Kim Taehyung es un omega que viene de Daegu; se muda a Seúl por el hecho de que su padre consigue un nuevo trabajo en tal lugar. En los planes de este omega no estaba enamorarse ni enlazarse.
Estos planes son arruinados cuando un Alfa peliplata acer...
Ambos omegas caminaban por los pasillos del instituto; ahora todos sus compañeros se habían alejado de el. Aquella mañana le vieron entrar con el que antes era un trío de chicos; notaron rápidamente el aroma de min en el, por lo que rápidamente todos los alfas trataron de alejarse y al igual que JiMin, evitaban tocarle.
— ¡Hoy iremos a comprarte ropa!
— ¿Comprarme ropa? Pero no tengo dinero...
— Oh de eso no te preocupes, tómalo como un regalo. Aun que realmente usare el dinero de mi hermano...
— Ey... te escuche.
Ambos omegas voltean hacía atrás al escuchar una tercera voz. Yoongi observaba a ambos omegas con una pequeña sonrisa.
— ¿Ups? Pero tú le debes comprar las cosas a tú omega.
— No es mi alfa — comenta Tae.
— Eso lo discutiremos después, bonito.
El pelirojo se sonroja al ser llamado así frente a JiMin, era la primera vez que le decía "bonito" con la presencia de alguien más.
— ¡Argh! Ya están peor que Jungkook y yo.
— ¿Hablas de los apodos? Por que si no me equivoco una vez escuche a kook llamándote "amorcito"
— ¡Cállate! — el rubio le de un zape a su hermano para después irse corriendo de allí.
Ambos menores empezaron a reír cuando vieron lo avergonzado que se encontraba el rubio, hasta que lo perdieron de vista.
— Así que... mi omega...
— No, te dije que estabas castigado. — dice dando media vuelta.
— Oh vamos, dame al menos un besito.
El alfa rodeo por atrás la cintura del pelirojo, apoyando su barbilla contra el cuello del mayor. Algunas personas al rededor observaban entre sorprendidas y enternecidas la escena frente a ellos. El omega empezó a dar ligeros golpecitos en los fuertes brazas que le rodeaban, pero el castaño no se iba a separar tan fácilmente.
Finalmente TaeHyung se giro aun entre aquellos brazos y quedo frente a frente con el más alto. Formo una sonrisa y rodeando el cuello del menor, se fue acercando hasta que juntaron sus labios.
— ¿TaeHyung...?
El omega se separó rápidamente cuando escucho esa voz. Volteo y vio a la mujer frente a ambos. La omega observaba todo con su boca abierta.
— M-Mamá... veras, es que yo...
— D-Después me explicas, pero ahora ya no hay tiempo ¿Dónde esta JiMin?
— El... creo que fue con Jungkook.
— Tae, JungWoo esta afuera. Me forzó a llevarlo hasta aquí; le dije que iría al baño de la escuela y el estúpidamente me creyó; tienen que salir, pero no por la entrada principal...
El pelirrosa observo a lo lejos como su amigo y la pareja de este llegaban entre risas; risas que pararon cuando observaron a la madre de TaeHyung.
— Señora Kim ¿Q-Qué le trae por aquí? — cuestiona el rubio.
— JiMin... tú... deben salir ya. Por otra salida; JungWoo les esta esperando.
Los cuatro se observaron entré ellos, hasta que el azabache asintió y sujeto de las manos a ambos omegas y los llevo hasta un salón, dejando atrás a la madre del pelirrosa.
Dentro del salón había un alfa con su cabello plateado y lentes. Este se encontraba ordenando algunas cajas cuando el pequeño grupo entro. Inmediatamente levanto la vista ante el sonido de la puerta siendo cerrada.
— ¿Jungkook? ¿Qué haces aquí?
— NamJoon... tú eres parte del consejo estudiantil... tienes las llaves de todas las puertas de la escuela.
— Bueno, sí... pero no debo usarlas para sus tonterías.
— NamJoon, por favor. Alguien esta amenazando a JiMin y a la pareja de yoongi; los esta esperando en la entrada principal y tienen que salir de otra manera.
El de cabello platinado observo desconfiado a sus cuatro compañeros frente a el.
— Nam, por favor ¿Que pasaría si hoseok estuviese en esa posición?
Ante la mención de su pareja el alfa suspiro y finalmente asintió. Agarro su mochila y de allí sostuvo un grupo de llaves juntadas por un llavero. Los cuatro empezaron a seguir a NamJoon el cual los llevó hasta el auditorio del instituto. Cerca del escenario había una puerta que llevaba directo al estacionamiento del colegio, lugar donde los padres de familia tenían prohibido estacionarse, solo era para trabajadores o alumnos que ya tenían su propio vehículo.
— No le digas a ningún profesor de esto, Jungkook.
— Gracias, Joon. Y tienes mi palabra, nadie dirá nada sobre esto.
Los cuatro salieron del colegio. Y de inmediato el azabache agarro su celular para llamar al chofer personal de su familia. No pasaron ni diez minutos antes de que un carro negro y elegante se adentrara al estacionamiento; afortunadamente no habían docentes cerca por lo que se metieron al vehículo rápidamente y salieron del estacionamiento. Al pasar frente a la salida principal observaron que la madre de TaeHyung y JungWoo seguían esperando frente al instituto.
— ¿Qué hacía ese tipo allí? — dice Jungkook.
— Amenazo a mi madre... al menos ella nos aviso.
— ¿Por qué no simplemente te aviso por teléfono?
— No se... recuerden que ayer JungWoo le quito el celular a mi madre.
Los otros tres asintieron, muy fácilmente el hombre pudo haberle quitado el celular a la madre de Tae, esperando a que el pelirojo llame en algún momento; o peor aun, para tratar de rastrear su ubicación, pues su madre le había instalado una aplicación donde le decía en donde estaba las 24 horas del día por pura seguridad. Afortunadamente el día anterior Tae borro su ubicación del celular, por lo cual sería imposible que lo encuentren.
— Creo que la salida al centro comercial mejor la cambiamos para ma... — el azabache es interrumpido.
— Señor jeon — interrumpe el chofer.
— ¿Que sucede señor Choi?
— Hay un carro que nos ha estado siguiendo.
Al voltear, los cuatro pudieron ver que efectivamente había un carro que absolutamente no era el de la madre de TaeHyung persiguiéndolos. Ambos alfas gruñeron. Siendo astuto, el chofer giro a una dirección la cual absolutamente no los llevaría a casa de los jeon.
— Creo que por ahora lo mejor es no ir a casa; no podemos dejar que descubran donde estamos escondiendo a TaeHyung y a JiMin.
— ¿Entonces que hacemos? No podemos pasar todo el día dando vueltas y vueltas por las calles de Seul.
— Señor Choi... deténgase en la plaza comercial del centro de Seul.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
