- Daphne me advirtió que si seguíamos con esto, sería él quien terminaría lastimado.
Llevaban un tiempo allí, simplemente recostados y acariciándose.
- ¿De que hablas? - inquirió la castaña en un susurro. Disfrutando las caricias que hacían sus ded...
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| Lyra LeBlanc |
Lyra no se podía considerar una persona que amaba su trabajo, no lo hacía, pero tampoco lo odiaba. Trabajar en el Ministerio era una experiencia que, a su parecer, todos debían vivir una vez en la vida.
Pero esa pasantía la había hecho odiar los viernes, algo que creyó imposible.
- ¿Falta algo? - le preguntó Xavier mientras subían al ascensor. Afortunadamente, podrían irse después de dejarle el papeleo al señor Potter.
- No. - contestó sin quitar la vista de los pergaminos en sus manos, asegurandose de que estaba todo allí.
Cuando llegaron al piso, casi tuvieron que arrastrarse para llegar a la oficina. Lyra no quería hacer otra cosa que quitarse los zapatos y tirarlos lejos.
- Casi lo olvido. - habló el señor Potter mientras ella y su compañero guardaban sus cosas para irse. - Lyra, tu celular sonó hace un rato.
La aludida lo tomó despreocupadamente, pensando que era su amiga, quien solía llamarla siempre que sabía que estaría ocupada. Sin embargo, la sorpresa se apoderó de ella al ver qué quien la había llamado era Draco M.
- ¿Todo bien? - preguntó su jefe al ver cómo la muchacha soltaba su bolso.
- Si. - asintió rápidamente, volviendo a tomar el bolso y viendo la mirada confundida de su compañero. No solía ser tan descuidada. - No es nada, gracias por... - pero antes de que pudiera terminar, él asintió, haciendole un gesto para que pudiera irse. Se despidió y salió de la oficina, curiosa por saber a qué se debía el llamado.
Tuvo el impulso de llamarlo aún en el ascensor, pero decidió ser paciente y esperar a llegar a su departamento.
Una vez allí, y antes de sentarse a almorzar, lo llamó. No tuvo que esperar mucho para escuchar su voz.
- Lyra. - escuchó y sonrió como una tonta. Le gustaba como sonaba su nombre saliendo de sus labios.- Lamento haberte llamado sin avisar. - su voz la sacó de sus pensamientos. - Quisiera hablar contigo sobre algo, ¿puedo invitarte a almorzar?
Lyra detuvo su respiración abruptamente, y miró a Bruno, quien movía su cola y la miraba con la cabeza torcida, casi como si estuviese representandola en ese momento.
- ¿Sucedió algo? - preguntó finalmente, cohibida. Por un momento se sintió una adolescente que estaba por ser reprendida. Luego recordó que ni ella era una adolescente, ni Draco era quien para reprenderla.
- No, pero quiero proponerte algo. - al oírlo, no pudo evitar atragantarse con su propia saliva. Definitivamente no esperaba esa respuesta. No esperaba su llamada.