cuatro

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— son re putos, boludo.— murmuraba la peli-azul, viendo la linda escena frente a sus ojos.— estos dos se re gustan y no hacen nada por eso.

— mal boluda, viene uno o el otro a contarme como les agarra un pánico gay y parece que ninguno toma los consejos que les doy como el buen gay que soy.— Robleis murmuraba también, viendo la escena.

— gay.— fue lo único que dijo Brisa.

Rodri e Iván estaban todavía durmiendo, acostados y tapados hasta la cintura; el castaño se encontraba boca arriba apoyando su cabeza en el pecho ajeno, mientras el más alto estaba de un costado con un brazo encima del pecho de Rodrigo y el otro debajo de su almohada. Mantenían apenas la boca abierta y tiraban leves ronquidos y suspiros pesados.

Después de la declaración de anoche, a ambos les costó un poco más poderse dormir, y quisieron darse la espalda dejando un gran espacio entre los dos. Y ahora la razón por la que estaban tan juntos era que Carre se había despertado en medio de la noche, medio perdido de todo, y sin pensarlo se acurrucó en Iván. Y este como a cualquier ser humano que se mueve por las noches, su brazo decidió por si solo posarse en el castaño.

— eu, Carre se está despertando.— llamó la atención Rob, viendo al nombrado.

El castaño empezó a abrir los ojos con lentitud, sentía toda su cara inchada y por eso paseó una de sus manos encima de esta, haciendo presión contra sus ojos y piel. Frunció el ceño al ver a los chicos parados en la puerta.

— ¿que hacen?— preguntó, con la voz toda adormilada y ronca. Rob tiró un "nada", y por alguna razón empezó a sonreír. Carre no entendía nada.

Cerró los ojos por unos segundos, para después abrirlos y ver a su derecha, encontrándose con aquel pibe lindo que tanto le gustaba, tan cerca de él. Su corazón se empezaba a alterar de a poco, y más cuando sintió la mano de Iván en su pecho.
Se sintió más enamorado de lo normal al verlo ahí, todo dormido y tierno, con esas pestañas que eran como abanicos color negro profundo, y aquel pelo casi rizado todo desordenado.

Iván lo traía muy mal.

Se perdió en él, en su linda cara, sus lindas pestañas, en ese simple contacto. A veces Rodri deseaba que Iván fuera mucho más demostrativo con el contacto físico, pero simples roses o palmaditas le eran suficientes, y creía que había la posibilidad de que Iván era otra persona en ese sentido si andaba de novio. Le daba ilusión pensar en aquello.

Rodrigo salió de su cabeza cuando su amiga lo llamó.

— deja de mirarlo de forma gay y despertalo, tienen que desayunar todavía.

— ¿que hora es?— preguntó, sentandose en su lugar, despacio para no despertar al pibe de al lado.

— como las dos de la tarde.

— muy temprano para desayunar me parece.

Diez minutos pasaron cuando se los vió ingresar al comedor, Rodri animado como siempre e Iván con la cara toda hecha pija. El castaño no se le iba a sacar de la cabeza la idea de que Iván se veía muy hermoso así, recién despierto.

Se sentaron juntos, casi pegados, viendo como sus tres amigos estaban tomando mate tranquilamente y un paquete de "9 de oro" posaba en el centro de la mesa, pero este lastimosamente estaba vacío.

Rodri agarró el mate que le entregó Robleis, y acto seguido agarró el ya dicho paquete.— se comieron todo mangas de forros cagados de hambre.— los puteó, claramente no iba enserio. Ese comentario hizo sacar leves risas a los cuatro. Pero su atención sólo se fue a la risita de Iván, toda linda.

Para nada simp.

— se tendrían que haber levantado un toque más temprano antes de dormir pegados como novios.— Angie se levantó, yendo a buscar algo a la barra. Rodri sintió apenas sus mejillas arder por el comentario.— acá hay más.

Dejó el paquete en la mesa, el cuál fue abierto por ella misma. Tomás le cebó mate a Iván, y el susodicho tomó al toque pero hizo una mueca de asco al segundo.

— poné la pava, está re fría el agua.— reclamó Iván, cómo primera frase después de haberse despertado. Rodrigo sintió un cosquilleo en su pecho cuando lo escuchó hablar.— eu, el martes ya hay que dar la exposición. Hoy avanzamos algo y mañana seguimos en la casa de otro.— estiró su brazo para agarrar cuatro galletas, dos le dió a Rodri, él agradeció y con ello le regaló una mini sonrisa, la cual Iván no pudo evitar ver y sonreír también.

Tomás los vió hacer dicha acción y su cabeza pensó en lo gays que eran sus dos amigos.

— ¿hacemos algo esta noche?— propuso Brisa.— así descansamos y después mañana nos seguimos saturando.

— estuvimos como... una semana descansando. Si no me hubieran alargado los días ahora estaríamos boludeando.— y no pudo faltar una reclamación por parte de Iván.

— ¿y por qué no te fuiste con otro grupo entonces?— preguntó Tomás, obviamente de buena manera sin ser posta.

— no tengo otros amigos y todos del salón me caen mal.

— todos menos nosotros.

— no, todos menos Rodri.

— da' re forro.— se quejó Rob, escuchando cómo Iván reía apenas.

Carre no pudo evitar sentir algo lindo en el pecho cuando escuchó aquello, aún sabiendo que no era posta porque Iván les tenía un re cariño a los cuatro. Aunque si fue raro para él escuchar eso, ya que su amigo no era de tirar ese tipo de comentarios refiriéndose sólo a Rodrigo, aunque fue uno simple.

— si van a hacer algo yo no voy, no pienso dormir entre dos homosexuales otra vez.— dicho eso, entrelazó sus dos brazos y se recostó en Rodrigo, relajando todo su cuerpo.
Rodri lo miró de reojo e intentó contener sus nervios.

Por alguna razón Iván se despertó de buen humor, supuso que era por lo que había pasado anoche.

— ¿homosexules quienes?— preguntó divertida Angie, alzando una ceja.

sentimientos | rodrivan Donde viven las historias. Descúbrelo ahora