𝙲𝚊𝚙𝚒́𝚝𝚞𝚕𝚘 𝚅𝙸𝙸𝙸

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Suspiró con melancolía, apoyando sus brazos en el balcón, clavando la mirada en nada más que el paisaje de las colinas sin nadie a su alrededor

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Suspiró con melancolía, apoyando sus brazos en el balcón, clavando la mirada en nada más que el paisaje de las colinas sin nadie a su alrededor.

—Señorita _______ —le llamó su invitada para que desviara la mirada a ella—. ¿Qué la tiene tan acomplejada? ¿Acaso mi visita le es aburrida?

—Verónica, llámame _______ a secas, ahora somos amigas ¿no? —se adentró a la habitación para sentarse en la mesa.

—Me llena de dicha que usted me considere su amiga —agregó viéndola tomar asiento—. ¿Té?

—Por supuesto —contestó—. Su visita acompañada de su señor padre me es deleitable, pero debo decir que no la esperaba.

—Bueno, dado a que usted faltó a nuestra cita acordada sobre la fiesta de té, le pedí a mi padre acompañarlo a Santa Teresa aprovechando que él tiene asuntos que discutir sobre negocios con el señor conde.

—Ah, cierto… ya veo…

La razón de su malestar fue precisamente eso, el haber faltado a su primer evento social, y todo por impedimento de su padre.

—No.

Sentenció su padre borrando su sonrisa de inmediato.

—¿Cómo? Pero padre…

—El duque y yo tenemos buenas relaciones, eso es cierto —finalmente apartó la mirada de su escritorio y su papeleo—. Pero creo no olvidar señorita, que últimamente la señora Prudencia me ha llegado con quejas debido a tu rendimiento en sus clases.

Apretó los labios tragándome saliva, demonios lo había olvidado.

—Esas son malas noticias _______. ¿Así es como me pagas todo lo que te doy? ¿Lo mucho que te consiento teniendo tantas mascotas?

—Prometo que no volverá a pasar padre, te lo juro, fue un error mío —intentó excusarse bajando la mirada para que no viera sus ojos acuosos.

—Confío en que no —agregó—, pero por lo pasado, no veo que tengas merecido ni tengas el derecho de poder asistir a esa fiesta de té.

Su dictamen fue tan frío con ella que cuando él la miró, su hija ni se molestó en levantar la mirada, permaneció callada dejándole claro que no quería objetar.

—Ya retírate —ordenó.

—… como tu digas padre —reverencio lentamente—, lamento haberte molestado con ese asunto.

Apenas salió de su despacho ignoró a cualquiera que quiso acercársele, corrió hasta su habitación derramando las lágrimas detenidas y tras cerrar la puerta de sus aposentos, se dedicó a llorar amargamente maldiciendo a su padre.

Aún recuerda sus palabras mientras tiraba al suelo objetos que no se romperían.

—¡Oh! Odio a mi padre, ¡odio a mi padre! —gritó en la soledad de las cuatro paredes—. Pero oh… pobre papi —gimoteaba abrazándose a sí misma—, cuanto lo amo, cuanto lo das todo por mi…

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⏰ Última actualización: Aug 05, 2023 ⏰

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𝑼𝒏𝒕𝒐𝒖𝒄𝒉𝒂𝒃𝒍𝒆 𝑩𝒆𝒂𝒖𝒕𝒚 ༒ 𝙳𝚎𝚊𝚝𝚑𝚆𝚘𝚕𝚏 𝚡 𝙵𝚎𝚖 𝚁𝚎𝚊𝚍𝚎𝚛 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora