❝𝑵𝒐 𝒑𝒖𝒅𝒆 𝒆𝒗𝒊𝒕𝒂𝒓 𝒆𝒍 𝒂𝒎𝒐𝒓❞ || Kiri Sully.

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Ni'mue estaba en el borde de su casa mirando el mar mientras mojaba sus pies. Estaba esperando a sus hermanos para luego ir a enseñar a los Sully.

—Oh, hola. — una voz masculina hizo exaltar a la chica pero al darse vuelta pudo ver a uno de los adolescentes Sully.

—Hola, Neteyam. — respondió la chica mientras sonreía al nombrado, este se la devolvió.

—¿Puedo? — el antes nombrado preguntó mientras apuntaba el lado izquierdo de Ni'mue haciendo entender que se quería sentar a su par.

—Claro que sí — el más alto se sentó y miró el mar en silencio —¿Y tus hermanos?

La pregunta de Ni'mue rompió el pequeño silencio acogedor y Neteyam la miró para poder responder a su pregunta.

—Ya vienen, sólo que a mí no me gusta ser impuntual, por eso estoy aquí yo solo.

Una pequeña risa salió de la chica pensando que los otros chicos posiblemente recién se despertaban.

—No los culpo, tuvieron un largo viaje hasta aquí.

—Eso es verdad, pero fue un viaje muy lindo a mi parecer. — el chico le sonrió a la otra mirándola.

—¿Qué fue lo que te pareció lindo? — la curiosidad siempre fue un aspecto de Ni'mue muy fuerte y lo estaba demostrando justo ahora.

—El mar. — respondió Neteyam simple mientras volvía su vista al mar y la contraria copiaba su acción.

—Coincido contigo, el mar es precioso.

—Así es, y no veo la hora en poder nadar en su agua.

Neteyam se levantó de su lugar y se estiró bajo la mirada de Ni'mue para luego ofrecerle su mano así poder ayudarla a levantarse.

—Tranquilo, mis hermanos y yo te enseñaremos muy bien a nadar junto con el mar.

—No tengo dudas. — soltó una pequeña risa contagiando a la otra chica.

Por detrás de los chicas se escucharon voces y se dieron cuenta de que eran los hermanos de la Metkayina.

—¿Y los otros? — la voz de Tsireya se escuchaba confundida al ver solo a Neteyam.

—Aún están en casa — Respondió el Omaticaya —, pero tranquilos que vienen en unos segundos.

—O mejor los vamos a buscar. — Ni'mue dijo mirando cómplice a su hermana y esta entendió rápido.

—Buena idea, vamos Ni'mue.

La menor de todos agarró a la nombrada de la muñeca y se la llevó arrastrando hacia la casa de los Sully sin antes decir una cosa a su hermano mayor.

—Enséñale a Neteyam mientras, Aonung. — el guiño de ojo de su hermana menor hizo que el último nombrado baje las orejas un poco avergonzado.

Y sin más, dejaron a los dos chicos solos mientras las dos iban corriendo hacia su próximo destinó no muy lejano.

—¡Ni'mue!

—Hola Tuk. — la nombrada abrazó a la más grande con cariño.

—¿Vinieron a buscarnos? — preguntó la más pequeña y las dos hermanas asintieron.

—Vamos, su hermano los está esperando ya. — habló Tsireya dándose la vuelta rápido mientras el otro de los hermanos hombres iba detrás de ella un poco torpe.