1: la desaparición de will

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Era media noche en Hawking, y un pequeño niño se alistaba para salir.

-lo siento campeón -dijo un chico de ojos cansado mirando a su hermano- lamento que tengas que usar mi vieja ropa, pero ni la tuya te queda- dijo lo último en un susurro, pellizcando la pequeña nariz de su hermano.

Hace poco el pequeño castaño salió del hospital, y tanto su madre como su hermano compraron ropa sin medirse antes, por lo que le quedaba pequeña, así que mientras tanto el pequeño byers usaba la ropa de su mamá y la vieja ropa de Jonathan, o por lo menos la que encontraron en mejor estado, pues le quedaba grande.

Le arregló su chaqueta marrón, esa que le recordaba al mismo día que lo encontraron, dónde solo paseaba despreocupado por el pueblo, y de un momento al otro se encontraba llorando y abrasando a un pequeño niño ensangrentado.

-bien pequeño, vámonos -dijo dándole la mano hasta que Joyce llegó con ellos.

-¡Esperen!- dijo en tono fuerte para llamar la atención- primero necesito una despedida con mi pequeño- dijo agachándose a besar la cara de su pequeño niño.

-mami, ¡Mami!- exclamó el pequeño mientras reia-¡Ya! ¡Estaré bien! Estoy bien -dijo el menor.

-si... Pero no quiero que te pase nada, cielo -dijo la mujer acaramelada, besando la frente de su pequeño- vayan con cuidado -dijo Joyce a sus dos niños.

Jonathan asintió y le extendió la mano a su hermano, quien se arremango el brazo de la chaqueta y tomo la mano de su hermano. La chaqueta le quedaba muy grande.
Saludaron a su madre antes de subir al auto y se fueron.

Joyce miraba enternecida a sus dos muchachos, cómo crecieron desde ese día. Los amaba. Se dió media vuelta y se dirigió a la habitación de su hijo menor, en dónde se encontraban muchos dibujos muy lindos, y en su escritorio un florero con aquellas rosas blancas que Hopper le regaló al pequeño aquel día en la ambulancia.

-me sorprende como siguen tan sanas después de años -dijo para si misma.

[...]

En la casa de Mike wheeler, el chico contaba la historia de la actual campaña.

Mientras jugaban, Mike hizo aparecer un demogorgon, a lo cual todos se empezaron a quejar, en especial Max.

—¡Malditos hijos de puta!— exclamó enojada la niña de pelo rojizo.

—¡No grites groserías!—le exigió Mike a la chica de coleta alta.

—¡Era la más poderosa Y ME SACRIFICARON!— grito Max.

—¡¿Si lo eras tanto, entonces por qué no te protegiste?! —

—¡Estaba distraída! —

—si Mike, eres injusto con ella— dijo lucas.

Mike lo miró incrédulo, y Max sostenía una sonrisa de victoria.

—¡Callate Lucas! ¡Tu solo hablas por qué estás enchulado!—dijo Mike.

—¡Retractate!— exclamó Lucas enojado.

—¡Niños!— Llamo Dustin.

Pero lo ignoraron, a lo que todos se pusieron a discutir de forma estúpida, aunque ellos mismo sabían que después de pelearse se perdonarían al instante.

—¡JODER YA PAREN!— grito Dustin, y todos lo callaron.

—si niños, paren—...— yo vine a jugar, no a escuchar como cuatro pendejos se ponen a pelear —y e aquí el pequeño y adorable alivio para que estos niños no se peleen.

𝐒𝐓: 𝟶𝟷𝟷 & 𝟶𝟷𝟸 <ᴾᵃᵘᶳᵃᵈᵃ>Donde viven las historias. Descúbrelo ahora