Con el paso de los días, he aprendido que a Nanon no hay que despertarlo en las mañanas.No importa si en las noches lo tengo debajo de mí pidiendo por más, él sigue siendo el rey, y tengo que cumplir con sus órdenes.
Abro la puerta con cuidado, porque tengo hambre, y me niego a pedir algo de comer.
Los sirvientes aún no están acostumbrados a mi presencia, y no me atrevería a hacerlo, aunque Nanon me ha dicho que puedo.
Todos los guardias del pasillo me miran y creo que es porque nunca había salido solo.
Parecen tener una lucha interna y se miran entre ellos, hasta que finalmente se colocan en la posición con la que saludan a Nanon, evitando mirarme a la cara.
Camino confundido entre ellos, dándoles los buenos días.
Bajo las escaleras y voy a la cocina, encontrándome con dos de las chicas que siempre llevan el desayuno.
Ambas hacen una reverencia, y eso me incomoda.
—Buenos días —digo apenado— ¿P-Puedo hacerme algo de tomar?
—Solo tiene que pedirlo, señor —responde una de ellas apoyándose en la mesa— si no quiere desayunar en la habitación hoy, puede ir al comedor.
—N-No, solo quiero un jugo, puedo hacerlo yo.
Ambas se miran y finalmente una responde.
—Puede hacerlo, señor, usted puede hacer lo que quiera, lamentamos si sintió que estabamos prohibiéndole algo.
—No, no, no me molesta, en realidad, agradezco que quieran hacerme ese favor, pero soy yo quien no desea incomodarlas, su trabajo es servirle al rey, yo no lo soy.
—Pero duerme con el rey —dice una y la otra la golpea para que se calle.
Me quedo en silencio, porque la verdad es que no sé con que título lo hago, no sé si soy al menos su novio.
No hemos hablado al respecto.
No hablamos mucho, porque tenemos una relación un poco más física.
—Sigo siendo un esclavo, no tienen que servirme a mí.
—Yo puedo hacerte el jugo si quieres —responde una de ellas sonriéndome— no me molesta.
—¿Por qué estás tuteándole? —pregunta Nanon desde la puerta, con los brazos cruzados.
Ella baja la cabeza rápido, disculpándose.
—Majestad, lo lamento, yo-
—Nos vamos a casar, háblale como si estuvieras hablándome a mí —dice agarrando mi mano para jalarme— y llévale el jugo a nuestra habitación en 30 minutos.
Eso significa que quiere pelear.
Me quedo en silencio, tratando de procesar sus palabras, mientras me lleva por las escaleras.
Cuando cierra la puerta, retrocedo, porque empieza a lanzarme los cojines.
—¡Estabas coqueteando con la sirvienta!
¿Qué?
—¿Qué dices?
—No le dijiste que eres mi novio.
—Bueno, hubiera sido útil que me menciones que somos novios, porque no hemos hablado de nuestra relación en estos días.
—Pues no podemos hablar mucho, porque tengo todo el tiempo tu pene en mi boca, supongo que esa era una señal de que eres mi novio ahora y como nunca vamos a terminar, tenemos que casarnos en algún momento, porque no podemos ser solo novios por siempre.
—¿Entonces soy tu novio?
—Ya no, porque estabas mirando a esa mujer.
—Pero Nanon, solo quería un jugo.
—No me llames Nanon, estoy molesto contigo, ahora soy tu majestad.
—Nanooooon —alargo intentando acercarme y me mira mal.
—Espero que te ahogues con tu jugo.
Sonrío, agarrando su cintura, para pegarlo a mí.
—Lo siento —digo besando su hombro— jamás volveré a pedirle un jugo a alguien, ¿de acuerdo?
—Tampoco puede mirarte la gente a la cara, si vas a ser mi novio futuro esposo, tienes que poner las mismas reglas que yo.
—Oh, bien, está bien, no permitiré que me miren a la cara.
—Es que eres lindo, y vas a gustarles —dice haciendo un puchero— no quiero que te estén mirando.
—¿Por qué crees que yo estaría interesado en alguien más si existes tú? —le pregunto agarrando su rostro— yo te amo a ti.
Noto sus ojos brillando, porque es la primera vez que se lo digo.
—¿Me amas?
—Te amo —respondo besando su nariz.
—Bueno, ya puedes decirme Nanon de nuevo —dice regresando a la cama.
Hago un puchero, caminando detrás de él.
—¿Estás enojado aún?
—Sí, por tu culpa desperté temprano, asi que ahora tengo que cumplir con mis rispinsibilididis —responde girando los ojos y poniendo la voz más aguda.
Me río abrazándolo y coloco mi rostro en su pecho, cuando se acuesta.
—Lo siento, ¿hay algo que pueda hacer para disculparme?
Él sonríe, mirando mis labios.
—¿Qué clase de propuesta es esa, Ohm?
—Es una propuesta sin límites, tú puedes pedirme algo, y yo lo voy a hacer.
Él suspira, jugando con mi cabello.
—Pasemos el día acá —dice con la voz más suave— me gusta pasar el tiempo contigo.
—Hecho.
—Te amo —agrega sonrojándose y yo sonrío, acercándome a su boca.
—Dilo otra vez.
—Jamás lo voy a repetir —dice mordiéndome el labio inferior— espero que lo hayas disfrutado, porque no tendrás más de eso.
Resoplo acariciando su cintura, y bajo los dedos a su entrepierna.
Estoy seguro de que voy a poder hacerle decirlo una y otra vez.
🌻
Fin.
Esta historia tiene un E X T R A que puedes leer en OUR SKYY, un libro que encontrarás en mi perfil. 🩷
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Rey || Ohmnanon
FanfictionNanon está aburrido, hasta que ve a un esclavo que le gusta.