Capítulo 3

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Cyno estaba orgulloso de su autocontrol, era lo que elogiaba como su mejor cualidad junto a sus bromas, pero esta mujer estaba poniendo a prueba incluso su ilimitada disciplina. La pequeña Reina se había despertado y después de unas pocas palabras de Nilou, se calmó instantáneamente, sosteniendo la mano de su niñera mientras se escabullían por los callejones de la ciudad de Sumeru, Cyno le había prestado su capa a la pequeña Reina y Nilou dijo que conocía un lugar para salir de la ciudad fácilmente, así que ahora se escondían del Regimiento de Los Treinta, la pequeña Reina se escondía detrás de ellos mientras el dulce aroma del perfume de las Orquídeas Padisha de Nilou inundaba su nariz, tomó cada gramo de control y la presencia de una niña, para simplemente no devorarla, reprimió el deseo y lo encerró con fuerza, ahora no era el momento para eso. Una vez que el camino estuvo despejado, Nilou los condujo a un par de puertas subterráneas que se abrieron solas, la pequeña Reina se iluminó ante esto y Cyno pudo ver las preguntas arremolinándose en sus diminutos ojos verdes, pero en su lugar, solo se limitó a aferrarse con más fuerza a Nilou, cuando un hombre se acercó a ellos, Cyno estaba preparado para lanzarse frente al peligro.

"Ah, Nilou, ¿te cansaste de tu cómodo trabajo en el palacio?"

"Señor Zubayr, recibiste mi mensaje", dijo Nilou , un poco triste.

'¿Qué mensaje?'

"Por supuesto y me alegro de que hayas decidido aceptar nuestra oferta-..."

"Señor Zubayr, lo siento, pero no he venido por eso", interrumpió ella, "Tenemos que salir de la ciudad y rápido". 

Los ojos de Zubayr se endurecieron y Cyno se tensó, un movimiento en falso y se aseguraría de que el hombre lamentara su existencia.

"Vengan", fue todo lo que dijo.

Nilou iba a seguirlo pero Cyno la agarró del brazo.

"¿Qué quiere decir con su oferta?"

Nilou negó con la cabeza. "Es algo para otro momento"

Cyno se mordió la lengua y procedió a seguirlo, con la mano hormigueando por el impulso de invocar su lanza; Zubayr los condujo detrás del escenario, en una sección del teatro cubiertas por cortinas, tiró de una palanca y, al hacerlo, unas escaleras que conducían al subsuelo se desplazaron mecánicamente bajo ellos, un túnel; Zubayr se fue y regresó con un bulto de ropa y una bolsa llena de alimentos, y se los dio a Nilou.

"Gracias, Señor Zubayr", dijo Nilou, "Nunca olvidaré esto."

"No necesitas agradecerme, pequeño Loto, vete, no diré ni una palabra.

Nilou asintió agradecida y tomó la mano de la pequeña Reina, llevándola por debajo de la ciudad, Cyno esperó hasta que estuvieron fuera del alcance para oírlos e invocó su lanza, apuntándola al cuello del anciano.

"Si descubro que nos has delatado, por cualquier razón o de cualquier forma, haré que te arrepientas del día en que me traicionaste, ¿entendido?."

Zubayr asintió rápidamente y Cyno, satisfecho, siguió a Nilou y a la pequeña Reina.

Zubayr asintió rápidamente y Cyno, satisfecho, siguió a Nilou y a la pequeña Reina

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El Demonio y la Estrella Vespertina [Xiaolumi]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora