La última opción que tuvo Sugimoto después de ofrecer su ayuda a uno de los omegas que podrían considerar ¿grosero? Era de llevarlo a uno de los pequeños departamentos que poseía su familia en la cuidad de Sapporo— Pesas un poco, si te deja de doler menos podrías caminar por favor— tan solo recibió un bufido por parte del otro.
—Que sepas que te traje ya que no puedes caminar, vives al otro lado del mundo y encima ya habías perdido el último tren.
—Te falto agregar el hecho de que estoy mojado y no es el otro lado del mundo... solo es Hokkaido.
—Me da igual, solo, solo ve y cámbiate.
Dicho eso Suguimoto le tendió una parada de ropa, un simple pijama para ser exactos, no se quejó en lo absoluto o de puro milagro, le faltaba relleno para poder abrigar mucho más, con eso sentiría como el aire traspasa sus huesos.
—No te va tan mal como me esperaba— eso lo dijo ya que le quedaba algo grande el pijama, pero no hasta el punto de ser algo gigante— claro que, si hay un problema, estamos a casi tres grados y me sales con un simple pijama, además no te conozco de nada y me traes a tu casa ¿Qué demonios te pasa?
—Hey relájate un poco, es lo mínimo que puedo hacer por ayudarte de laguna forma y me lo agradeces de esa forma. DE- NA- DA, para la próxima espero no volver a verte, eres irritante por si nadie te lo ha dicho y por si no lo sabias, en esta habitación estamos a una temperatura perfectamente tolerable— el ambiente de alguna forma se volvió tenso— si quieres dormir por ahí está la cama, aunque te mereces el sofá— no dijo nada y se marcho a donde le sugirieron al principio.
Necesitaba hacer un registro de lo que estaba sucediendo al tratar de completar su misión, el lo consideraba ya una especie de diario o una forma ridícula de tenerlos bajo control, por ello lo segua haciendo, por pura obligación.
10 de diciembre, Sapporo
El plan que tenía previsto ha sido un completo fracaso, no he podido llegar a realizar algún tipo de progreso, pero estoy aquí, en su cama con su ropa y de alguna manera estoy memorizando su aroma. Esto me ayudara a largo plazo para identificarlo.
Puedo sacar provecho de la situación por el momento.
Con eso daba por concluido el reporte desde su móvil. Un extraño sentimiento lo lleno. Paz, la paz que podía sentir de alguna forma sin sentir la necesidad de cuidar su espalda ya que podría perder su cabeza. Poco a poco la pesadez en sus ojos iba cayendo, cada parte de sus músculos se relajaba más y más hasta caer en el sueño profundo que en tanto tiempo no tenia, la comodidad de esa cama y el aroma impregnado en esta eran como calmantes.
La noche iba pasando y en el salón estaba Sugimoto girando sobre el sofá esperando a que el sueño se apodere de su cuerpo, cada esquina, cada posición no lo lograba. Quería su cama, quería dormir caliente en ese frio que había en el salón— ¡estúpido! ¿Por qué lo invitaste? —se paró dispuesto a hacer algo, esa visita intrusa y para nada deseada dormía en la comodidad de su habitación, lo arreglaría y pondría en su lugar a ese descarado malagradecido.
—¡Oye, levántate! —y vaya que no le dio una sacudida, por poco y lo tiraba con todo y colchón— déjame... tengo sueño y tú ah— tal era su sueño que ni se inmuto y seguía dormido agarrando a Suguimoto por el cuello y atraerlo a su pecho con una facilidad que el otro no se la esperaba— huele bien...— el omega lo apretó en su pecho para olisquear su cabeza, se sonrojo de manera inmediata, esa posición era vergonzosa para él y más aun si lo olisqueaban como si fuera un trapo cualquiera.
—¡Hey déjame! — trato de empujarlo, pero en vano, lo atrajo con más fuerza y ya no supo que hacer en ese punto. La última opción que le quedo fue el de dejarse estrujar, a pesar de ser omega, ese tipo era fuerte y podía verlo, más bien sentirlo, lo hinchado que tenía el pecho por el ejercicio y sus brazos, dios eso sí que podría considerarse trabajo del bueno. De milagro él tenía algo de musculatura gracias a su condición de alfa.
Una de sus noches más incomodas definitivamente.
Ya a la mañana siguiente sentía su espalda doler como el infierno y las ojeras bajo sus ojos eran terribles— estúpido— se lo seguía repitiendo por haber demostrado la solidaridad de su corazón y terminar siendo humillado de alguna forma.
En ese momento sintió la presencia del desconocido entrar al salón, obviamente lo regresó a ver con cara de pocos amigos— no esta nada mal la calidad del colchón, algún día me comprare uno igual, hace siglos que no duermo bastante bien— se estiraba diciendo todo eso, demostrando lo placentera que fue la noche, Suguimoto solo soltó un suspiro de frustración— ¿Cómo te llamas? —en toda esa estancia no sabia su nombre— ah, buenos días, Hyakunosuke Ogata un gusto— dijo aquello con pocas ganas— Saichi Sugimoto— tan solo recibió un sonido por el lado del omega.
—Sabes, no te vas a quedar todo el tiempo aquí así que ve recogiendo tus cosas y a tu casa para que puedas comer— no fue necesario el decir eso ya que Ogata para ese momento ya estaba en la puerta para salir sin más— mi tiempo es valioso y ahora tengo una entrevista así que no te preocupes por eso— la puerta fue azotada al cerrar y Sugimoto solo fregaba sus sienes por la molestia que sentía en ese instante.
El siguiente as bajo la manga era el ir casualmente a una entrevista de trabajo en el edificio de la familia Saichi, gracias a que sus estudios fueron de los más destacados y las falsas recomendaciones tenia muy asegurado el puesto allí. Acabar con el único heredero iba a ser algo más complicado de lo que parece.
ya frente al edificio se preguntó por un breve momento si lo que estaba haciendo estaba bien o era innecesario, después dejo eso de lado. No le gustaba dar demasiadas vueltas a las cosas.
El lugar por dentro era elegante, demasiado para su gusto— Buenos días vengo a dar una entrevista— se lo dijo al secretario que estaba frente a la puerta de donde se suponía seria dicha cita— claro, dígame su nombre por favor— y llegó la sorpresa— Ogata Hyakunosuke— era notable la sorpresa del contrario, al parecer era consciente de su historial académico y laboral— golpee la puerta, que tenga un buen día.
— Ogata Hyakunosuke... Empecemos de una vez ya que mi tiempo es algo limitado— suponía que ese era el ceo de la empresa, solo puso su mejor sonrisa y empezó a hablar de la manera más natural y sin miedo alguno a que pueda fallar, esto seria mas divertido de lo que parece.
Espero que disfruten del cap, apoyen con un voto porfa pa' saber si realmente les gusta el trabajo y sin mas que agregar ✨
🐯SAYONARA🦁
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𝒮á𝓁𝓋𝒶𝓂𝑒{𝒮𝓊𝑔𝒾𝑜}-𝙊𝙢𝙚𝙜𝙖𝙫𝙚𝙧𝙨𝙚- Pausada
FanfictionSugimoto es un joven de 23 años el cual intenta llevar una vida normal...¿por que digo que lo intenta? Pues por que es hijo de uno de los clanes más importantes de Japón. Esto hará que se vea obligado a aprender a llevar las empresas que heredará ha...