𝐋♡𝑉𝐼𝑁𝐺 𝐒𝑃𝐴𝐶𝐸 ━━ ᴏɴᴇ-sʜᴏᴛs ᴀɴᴅ ʜᴇᴀᴅᴄᴀɴᴏɴs ⤷ ᴀɴɪᴍᴇ ʙᴏʏs x ᴏᴄ

: 𝐹𝑟𝑜𝑚 𝑠𝑢𝑖𝑐𝑖𝑑𝑒 𝑡𝑜 𝑙𝑜𝑣𝑒𝑟𝑠 ◈ Dazai Osamu [Bungo Stray Dogs]

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PART TWO.

Pronto, Mai se hizo un lugar en aquella agencia llena de personas particulares. El día que llegó a la agencia todos fueron muy simpáticos con ella y lograron congeniar enseguida. El presidente Fukuzawa la aceptó como «aprendiz residente de detective» luego de escuchar su situación, permitiéndole también dormir en el local de la agencia.

Colaboraba en el esclarecimiento de algunos casos menores y aprendía el arte de la deducción bajo la tutela de Rampo, quien se había vuelto como un engreído pero amable hermano mayor para ella. La joven se sentía completamente contenta con su nueva vida, sus opacos ojos habían recobrado brillo, y también había adquirido más confianza en sí misma y de lo que era capaz. Ahora que las manos de sus padres no tapaban sus ojos, nada le impedía ver más allá.

Y respecto a sus padres, ellos se habían rendido. Encorajada por Dazai, pudo hablar con ellos y les contó todo. Incluso el hecho de que no quería volver a casa. Por primera vez, las miradas llenas de decepción por parte de sus padres no le causaron tanto dolor. Se sintió ligera, como si se hubiera deshecho de una pesada carga.

Pero ahora, la principal prioridad en su corazón eran los torbellinos de emociones y sentimientos que comenzaban a perturbar su mente. Y la causa de ellos, era nada más y nada menos que el peculiar Dazai Osamu.

-Idiota, Osamu... Baja de ahí... -balbuceaba la chica por lo bajo. Estaba durmiendo luego de una larga noche de trabajo, y por alguna razón estaba soñando con Dazai. Más bien, era un sueño donde trataba que este no se tirara de otro edificio.

Estaba a punto de convencerlo, pero el tono de su teléfono hizo presencia y la sacó del sueño de golpe. Un fino hilo de saliva se escurría de una de sus comisuras y a su alrededor había unos cuantos papeles esparcidos por todo el escritorio. Desorientada por el brusco despertar, la chica palpó en busca de su móvil y al tenerlo en la mano dio en el botón de contestar.

-¿Sí? ¿Osamu? No te escucho... -separó el aparato y se dio cuenta de que lo estaba sosteniendo al revés y tapando el micrófono. Rápidamente le dio la vuelta.

-¡Good morning darling!

-¿Qué es lo que quieres, Osamu... -su mirada fue al reloj colgado en la pared- a las ocho de la mañana?

-Buena pregunta, Mai-chan. Resulta que intenté ahorcarme en el árbol más alto del parque cerca de la agencia, pero acabé colgado de cabeza y no sé la razón, pero la policía me llevó a la estación y estoy en una celda. ¿Puedes venir a recogerme con Sui? -finalizó el chico con una voz inocente y divertida, típica de él.

La chica largó un suspiro cansado para después hacer un sonido de afirmación con la garganta.

-Vale, estaré allí en quince minutos.

-¡Nos vemos!

En cuanto colgó la llamada un gesto resignado se formó en el rostro de Mai, seguido estiró sus brazos y piernas para poder levantarse de la silla. Todo en el mundo tiene sus pros y contras, pero en su caso, ser la mejor amiga del ese divertido y extraño suicida tenía más contras. Tener que interrumpir sus actividades para hacerse cargo de él era una de ellos.

Pasados unos cinco minutos, Mai se encontraba lista estaba lista. Solo cepilló su largo cabello, ahora negro debido al tinte. Aplicó un poco de base, corrector y brillo labial, y se vistió con un simple conjunto de una pantalón de cuero negro, guantes, chaqueta del mismo color y una blusa blanca por debajo de esta. Al terminar de vestirse se miró en el espejo, una sonrisa se formó en su rostro. Ese era el estilo de vestimenta que le gustaba, pero nunca había podido usarlo debido a las restricciones de sus padres.