Natasha sospechaba algo.
No estaba ni cerca de la verdad, porque seamos sinceros, nadie que mirara a Steve Rogers, con esa altura, esos músculos y siendo supuestamente, el soldado más grande y valiente de la segunda guerra mundial, el personaje más famoso de la historia, se asumía que no tenía nada que ocultar.
Pero Natasha estaba entrenada para desconfiar, y sabía que algo no encajaba, algo en Rogers era especial, pero espiarlo no era una opción, eran amigos, así que la pelirroja estaba preguntándole directamente, lo cual sería normal, si no fuera porque estaban en medio de una misión de rescate.
-vale, enserio, tienes un secreto, ¿Cómo conectas tan bien con las mujeres?
-bueno, estaba muy unido a mi madre
-El capitán América! ¿Eras un niño de mamá? Esa respuesta no me gusta, no me convences
-bueno, es la verdad - esto llevo a Steve a añorar esa relacion, de un pasado muy lejano.
¿Qué pensaría su madre de el?
Fue una niña de mamá, en realidad, se arrepentía de toda la rebeldía adolescente que vino después, incluso fingió que el nombre que su madre le dio, fue su inventada hermana que murió, su única culpa era haberle hecho daño a su madre.
-Sabes? Si pidieras salir a Katie de contabilidad, ella te diría que si
-justo por eso no lo hago
-muy tímido?
-muy ocupado- sentía que Natasha podría leer en su rostro como nació, no tenía paracaídas y aún así salto del avión, en efecto, para no seguir conversando de ese tema.
No funcionó, tras la pelea inicial se cruzaron para hablar la estrategia y Natasha era incansable.
-Podrías salir conmigo a algún bar, te presentaría alguna chica guapa
-La misión Nat, citas luego - nunca, no estaba interesado, además, ¿Cómo podría? Aparte de que seguía enamorado de bucky, no podría desnudarse frente a nadie.