Ley & Deseo: Sumisión [COMPLETA]

꧁༒𝓒𝓪𝓹í𝓽𝓾𝓵𝓸 2 (parte 2)༒꧂

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La alarma en alguno de nuestros móviles,  resonó en la habitación. Haciendo que Pam y André se separaran. Marco se puso de pie y caminó al reproductor de música donde estaba su móvil.

—Disculpen, ya vuelvo. —balbuceó Damesse, desapareciendo por la puerta de la habitación.

Minutos después regresó, mientras nosotros hablábamos de algo sin sentido. Como si el beso que se habían dado, hubiese sido una ilusión caliente. Quizás los dos implicados solo buscaban ignorar el momento para no sentirse incómodos.

—Era mi hermano, se queda en la ciudad hoy por algo personal. —informó Marco.

—¿Va al club? —investigó André.

El policia asintió y yo pensaba en el sexy oficial.

—Cori, es noche de máscaras para las mujeres en el club —avisó mi amiga, tendiendo una máscara de gato igual a la de ella, que nos tapaban un poco mas abajo que la nariz, pero no de la boca. Me la coloqué mirándome a un pequeño espejo en un rincón de la sala.

—Perfecta —susurró en mi oído Marco, colocándose su chaqueta de cuero.

Pame y André habían desaparecido nuevamente por la cocina.

—¿Qué hacen estos dos que desaparecen cada dos segundos? —murmuré, guiándome hacia la cocina.

—Espera aquí unos segundos —advirtió Damesse, haciéndome detener. Parecía nervioso por alguna razón.

—¿Porqué me...?

—¡Feliz cumpleaños a ti, feliz cumpleaños! —El canto descordinado y desentonado de mis amigos me hizo girar para verlos aparecer con un pequeño pastel lleno de crema y una vela dorada con el número dieciocho.

Mis ojos se nublaron ante el detalle  y mi sonrisa sincera se elevó por mi rostro.

—Feliz legalidad —susurró Marco, dejando un suave beso en mi mejilla.

Soplé la vela del centro, mis amigos dejaron el pastel sobre la mesita y me dieron un abrazo capaz de reconstruir cualquier mal.

—Gracias por el detalle —agradecí con sinceridad.

—Ahora, ¡que comience la fiesta! —chilló la pelirroja a todo volumen, saltando e invitándome a hacerlo con ella.

—Antes los regalos —André interrumpió  nuestro pequeño festejo de saltos.

—Primero yo —agregó Damesse.

—¿Un regalo? Apenas nos conocemos, no era necesario..

Antes de que pueda terminar, sacó de una gran caja varios artículos. La caja con la que tropecé anteriormente.

Una chaqueta de cuero negro, unos pantalones olgados de poliéster, una camiseta alguna talla más grande que la mía, rodilleras, coderas y guantes. Todo en color negro y azul.

Giré para fijar mi vista en André y Pame, ellos tenían esa cara de "yo no fui". Dirigí mi vista a Damesse, su mirada me atraía como el colibrí a la flor.

—Muchas gracias —sonreí dirigiéndome a su lado para dejar un beso en su mejilla áspera por la creciente barba —. Para cuando tenga una moto, será de gran ayuda.

Una llave apareció frente a mis ojos, llamando mi atención. De la mano de André colgaba un llavero con un hermoso gatito negro de ojos azules.

—¡Vamos! —incitó mi amiga tomandome del brazo, eufórica y yo ya me imaginaba lo que me esperaba afuera.