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La luz entraba por la vetana de manera dolorosa, recobrando que un nuevo día a llegado. Tan sólo quedaba el volver a la rutina normal... Dentro de lo que cabe ya que la seguridad que de por si no le permitía tener momentos a solas, ahora es de forma muy descarada, por poco y se meten al baño con él, se sentía cansado y extrañado como si el haber estado con ese omega le hubiera robado una parte de el, aunque más que robar era destrozar y desgarrar, se sentía jodido.

A pesar de que ya pasó por lo menos un mes, su padre ya no era el mismo, lo miraba con cierta desilusión y el aire tenso era casi palpable a la hora de la cena. Su pobre madre tenía que soportar todo y emanaba tristeza al ver su hogar distanciado. Las espesas feromonas de los alfas eran demasiado para la pobre mayor.

Lo más triste es que su padre sabía del dolor de su mujer y aún así no hacía el mínimo esfuerzo para cambiar ello u dejaba que su omega llorará en silencio mientras que su hijo ya se estaba planteando el huir de ahí, ese lugar que alguna vez llamo hogar.

— No sé cómo pasó esto.. era, todo... — Las palabras no salían ante la desesperación de conseguir una charla con el único que podía confiar dentro de todo ese lugar — Puede que no te aconseje de la mejor forma, pero tan solo déjalo estará así, llevo más tiempo que tu conociendo el carácter de tu padre, es un tío conservador y algo reservado —lo dijo Shiraishi con su típico aire despreocupado — ya no es sólo eso, mi madre llora cada noche y me duele peor porque piensa que nadie se da cuenta de lo mal que se ve... Un día la encontré en cama con medicina para los nervios y aunque suene absurdo su celo ya tenía que llegar y no...— la voz se le quebraba y temblaba amenazando en su mirada las pequeñas lágrimas.

Ante la situación el mayor de los dos lo abrazo en símbolo de apoyo, un alfa que tan solo cometió un error por culpa de otros... Un alfa que aún es un pequeño niño y siente el peso de toda una vida... Un alfa el cual por su instinto se siente esclavizado al cruel destino que es renunciar a su libertad — se tu mismo Sugimoto, se tú únicamente — el aroma a café era amargo y lleno de pena.

El día avanzaba de manera tortuosa y lenta, los días tranquilos dejaron de existir ya no eran iguales, tras ese incidente por algún motivo todos estaban en máxima alerta y si ya contaba con pocos lugares a los que ir pues ahora el camino era solo de su casa a la universidad, dentro de poco lo sacarían de su "prueba" en la empresa.

— Me siento a morir— dijo mientras le daba una larga calada a su cigarrillo— el estarte hundiendo en tabaco tampoco es que sea una forma de hacer que las cosas avancen, así que mejor compártelo con tus buenos y grandiosos amigos— dicho eso Koito le arrebató el cigarro le la mano para darle una calada.

No es que ambos sean muy buenos amigos y peor por las condiciones en las que se presentaron, el omega estaba en plena ola de calor y por consecuente Sugimoto se sentiría atraído por la esencia, al verse por poco y se sacan los ojos. Desde pequeños han tenido una rivalidad sin sentido, sus padres los roesentaron de pequeños y el problema era que Koito era demasiado parlanchín y Sugimoto prefería por mucho el silencio.

—Dudo que tu familia te odie, al menos te quieren más que a mí y eso quieras o no ya es un mérito enorme ya que soy irresistible ante todos Ja...— como siempre, volvía el niño mimado y egocéntrico que tanto odiaba —espero que hayas terminado de hablar aunque no me importa la verdad, igual me iba a ir —tal y como lo dijo, fue hacia la entrada cuando sintió el ligero agarre en su manga —hablo enserio, tu familia te quere mucho... No hagas una estupidez, te conozco desde que somos unos mocos irritables y tramas algo, te lo pido de favor... Sugimoto —.

Lo único que quería hacer era independizarse aunque eso significará abandonar toda su fortuna... El dinero no le importaba mucho y la mera idea de vivir con miedo a morir no le gusta tanto que se diga, prefiere tener una vida en Carpe Diem, relajada y "normal".

