Humo y sombras

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Esta historia nació de la idea de KarlaGlezD sobre qué pasaría si estos personajes principales se hubiesen conocido...

Por esa pequeña chispa de inspiración que sirvió para encender la imaginación y crear de cero todo un escenario, personajes, situaciones y trama, mi más grande agradecimiento :)

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—¡Goody Addams!

El grito de aquel hombre llegó a sus oídos entre la multitud de voces a su alrededor. Sus ojos, llenos de lágrimas, se enfocaron en la oscura silueta que se acercaba abriéndose paso en el silencio creciente.

—Has sido juzgada ante Dios y declarada culpable —Declaró, con una voz cargada de ira y desprecio —Eres una bruja, una hechicera, la amante misma de Lucifer. Por tus pecados, arderás esta noche y sufrirás en las llamas eternas del infierno.

—¡Soy inocente! —Dejó escapar en un sollozo Goody, de rodillas ante Crackstone, cuyo semblante ensanchó una sonrisa ante su declaración —Eres tú, Joseph Crackstone, quien debería ser juzgado —continuó, dejando que el flujo de valentía que ardía por sus venas tomara el control de su razón —Nosotros estuvimos aquí antes que tú, viviendo en armonía con la naturaleza y los nativos. ¡Pero tú has robado nuestras tierras! —su voz se elevaba en un silencio expectante —Has masacrado a los inocentes, nos has robado nuestro espíritu pacífico. —el filo de la corta navaja que mantenía oculta dentro de su manga le dio el último empujón que necesitaba para descargarse contra aquel siniestro hombre —Tú eres el monstruo. ¡Todos ustedes!

Antes de que cualquiera de aquellas figuras ataviadas de negro que ahora la rodeaban en la oscura inmensidad de la noche pudiera reaccionar, impulsó su pequeño cuerpo hacia arriba, dibujando con la navaja un surco profundo en la piel de Crackstone, desde la comisura de su boca hasta el entrecejo. El hombre, sin expresar palabra alguna, se cubrió la herida con la mano y sintió el cálido líquido en ella. Cuando sus malévolos ojos se posaron en aquel rastro sangrante, un fuego violento se encendió en su mirada, congelando a Goody en su lugar.

—El diablo nunca envió a un demonio como tú. —Escupió, para luego atravesar el rostro de la joven con el dorso de su mano, causando que ésta volviera a caer en un adolorido sollozo —¡Y yo te enviaré de vuelta!

—¡No!

La multitud vituperante volvió a alzar la voz y, entre jalones, pusieron a Goody de pie, arrastrándola hasta el edificio de la asamblea. Al abrir las puertas, fue arrojada con violencia a su interior, cayendo entre un grupo de jóvenes que, como ella, lloraban en silencio, aterrados.

—No son más que abominaciones en las garras del diablo. ¡No descansaré hasta haber liberado este Nuevo Mundo de todos los excluidos! ¡Criaturas sin dios!

Las puertas se cerraron ante los asustados ojos, dejándolos en una penumbra total. Goody pudo escuchar el sonido del cerrojo bloqueando el acceso antes de que los murmullos angustiados a su alrededor se dejaran escapar.

—¡Préndanles fuego!

El pánico se apoderó del grupo mientras el dorado de las llamas comenzaba a reflejarse entre los requicios de las tablas que formaban las paredes del lugar. Entonces, Goody reaccionó poniéndose de pie y, entre empujones, se abrió paso mientras buscaba el rostro familiar de su madre. La reducida figura que se agazapaba en el suelo surgió entre el humo que ya comenzaba a filtrarse.

—¡Madre!

Con desespero, Goody intentó jalar las cadenas que atrapaban las muñecas de su madre en un intento vano, pero no sabía qué otra cosa hacer, aturdida por aquella desesperación que incrementaba paulatinamente. Sus propias manos temblaban, presas del pánico.

Hojas en Noviembre | WenclairDonde viven las historias. Descúbrelo ahora