O22; casa... o al menos lo mas cercano

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Minho no se había apartado de Hyunjin durante todo el viaje, y tampoco lo hizo cuando la camioneta fue estacionada. No se movió de allí dentro por nada del mundo, estaba en una especie de limbo mental en donde lo único que necesitaba era la suave respiración de Hyunjin chocando con su ropa, y su delgado cuerpo comenzando a ganar calor a base del suyo propio. Tampoco había dejado de mirarlo, absorto en su rostro sucio pero finalmente tranquilo, su belleza florecía incluso con la poca luz de la luna y el estado en el que estaba.

Tzuyu le abrió la puerta, después de ver que Minho no se movió al mismo tiempo que ellas salieron.

──Ya llegamos, Minho. ── La mención de su nombre lo sacó de su trance, mirando al rededor y dándose cuenta que estaban detrás de la casa de las chicas, finalmente a salvo. Respiró hondo, sintiendo el mismo alivio que aquella vez que Sana apareció viva y en una sola pieza frente a él en aquella casa.

Cargó con él de nuevo, y entró a la casa aún con el sigilo de creer que alguien se lo quitaría, dentro ya lo esperaban todas las demás chicas. Sana preocupada en el sillón de la sala, a su lado Jihyo, que habían venido a causa de la indicación de Dahyun por el Walkie Talkie.

Tomó asiento en otro sillón, acomodándose con Hyunjin en brazos. Nayeon entró por la puerta de la sala, con una caja en manos, cuando ella estuvo cerca de él, hizo que se tense y retenga al menor lejos de ella.

── Nayeon era estudiante de medicina, Minho. ── Sana le dedicó una mirada comprensiva, miró a Nayeon, y ella tenía una expresión preocupada, esta vez parecía ser sincera.

──Recuéstalo en el mueble, por favor.

A regañadientes, Minho hizo lo que ella le pedía, no sin antes tomar asiento justo frente a él, al lado de ella. Ella en silencio comenzó a sacar instrumentos de la caja, observó alcohol y vendas. Y luego la chica le dió una mirada feroz.

──Tengo que limpiarle las piernas.

Él le gruñó, sacándole un suspiro derrotado a la chica.

──Lo haré yo. ──Mencionó, pero ella se negó inmediatamente.

──Necesitas hacerlo con mucho cuidado, y tú eres un bruto. ── Minho oyó a Jihyo soltar una risita después de eso, pero no pudo objetar, porque si lo hacía, había tres chicas que amenazaban con llevárselo para que Nayeon lo tratara sola, y él definitivamente no dejaría que eso pase.

Al final accedió, y la chica comenzó a sacar un líquido de un bote pequeño, esparcirlo por una gasa y luego limpiar partes pequeñas poco a poco de las piernas de Hyunjin. Los minutos fueron pasando, Jihyo y Dahyun incluso se habían ido a dormir y las otras dos estaban dormitando en el mueble, pero Nayeon siguió con su trabajo, acostumbrada a la labor de un médico, luego tomando una pomada de un tubo para esparcirla sobre las heridas, y al final dejar ambas de sus piernas vendadas.

Hyunjin parecía seguir inconsciente, pero su expresión ahora era tranquila, muy lejos de la imagen que tuvo de él dentro de una jaula. Ahora que lo recordaba, el rubio parecía traumatizado de ser tocado, le hervía la cabeza en rabia pensando en qué le habían hecho allí.

Nayeon lo miró fijamente, ella estaba pensando en decirle algo. Entonces apuntó al estómago de Hyunjin.

──Necesito comprobar el resto de su cuerpo.

Él entendía a qué se refería ella, tendría que ver su cuerpo y su piel expuesta, pero él no quería, no quería que nadie más vuelva a tocarlo y en ese momento el sentimiento de posesión lo estaba matando. Ella lo miraba, con preocupación hacía Hyunjin pero acusándolo a él por ser jodidamente posesivo.

de la A(mor) a la Z(ombies) ─ minjinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora