Cap 6 - Pensamientos

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Ah... - Suspiró de décima vez.

¿Sucedió algo qué estás tan raro desde que llegaste? –

¿Acaso ya no puedo estar solo por una maldita vez? – Gruñó molesto - ¿Cuándo será el día que mis cosas dejen de importarte tanto?

Me encanta verte sufrir. A pesar de ser mi hermano mayor es reconfortante molestarte – Sonrió la Loba mirando sus uñas como si fueran lo más importante del mundo.

¿Y por eso no dejas estar solo? –

Es que no tengo nada mejor que hacer Atem. Estoy aburrida – Una idea corrió a su cabeza – ¡Vallamos a cazar un oso! Tengo hambre – Mencionó con sus colmillos afuera.

Ve tu sola, sabes cazar. Si tienes hambre ve y hazlo sola Yami – Siguió mirando por el balcón de su habitación.

¡Jum! Ya no eres divertido – Se cruzó de brazos con su típico puchero.

Ya somos uno adultos Yami, no somos esos niños que éramos antes – La miró serio.

Adultos tus polainas. Nada es divertido ahora contigo así – Reprochó – De a veces deberías compartir conmigo.

¿Te calmas ya? Eres irritante, odiosa y súper engreída Yami. Si tanto deseas hacer berrinche hazlo fuera de mi habitación. No me jodas la existencia – Habló molesto.

Claro. Ok, está bien. Como lo diga el JEFE – Se inclinó extendiendo sus brazos. Era ironía por qué lo hacía – Bye aburrido

Atem y Yami, a pesar de ser hermanos de sangre como verán, no se llevan muy bien. Son algo, rudos con ellos mismos. Pero igual se quieren aunque ese cariño sea... invisible.

Atem solo bufaba una y otra vez. Quería mucho a su hermana, pero parece que aún no aprendiera el significado de ser entrometida en su vida, ella tiene su vida y él tiene la suya.

Ahg... - Volvió a sobarse su cabello por detrás. ¿Qué más tendría que hacer luego que una rata apareciera en su vida? – Yugi, Yugi, Yugi...

Una y otra vez repetía su nombre. Para callar esas estúpidas sensaciones tapo con su mano la boca.

Perdóname por ignorarte. Se había olvidado que estabas ahí –

¿Por qué se disculpas? No he dicho nada de malo – Le sonrió como de costumbre.

Solo qué... Diablos, no sé la verdad ni por dónde empezar – Pudo voltearse al fin – Heba.

¿Problemas en el paraíso? – Se acercó hacia el mayor y le sostuvo del brazo – Sabe que puede confiar en mí. ¿Por qué lleva esa cara?, no estaba antes de irse al bosque.

Es que no sé lo que en realidad debería responderte – Recordó – Puedes hablarme normal Heba, nada de cortesía – La sostuvo de los hombros, era un poco más alto que ella – Yami... Bueno, ella siempre te tengo la misma historia – Rio bajo por ello.

Sabe que desde que estoy a su lado, me he prometido a mí misma que debo serle fiel y constante a sus pedidos. No sólo una simple ayudante o sirvienta; también soy su protectora – Le bajó las manos de sus hombros.

Sé qué eres muy fuerte, estas al nivel de mi hermana. Aunque a ti no te agrada la violencia que es lo muy contrario a tus expectativas. Eres peligrosa Heba.

Lo sé, agradezco el cumplido Atem – Lo miró fijamente cuando el destello de aquella iris roja resalto sus ojos azul zafiro - ¿Me dirás entonces qué te está pasando? – Realmente era peligrosa cuando lo miraba de aquella manera.

Suspiró rendido – Hay una chica, Heba.

¿Quieres que la mate? – Se apresuró a decir.

¿¡Qué!? No, aun no o eso creo – Dijo dudoso.

¿La odias?, ¿Es del Clan? Tareas fáciles puedo encargarme rápidamente – No dejo de mirarlo.

Heba no seas ruda –

Es mi naturaleza Atem. No debo perder mí tiempo –

Ouch. A veces ella puede llegar hacer muy seca, por lo general es dulce o eso creía bien.

La cosa es qué esta chica sé, pertenece a un Clan, pero no es del nuestro –

Vampiros, lo supuse – Cerro sus ojos sin gracia.

¿Estás celosa? –

¿Debería de estarlo?, mejor prosigue y termina –

Doble auch, se preguntaba si su actitud era contagiosa porque si es así, se veía así mismo en los zapatos de Yami. Era cruel, ahora se siente extraño.

Puede que sí la odie, pero... No del todo – Miró al suelo – Ella: Yugi es distinta, no es como cualquier vampiro que haya visto. Ella es diferente al resto de su Clan. Creo que debo decir que ella es igual a mí. Pero que es peligrosa, sí.

Esta chica ¿Yugi no? – El Lobo asintió – Tenga esa inmortalidad que ninguno de nosotros poseemos más solo tú y ahora ella. Pueda que haya bebido de la Sangre del Milenium

Sí, es también lo pensé. Pero eso no es lo que me tiene girando la cabeza –

¿Entones? –

Que no la saco de mi cabeza –

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Continuará

Miradas Que MatanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora