|El primer tulipán rojo|

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HongJoong no había tenido una vida fácil, fue bastante duro poder salir del desastre al que se le llamaba familia, pero jamás se lamento ya que estaba conciente que no solo el la había pasado mal, sabía que otras personas la pasaban aún peor y aún así salían adelante.

Aún que le costó bastante ahorrar lo suficiente para poder tener su negocio de lo que más le gustaba, lo había logrado. Comenzando apenas en un pequeño cuarto donde apenas cabía su cama, cocina y una pequeña mesa que usaba para poder diseñar las prendas que tanto le costó vender, pero con el paso del tiempo su esfuerzo y dedicación le dieron frutos, después de 2 años de esforzarse, gastar lo mínimo posible y ahorrar lo suficiente pudo mudarse a un pequeño departamento no muy lejos de donde poco antes se encontraba, teniendo más espació para sus diseños en dónde creo en una de las habitaciones su estudio, encontrando así también proveedor local que vendía prendas al por mayor, todo le estaba saliendo según lo planeado y agradecía tanto al destino que así fuera teniendo apenas 20 años.

Al pasar del tiempo pudo mudarse a un lugar más grande, acogedor y céntrico, era perfecto ya que en esa misma manzana había un local que podía pagar y era perfecto para su boutique. Cada diseño que hacía era único, cada letra, cada garabato, cada flor. Jamás se encontraría el mismo diseño 2 veces y eso era algo que lo caracterizaba atrayendo así las miradas de marcas más grandes y famosas. A sus 24 años ya tenía su tienda bien conocida, clientes frecuentes visitan la tienda cada semana para ver los nuevos diseños que HongJoong creaba, todo bajo pedido, ya que siendo solo el, el único que podía lograr ciertos diseños no tenía más personal a excepción de su amigo —mejor amigo ahora— Wooyoung, quien se encargaba de su agenda de pedidos para así no olvidar ni uno solo y siendo ambos quienes atendían la bonita boutique. Desire KH.

Por otro lado, tenía un cliente bastante frecuente, pues cada 3 días hacia pedido de nuevas chaquetas, camisas y playeras.
Era un muy conocido empresario, teniendo su propia compañía de tecnología, le sorprendió bastante, pues Song Mingi siendo tan joven con apenas 26 años ya era bastante importante, alto, cabello castaño con mechas claras, ojos tan rasgados que casi se perdían, un lunar bajo su ojo, pero solo 2 veces lo había visto paseando por ahí, ya que en cada pedido realizado quien lo recogía era un amigo de el —lo sabía gracias al chico llamado Choi San— pero era tan difícil cumplir con sus pedidos porque cada prenda era de color negro, teniendo que usar pinturas lo suficientemente buenas para que sobresaliera bastante del color negro.

Wooyoung tenía un flechazo bastante fuerte con el guapo chico, pero solo era un tonto, se perdía lo suficiente en su atractivo rostro y jamás lograba articular algo que no fueran solo pequeños balbuceos, teniendo que intervenir el y pedirle amablemente que esperara pues le traería el pedido pronto.

Esa mañana HongJoong iba tarde, agradecido estaba con su amigo de que tuviera otro par de llaves para poder abrir, atender y entretener un al cliente que tenía para cuando el llegara, tomando su bolso salió pronto por la puerta frenando de golpe, ...

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Esa mañana HongJoong iba tarde, agradecido estaba con su amigo de que tuviera otro par de llaves para poder abrir, atender y entretener un al cliente que tenía para cuando el llegara, tomando su bolso salió pronto por la puerta frenando de golpe, al inicio de pequeños escalones había un hermoso tulipán rojo envuelto en papel café y blanco, atando todo esto con un lindo liston blanco y una pequeña tarjeta colgando de esta. Viendo hacia todas las direcciones asegurándose si había alguien sospechoso que lo hubiera dejado lo todo con cuidado, con miedo de maltratar lo tomo entre sus manos la pequeña tarjeta leyendo lo que decía en esta; 'El día está tan brillante como tus hermosos ojos cafés '.
Sonrojado y con una tierna sonrisa entro de nuevo a su casa, tomo un pequeño jarrón que casualmente ya hacia abandonado en una de las gavetas de la cocina, llenando lo con un poco de agua puso el tulipán en este, asegurándose antes de quitar el papel que lo envolvía, era tan bonito y no quería deshacerse de el, corrió escaleras arriba y guardo la envoltura en una caja, mientras la tarjetita en un pequeño baúl que tenía sobre su mesita de noche.

Sonriendo y con el ánimo por las nubes recorrió las calles para llegar a su tienda, no sabía quién había dejado ese hermoso tulipán rojo, pero estaba muy agradecido con ello y desbordaba felicidad por cada poro de su piel.

FLOWERS: Tulipán rojo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora