Capítulo 2

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—¿De verdad te irás?

—Ya te dije qu—

—¡Pero tenemos cosas pendientes! Además, nunca me mencionaste sobre este viaje, ni que deseabas irte de Hawkins tan pronto, ¿estás teniendo pesadillas de nuevo? ¿tu mamá lo sabe? ¿o El? Porque si es así entonces...

Oh dios, Will no podía soportar más esto.

—¡Michael Wheeler! —gritó, dejando de lado su mochila para encarar al pelinegro con una expresión molesta.

El rizado cerró la boca de inmediato, observando a su mejor amigo en silencio con los ojos más abiertos de lo normal.

—Estás divagando —habla el castaño junto a un suspiro cansado—. No te lo dije antes porque no pensé que mi madre realmente accedería a dejarme ir, y sí, sigo teniendo pesadillas pero no tan seguido como antes... ¿contento?

Dio media vuelta y prosiguió metiendo sus prendas de vestir en su mochila, esperando que el chico detrás de él captara la indirecta de no querer seguir hablando más del tema. Aunque claro, por un momento olvidó que estabamos hablando de su mejor amigo Michael maldito Wheeler, el rey de los ciegos en cuanto a indirectas se trata.

20 segundos después ya lo tenía nuevamente frente a él exigiendo una explicación.

Rodó los ojos con exasperación, decidiendo que solo lo dejaría hablar hasta que se callara. Terminó de guardar una parte de sus cosas y cerró la mochila, dejándola al lado de su escritorio junto a su otra maleta más grande donde guardaba sus materiales de arte y artículos personales.

—No puedes ignorarme para siempre, ¿escuchaste todo lo que te dije?

Cierto, Mike aún seguía en su habitación.

—Siempre te escucho Wheeler, y no sé por qué estás tan fastidioso con que me vaya por unas semanas, no es que estuvieras mucho por aquí que digamos.

Una mirada de culpa cruzó el rostro del pelinegro, provocando que el castaño se suavizara un poco con sus palabras.

—Ya te lo dije, solo será hasta que se acabe el taller de arte y volveré, además Jonathan vendrá conmigo. Puedes preguntarle a Erica o Gareth si me pueden suplantar en la campaña de la próxima semana y con respecto a la salida con los demás al lago, tendré que asistir en otra ocasión.

Se sentó en su cama, invitando al otro con una mirada para que lo acompañara. —De verdad necesito esto Mike, un respiro de Hawkins... los últimos meses no han sido buenos, en realidad no lo ha sido desde hace mucho tiempo, y lo sabes.

El mencionado asintió, prestando atención a las expresiones del castaño y en como sus manos se movían entre sí en un claro indicio de nerviosismo.

—Yo... —suspiró—, lo siento. Me tomaste desprevenido y no pensé que todas estas cosas te estuvieran atormentando otra vez.

Will negó, resistiendo el impulso de tomar al pelinegro por los brazos y darle un abrazo. Con los años el sentimiento aún persistía, pero ahora sabía como controlarlo. Entendió que no tendría ninguna posibilidad con Mike ni en la más remota de las situaciones, ni en ninguna otra vida. También se convenció a sí mismo de que sólo estaban destinados a ser mejores amigos y nada más. Por más que doliera como el infierno, preferiría tenerlo en su vida a modo de amistad que perderlo por completo.

—No tenías por qué saberlo Mike, es solo yo lidiando con mi propia mierda ¿comprendes? —sonrió con un aire de tristeza —. Quiero despejarme de los recuerdos en Hawkins, todos los días siento que me ahogo cada vez más y... no quiero terminar hundido, no después de todo lo que pasamos para estar vivos hoy en día.

Say U love me || Ryers Donde viven las historias. Descúbrelo ahora