Sabías qué.
El tatuaje es una expresión de arte, y eso lo sabía bien Fukushi Masaichi, un patólogo japonés que dedicó su vida a coleccionar tatuajes post mortem. Si, has leído bien, este doctor al mismo estilo de Leatherface, conservaba el arte de la tinta en su lienzo original.
El comienzo de su extraña colección
Fukushi en su condición de patólogo, desarrolló su interés por los tatuajes cuando estudiaba los lunares y el movimiento de los pigmentos en la piel humana. Encontró suficientes tatuajes y se obsesionó con ellos, especialmente los diseños japoneses tradicionales, empezando a recolectarlos para su propia colección personal. Además, descubrió que la piel perforada con agujas evitaba la recurrencia de la sífilis en las pieles recién tatuadas; lo que aumentó aún más su interés por este arte.En 1920, Fukushi aceptó un puesto en un hospital de Tokio, donde tuvo contacto con varias personas tatuadas en el molde tradicional japonés. El hospital era una organización benéfica que atendía a las clases más bajas, y como los tatuados
murieron por enfermedad o vejez; Fukushi realizó las autopsias y conservó sus pieles. Después de pasar un tiempo en Alemania, el médico regresó a Japón para trabajar en la Universidad Médica de Nippon; donde continuó su extraño estudio.En la universidad, desarrolló un método de tratamiento y preservación, específicamente de la capa dérmica que contenía el tatuaje, pudiendo estirarlos y colocarlos en marcos superpuestos con gafas; lo que posibilitó que también se pudieran realizar investigaciones médicas posteriores.
Fukushi Masaichi recolectó cerca de 2000 pieles tatuadas
Hay que aclarar, que el proyecto de Fukushi contaba con la plena colaboración de los tatuados, con quienes mantuvo buenas relaciones. El médico incluso ayudaba económicamente a aquellos que no pudieron terminar sus tatuajes, pagando para que puedan completar el diseño. A cambio, él tenía derecho a obtener la piel del individuo después de su muerte.Con el tiempo, Fukushi se volvió sumamente respetado y admirado entre los grandes maestros japoneses del tatuaje, llegando incluso a presentarse como jurado en algunas convenciones.
A lo largo de su vida, el médico recolectó más de 2000 dibujos, junto con información detallada sobre los dueños de los tatuajes y sus pieles. Desafortunadamente, la mayoría de sus documentos fueron destruidos en 1945 durante el bombardeo de Tokio en la Segunda Guerra Mundial. Se cree que la Universidad de Tokio tiene 105 imágenes que contienen las pieles tatuadas, muchas de ellas son de cuerpo entero.
Gracias por leer.
Denle estrellita porfaaa.
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¿SABÍAS QUÉ?
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