10018, Estados Unidos

—Solo dire una cosa, esta hamburguesa esta gigante —dijo el monegasco entre risas.

—Lo sé, son las mejores hamburguesas de toda la ciudad —contestó la rubia quien también comenzó a reír.

—¿Porqué me trajiste aquí? —preguntó Charles mirando a su alrededor.

—Es que no podía permitir que te fueras de Nueva York sin haber comido en schnipper's —contestó Coraline para después tomar su malteada.

—En ese caso, quisiera una para llevar —dijo el monegasco mientras levantaba su mano como si de llamar a un mesero se tratara.

—En ese caso, quisiera una para llevar —dijo el monegasco mientras levantaba su mano como si de llamar a un mesero se tratara

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
𝐍𝐨𝐭 𝐋𝐢𝐤𝐞 𝐓𝐡𝐞 𝐌𝐨𝐯𝐢𝐞𝐬 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora