𝙲𝚊𝚙𝚒́𝚝𝚞𝚕𝚘 𝙸

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—¡Señorita!

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—¡Señorita!

—¡Señorita _______!

—¡Niña por favor, es hora de su baño!

La infanta de la casa, primogénita y única hija del conde de Santa Teresa, amada por toda la servidumbre por su inocencia y gran parecido a su madre, la difunta condesa quien siempre vio por ellos. Sin embargo, a sus tiernos 4 años, era muy traviesa y vivaz.

—¡Ahí esta!

—¡Agárrenla! —pidió la jefa de niñeras causando que la pequeña peli-___ comenzará a correr.

—¡Señorita por favor venga con nosotros!

—¡Solo queremos que usted se cambie ese vestido, esta lleno de tierra y mugre!

—¡Me gusta este vestido! ¡Es mi favorito y el de mi papá también! —gritó hacia ellas esquivándolas.

Ciertamente a la joven de ojos ____ le gustaba mucho la naturaleza, perderse en el gran jardín de la casa que colindaba con el bosque, jugar con las mariposas e insectos que se encontraba, y por lo tanto, terminaba ensuciando vestidos rosas, dorados y azules llenos de blanco encaje.

Intentaba perderle el paso debido a lo pequeña y rápida, pero las manchas de tierra que dejaban sus zapatos eran un problema. Deseaba ver a su padre y hablarle de su gran hazaña que fue encontrar un gorrión de pecho rojo en el jardín.

—¡Gaspar! —finalmente encontró a su único confidente y secuaz en sus travesuras.

Un hombre viejo, de barba y bigote gris, que le sirvió a su abuelo, le servía a su padre y era la mano derecha de su padre. El anciano se inclino a su altura para cargarla, era costumbre encontrarla casi siempre llena de tierra, y cuando no, de chocolate; pero era un milagro encontrarla limpia y pulcra.

—Pequeña _______, ¿otra vez escapando de la nueva jefa de niñeras Julieta? –preguntó en un tono suave y agradable.

—Es que no me agrada, la nueva nana es mala, siempre quiere bañarme y saca a mis animalitos de mi cuarto —expresaba en un berrinche donde inflaba sus mejillas—. Quiero a mi vieja nana, Dolores. ¿Cuándo volverá?

—Dolores esta muy enferma mi adorable dama, no quiere contagiarla y por eso no ha venido —contestó bajándola de su regazo.

—¿Pero va a volver conmigo?

—Roguemos a la virgen que si. ¿Qué tiene en las manos?

—Es un pajarito que encontré en el jardín —abrió sus manos mostrando al ave—. Es muy bonito y se lo quiero mostrar a papá.

Ese tipo de aves, se les encontraba solo muy cerca del bosque, lo cual preocupó al mayordomo. El bosque era muy peligroso, lleno de osos, linces y lobos que más de una vez atacaron a los pobladores y a la gente del conde.

𝑼𝒏𝒕𝒐𝒖𝒄𝒉𝒂𝒃𝒍𝒆 𝑩𝒆𝒂𝒖𝒕𝒚 ༒ 𝙳𝚎𝚊𝚝𝚑𝚆𝚘𝚕𝚏 𝚡 𝙵𝚎𝚖 𝚁𝚎𝚊𝚍𝚎𝚛 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora