capitulo 3

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-acciones-
*pensamientos*
(Aclaraciones mias)
~susurros~
"Leyendo o Algo entre comillas"
_Traducciones_
Así hablan en otro idioma

Narra la autora

Una nueva mañana llegaba al palacio de Topkapi y una sultana despertaba lista para que su fiel compañera la fuera a ayudar a bañarse

Fadila: Su majestad se quedó dormida leyendo otra vez?

Zahira: Es un mal hábito que trato de dejar, deja dolores de cuello... Has visto a Daye? No he sabido de ella, espero la veamos este día, ha sido como una madre para mí

Fadila: No su majestad, descuide le diré a  Gül Ağa que la busque

La sultana fue vestida al poco rato, su amiga la ayudo a elegir un vestido blanco que llevaba encima kaftan color crema con un patrón de líneas, sus hombros eran algo abultados y a partir de los codos colgaba una tela tipo til transparente, llevaba un tocado sencillo de plata con incrustaciones de diamantes y un collar del mismo estilo

La sultana fue vestida al poco rato, su amiga la ayudo a elegir un vestido blanco que llevaba encima kaftan color crema con un patrón de líneas, sus hombros eran algo abultados y a partir de los codos colgaba una tela tipo til transparente, llevab...

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Al acabar de arreglarse salió de inmediato a caminar por los jardines, era su parte favorita del día, claro luego de pasar tiempo con sus adorados hijos, caminaba sin rumbo por el jardín, admiraba todas las flores que habían, sus formas, colores y olores la llamaban a estar cerca. Al final se sentó en el pasto justo al lado de un rosal y comenzó a leer con calma. Siempre metida en los libros, eso la hacía una de las sultanas más cultas e inteligentes, había llegado al palacio con esa hambre por los libros y no pensaba dejarla con facilidad.

Fadila: Su majestad, la sultana madre ha mandado a llamarla, parecía algo urgente

Zahira: Ya mismo voy, mmm será otra ocasión en la que acabe este libro

Dijo la sultana para si misma y luego procedió a caminar a la habitación de su suegra, no le preocupaba tanto sin embargo sentía aquel nerviosismo de que ese llamado fuera tan repentino. Al llegar a la habitación fue anunciada por los eunucos y entró con su querida compañera, hicieron la clásica reverencia para después besar el dobladillo de la madre sultana

Zahira: Me mando a llamar?

Ayşe: Me había asustado, me dijeron que Mahidevran fue a buscarte anoche y al no venir a darme los buenos días pensé que te había hecho algo

Zahira: Descuida madre, la sultana Mahidevran no tiene el poder que necesita para hacerme daño

Ayşe: Y dime, te sientes cómoda aquí?

Zahira: La verdad extraño mucho Manisa pero... Nada se comprara con el regreso al calor del hogar donde crecí madre, estar aquí me trae tantos recuerdos de mi infancia, siempre estaba a tu lado o con el sultán, nos metimos en muchos problemas igual, éramos unos niños

Ayşe: Y ahora... El es el sultán del mundo y tu... Una sultana digna de estar a su lado y gobernar con el

Zahira: Espero serlo su majestad, amo al sultán tanto como a nuestros hijos, solo espero ser digna para estar a su lado

Ayşe: Y se bien que lo serás, no cabe duda

Zahira: Si me permite madre, me gustaría respirar un poco de aire fresco

Ayşe: Claro querida, te veré más tarde

La joven hizo una reverencia y salió del cuarto siendo seguida por su dama, camino hasta los jardines encontrando a su hijo con su padre, ambos caminando y charlando. En ese momento deseo poder dibujar esa tierna escena, Osman tenía similitudes a su padre pero más bien era su carácter lo que había heredado ya que muchos rasgos le pertenecían a su madre al igual que sus hijas.

Osman: Madre! -se acercó a ella y beso su mano- Mi padre y yo esperábamos ir a cabalgar, no gustas acompañarnos

Zahira: Es mejor que vayan ustedes, deben recuperar el tiempo perdido padre e hijo

Osman: Estás segura madre?

Suleiman: Sabes que eres bienvenida mi sultana

Zahira: Estoy totalmente segura mi sultán, este es un momento para ustedes dos, luego seguro podré unirme, por ahora diviértanse

La joven abrazo a su hijo y después recibió un beso en su mano por parte del sultán como despedida para verlos irse a los establos, eran los dos hombres más especiales de su vida y los amaba con todo el corazon, eso ya lo estaba confirmando y era seguro.

Tomo su libro y siguió con su lectura oculta del mundo hasta que escucho el sonido de un bastón chocando contra el piso constantemente, levanto la mirada encontrando a aquella mujer que habla sido como su madre

Zahira: Daye! Es un verdadero gusto verte de nuevo, te extrañe en todo el tiempo que estuve en Manisa

Daye: Es un gusto verla sultana, igual se extrañaba verla escondida leyendo, siempre fue para usted un deleite hacernos buscarla por todo el palacio hasta encontrarla

Zahira: Jamás he sido alguien de convivir, y mis libros son toda mi salvación

La joven y la mujer siguieron hablando hasta que llegó la hora de que cada una retomará sus actividades, se dieron un cálido abrazo para luego despedirse y caminar por lugares distintos

Recuperar su amor (Sultán Suleiman y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora