Capítulo 4

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El fin de semana se pasó en un abrir y cerrar de ojos. Will no le contó absolutamente nada a su hermano acerca de su pequeño ataque de pánico en la estación de buses, ni tampoco sobre el chico que lo ayudó.

Apenas llegaban y su maldita cabeza comenzaba a crear escenarios tétricos donde, en realidad, no había peligro alguno. Es decir, él pidió este viaje para despejarse ¿y ahora sus paranoias no lo dejan en paz?

Se sentía patético y fastidiado.

No quería arruinar lo que su familia planeó para él con tanto esfuerzo; así que decidió hacer caso omiso a su cabeza. Ayudó a desempacar las pocas pertenencias que traía consigo y la de su hermano antes de salir a conseguir algo de comida. Hopper logró conseguirles un mini departamento con lo justo y necesario por la estadía de 3 meses. Los talleres a los que estaban inscritos no pasaban del mes y medio a más tardar, pero fue el contrato de arrendamiento más corto que lograron conseguir.

El mismo sábado no hicieron mucho, más que instalarse e ir a comer alguna hamburguesa en un puesto de comida rápida. Por la noche, recibieron la llamada de sus padres y amigos, afirmandoles que llegaron a salvo al pueblo.

El domingo se dedicaron a descansar la mayor parte del día, y por la tarde salieron a caminar por las calles de Derry. Era un lugar pequeño, pero habían ciertas cosas que le parecían atractivas a la vista. Definitivamente, tenía que pintar los paisajes del bosque en algún momento, esta poseía una cierta vibra cautivadora que le dejaba con las manos hormigueando por agarrar su paleta de colores y solo pintar.

Ahora, era lunes por la mañana y se encontraba en el auto de su hermano, discutiendo el itinerario para hoy.

—Mi clase termina a las 11, te esperaré hasta que salgas de la tuya.

Will asintió, viendo el paisaje de las casas promedio pasar frente a sus ojos. Estaba nervioso mientras más se acercaban a la escuela donde se dictarían las talleres.

—Hey, recuerda que los primeros días siempre son aterradores —dijo su hermano, volteando en un cruce—. Disfrutar de las clases es tu prioridad ¿verdad?

—Sí.

—Entonces no hay que temer, además no creo que seamos muchas personas inscritas de todos modos, puedes estar tranquilo.

Estaba por responder cuando vio a unos metros la estructura de la escuela secundaria Derry. Algunos niños se despedían de sus padres en la entrada, otros dejaban sus bicicletas en el estacionamiento, e incluso los profesores salieron de sus vehículos para adentrarse en la escuela.

Lucía como un día de clases normales y no como las vacaciones.

Su hermano estacionó el auto y bajaron sus respectivas mochilas, soltando un suspiro.

—¿Quieres que te acompañe a tu salón?

Will negó.

—No es necesario, además creo que vas retrasado a tu clase.

Jonathan se fijo en su reloj de mano y soltó un gritito antes de despedirse del castaño y salir corriendo directo a la puerta principal.

Esperó unos minutos más en su lugar antes de caminar a paso lento, se adentró en los pasillos y vio que no era nada del otro mundo. Esta escuela se parecía mucho a la secundaria Hawkins, con la única diferencia de ser un poco más pequeña.

Tal vez debió hacerle caso a su hermano porque ahora estaba totalmente perdido sin encontrar su salón asignado. Intentó preguntarle a una chica pero solo se disculpó con él, gritándole a medias que ella también llegaba tarde. Todos los demás parecían estar metidos en su propio mundo, así que ahora no sabía que hacer.

Say U love me || Ryers Donde viven las historias. Descúbrelo ahora