—Cariño hoy tienes que ver a Umeko, ¿La recuerdas?— como no la iba a olvidar, esa hermosa omgea con la cual tuvo una cita aeduas de la que no se arrepentirá para nada —claro que no lo olvidé, bajo enseguida necesito asearme — dicho y hecho, estaba con ropa no tan formal, pero que le hacía ver bien, su pelo siempre sería un caos y más ahora que lo tenía corto, esa cosa parecía tener vida propia —recuerda, nada de escándalos, procura controlar un poco tus modales y... Solo disfruta, te quiero — lo abrazó — yo también mamá —con eso dicho se marchó al restaurante que acordaron para verse.

Ella era como una flor de loto, hermosa, tez pálida, labios rojizos, un ligero carmesi que adornaba sus mejillas y el delicado aroma a flores, es hermosa, pensó cuando la vió pasar por la puerta del restaurante —hola Sugimoto, es un placer volverte a ver —su voz tenía un tono tan placentero —opino lo mismo, pensé que no aceptarías otra cita —al tomar su mano sintió la suavidad que tenía esta —yo también estoy sorprendida, eres alguien interesante — su sonrisa era hermosa... Pero no entendía el por qué no sentía esa dura corazonada, no sentía la felicidad de su lobo interior, como si no la quisiera a ella como acompañante.

La cena fuebde lo más maravilloso, la comida estaba buenísima, el ambiente tranquilo y la charla bastante comoda, normalmete cuesta hablar tanto con los omegas por el hecho de que se les educa para quedarse en casa, preñarse y atender al marido. Pero Umeko demostraba lo contrario, en ella veía a una mujer inteligente, ya no solo era atractiva por su físico sino también por su intelecto.

—¿Enserio?, no creí que te hubiera pasado eso en primaria jaja— ahí estaban hablando de las pequeñas anécdotas de la infancia —la ventaja que puedo sacar de haberme perdido en casa es que encontré ese campo de dátiles, se lo dije a madre y pues los preparo como se deben, desde ahí se han convertido en parte de mi vida ya que el lugar es realmente hermoso —la nostalgia se reflejaba en su cara —cuando sea tu esposa llévame allí —Umeko brindó una delicada sonrisa y Sugimoto estaba un poco aturdido por el inesperado comentario.

La velada ya estaba por terminar dando conclusión a otra cita en un lugar más casual como un parque de atracciones, la noche era fresca, típica de otoño —Hasta aquí llegamos, mi chófer vine enseguida no te preocupes —la cálida sonrisa de nuevo —esta bien, cuídate hasta entonces — lo que no se esperaba la manera en que se despidieron, más bien en el que ella se despidió con un beso en la mejilla a pesar de no ser tan cercanos, una clara muestra de que inicio el cortejeo.

El vino a casa fue una lluvia de preguntas en especial con una ¿Por qué su lobo no quería a la omega? Era hermosa y "perfecta" veas por dónde lo veas, además de que es hija de una buena familia hasta que de la nada pasó por su mente los recuerdos de esa noche en la cual se convirtió en un monstruo.

Ansiaba mucho más a ese desconocido con el cual solo compartió cama una vez, quería sentir ese aroma dulze y magargo al mismo tiempo, esa mirada afelinada... La deseaba tanto en el fondo de su corazón. Pero esa imposible, a la mierda, ni siquiera recordaba bien su cara.

El tiempo seguía avanzando y no paraba de dar vueltas por la cama, el fin de semana sería de nuevo la cita con Umeko, pero cómo iba a hacer para sacarse ese momento de su mente, simplemente lo acepto por el momento y es que nunca ha tenido citas taan formales para estar con un omega, si eso ayudaba a mejorar la relación con su padre lo haría sin importar el precio que tenga que pagar.

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Después de tanto tiempo espero que disfruten de el cap nuevo, por favor apoyen la historia y sin más que agregar

🐯SAYONARA🦁

𝒮á𝓁𝓋𝒶𝓂𝑒{𝒮𝓊𝑔𝒾𝑜}-𝙊𝙢𝙚𝙜𝙖𝙫𝙚𝙧𝙨𝙚- PausadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora