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Mientras caminaba podía escuchar mi respiración agitada, el camino hasta la casa se me hacía largo y agotador, pero tenía que llegar. Mire por encima de mi hombro y aquella cosa me seguía a una distancia segura, mire aquellos ojos y efectivamente eran los de Aron, pero eso no aliviaba mis pensamientos, tengo tanto miedo de lo que vi, parecía como cualquier otro humano, pero eso era meramente imposible era gigante, era todo músculos y tan caliente. tenía hasta ganas de reírme de mi misma y mi estupidez al pensar que una criatura de esas dimensione, podría ser pasado por un simple humano normal, cuando claramente sus rasgos faciales cambiaban a las de un león, uno muy feroz he intimidante, si no fuera porque sus ojos eran los de Aron correría muy lejos de allí, sin mirar atrás, tomaría a mis hermanos y me iría del país si era necesario, pero no era necesario huir, era Aron, yo confiaba en Aron a pesar de que lo tenía pisándome los talones en esa forma bestial.

Llegue hasta el patio trasero, y todos al verme se quedaron expectantes, una de las chicas allí presente intento caminar hasta mí, pero Eros la detuvo. Esa chica me observo detenidamente, su mirada me brindaba un poco de­ estabilidad le sonreí un poco mire al frente y seguí mi camino hasta que por fin llegue hasta esa habitación, rápidamente al estar dentro de ella cerré la puerta, sentí como alguien intentaba abrirla y me sobresalte, sentí como algo se deslizaba y caía al suelo, mire la puerta fijamente acercándome a ella y sentando tras de esta.

—Seré paciente Claire, hay mucho más detrás de esta declaración, será paciente hasta que puedas verme sin sentir ese miedo que vi en tus ojos que me lastima tanto. — sentí la tristeza en su voz, pero que podía decir en ese momento, si mi miedo era más grande, me dolía escucharlo así de alguna manera me rompía en corazón, pero estaba aterrada ante tal confesión.

—tengo tanto miedo — dije en un susurro — no entiendo nada de esto, y verte convertirte en una criatura enorme y extraña me asusta a gran escala, no temo de ti y confió en ti, pero tengo miedo…

—Ya te lo dije Claire, puedo esperar por ti todo lo el tiempo que sea necesario, y aunque pudiera no quiero lo que nos une es más fuerte que tu miedo Claire, y Quisiera contarte todo en este mismo instante, pero tendría que mirarte a los ojos para eso, y me aterra tan solo pensar lo que podría ver en ellos — iba a responder ante aquello, pero un movimiento en el ropero me sobresalto, mis nervios estaban a flor de piel.

—Claire que fue eso — me puse de pie, sin responder a lo que Aron me preguntaba. Un hombre en túnica negra salió de aquel ropero, y se acercó tan rápidamente a mí, que cualquier grito o palabra quedo oprimida en mi pecho, estaba tan cerca, que pudo tocar mi pecho.

—Arberas tu freír — no entendí lo que dijo, pero aquellas palabras desenlazaron un fuerte dolor en todo mi cuerpo, haciéndome sentir más pequeña, me aleje lo suficiente hacia la cama, y mire mis manos la cuales comenzaron a tener un relieve distinto a las típicas líneas en ellas, estas eran azules. Mi corazón comenzó a latir frenéticamente, y aquel hombre parecía haber crecido más de la cuenta.

—Claire! Ábreme de inmediato— el toque frenético en aquella puerta retumbaba en mis oídos, aquella persona de aspecto decadente me sonrió haciéndome estremecer en mi lugar, haciéndome desear no haber huido de Aron.

—Volver por ti pequeña Claire. — dijo esto saltando por la ventana rompiéndola en mil pedazos, mire de vuelta a mis manos y no podía creer lo que mis ojos veían, mis manos brillaban llamativamente, al igual que mis pies, levante sin camisa, he igual lo hacia mi abdomen.

—Tumbare la puerta Claire si, no me respondes en este instante — mire la puerta por lo que pareció una eternidad, hasta que se escuchó el primer golpe — Aléjate de la puerta — volví a escuchar el segundo golpe, quería decirle que estaba bien que le abriría la puerta, que no había necesidad de tumbarla, pero estaba en shock, y no podía salir de este.

Aron

Tenía tanto miedo de que ella estuviera tras de la puerta, o si no ya la habría echado abajo, el olor que salía de la habitación no me agradaba y el hecho de que ella no me responda me aterra y más me aterraba en hecho de haber escuchado la ventana romperse. El cuarto y quinto golpe vinieron echando la puerta abajo, entre sin esperar nada, mire a mi alrededor, mire el suelo y pocos cristales se encontraban allí, todo el cristal tubo que caer fuera de la casa, mire a mi alrededor y una luz brillante me atrajo de inmediato, me  acerque al rincón de mi cama y allí estaba ella, se veía más pequeña, su estatura se había reducido de una manera drástica, su piel irradiaba luz propia, y sus brazos y piernas marcaban relieves victorianos de un color azul, los cuales parecían una segunda piel en ella, líneas largas unían aquellos relieves, pero su rostro no tenía ninguno, estos llegaban hasta su cuello, sus pequeñas y puntiagudas orejas llamaron mi atención, al igual que el color gris brillante de sus ojos, los cuales me miraban fijamente tres líneas horizontales permanecían en cada lado de sus ojos conectándose con el inicio de su cabello, era una visión majestuosa que no pude evitar sentirme idiota ante aquella belleza.

—Que me está sucediendo Aron — al decir aquello una capa de color naranja se apodero de su cuerpo, y su cabello rojo parecía en llamas, aquella mezcla de color me recordó a Emma y Eros — Aron — mi nombre sonó como un susurro en sus labios— Tengo miedo — y definitivamente lo tenía, sus ojos me lo decían su olor me lo decía, pero yo no podía salir de mi fascinación.

— Mierda — mire tras de mí al escuchar aquello saliendo de mi trance, y una zafara acelerada se encontraba en medio de la habitación — ¿cómo sucedió esto? Su sello está roto— mire a Claire y sus ojos se volvieron totalmente blancos y comenzó a recitar algo.

’’Cerca del último eclipse de Sangre, todo lo que aun tenga bondad caerá, ante las manos insanas de aquel tirano que derroco a su único y legitimo rey y lo envió al exilio, el último día de la faz de la tierra será evitado por el Rey cambia forma y sus ejércitos acompañado del Rey Exiliado, se crearan alianzas que nunca se creían capaz … Pero si antes de caer la luna de sangre aquel traidor sigue con vida, la vida como la conocemos, así sea humana, o sobre natural caerá ante ese ser lleno de odio y maldad’’

Aquello que decía no lo entendía, mire a zafara, y su expresión me dijo lo mismo, no entendía nada de lo que Claire acababa de decir. Mire a Claire y esta me miraba fijamente.

—Prepárate para una guerra que a lo mejor no puedas ganar, prepare para perder a la mujer y los seres que amabas y todo aquello por lo que lucharas si no te preparas — hizo una pausa volviendo en sí, movió su cabeza aturdida, y me miró fijamente a los ojos otra vez — ¿dime que eso no pasara? — me pregunto aquello mirando fijamente con sus ojos muy abiertos — Aron dime que lo que Acabo de ver ¿no pasara?

EN ALGUN LEGAR…

—La profecía ha sido dictada mi rey —dijo aquella anciana de aspecto duro, que pareciera tener tan solo unos ochenta años, pero esa fachada estaba tan alejada de la realidad, para sus 1300 años — La mujer que ha de dictar la profecía ha sido despertada, tendrá que prepararse.

Aquel hombre, miraba atentamente, el horizonte atreves de aquellas ventanas, sobre aquel edificio, el cual tenía su nombre grabado, un suspiro tosco Salí de sus labios antes de responderle aquella mujer.

—Hera, querida amiga, la inmortalidad no te ha favorecido — aquello lo dijo con sorna burlándose de aquella demacrada mujer — los años te han pasado por encima.

—Así es mi rey — le respondió bajando la cabeza ante la maldad que emanaba aquel hombre — tenemos que encontrar al exiliado como sea posible, si el conecta su destino con El rey cambia forma, serán poderosos, y su visión del futuro será fracturada, y poco a poco será eliminada.

—Has que eso no suceda Hera, porque si eso sucede toda mi ira caerá sobre ti. — Aquel hombre se acercó a aquella mujer acorralándola, absorbiendo la vitalidad de aquella mujer — solo tenías un trabajo Hera, y era matar a esa mocosa.

—Si lo hacia el futuro que quiere construir no estaría marcado en el destino.

—Pues tráela ante mí, antes de que mi reinado caiga.

Sol De Medianoche... Luna De Sangre - Libro llDonde viven las historias. Descúbrelo ahora