014 📨

952 117 116
                                    

“Dia de locos”

Audrey permanecía sola afuera en la alberca, estaba confundida a todo lo que había pasado con Alex. ¿Por qué le decía eso?
Ahora sí estaba dispuesta a ignorarlo por completo, Luna no se merecía nada como esto. Se supone que son mejores amigas y las amigas jamás se traicionan.

- ¿Que haces aquí sola? - Iván llegó hasta a ella.

- Nada...

- ¿Quieres nadar?

Audrey pensó, le daba terror el agua pero quería perder el miedo así que asintió.

- Vení, dame tu mano. - Ella le dio la mano - Con cuidado.

Iván tomo la tomó de la cintura, pegándola hacía él. Audrey volteó a verlo y este sonrió.

- Conmigo vas a estar segura...

Alex había ido a la cocina por agua, eran aproximadamente las 8 de la noche. Las luces de la alberca estaban prendidas y pudo ver desde la ventana a Audrey e Ivan juntos.
Prácticamente rozando sus narices, observó todo y solo por un momento deseó ser Iván.

- ¿Te eh dicho que eres muy bonita? - Iván susurró.

- Iván...

- Audrey... Me gustas.

El corazón de la chica comenzó rápidamente a bombardear, de pronto parece que se olvidó de todo. Iván la hacía sentir nerviosa, protegida y amada. Ambos acercándose, estando dentro del agua juntos... Sus narices rozaban y sus respiraciones se podían sentir.
Iván sostuvo con una mano la cintura de Audrey y con la otra su nuca, así besándola.

Alex azotó el vaso, cortando un poco su mano. Iván lo había cumplido, justamente ahora la estaba besando.

Audrey se separó del beso, mirándolo.

- Iván, yo...

- Por favor, inténtalo... Intenta enamorarte de mí - Junto sus frentes - Quiero enamorarte, y si después de un tiempo tus sentimientos no son correspondidos... Jamás te volveré a molestar.

- Yo... - No podía decir nada.

- Solo... por favor, inténtalo.

Audrey cerró sus ojos, era momento de olvidar a Alex era momento de que se volviera a enamorar de alguien más.

[...]

Audrey caminaba en busca de una blusa que Luna le pidió, así que fue a la habitación. Abriendo se encontró a Alex acomodando la cama.

- Perdón... Vine por una blusa de Luna.

- No te preocupes, deja bajo su maleta que está en el clóset.

Asintió yendo detrás de él, bajó la maleta y  sacó la blusa.

- ¿Es está?

Iba a responder, pero la puerta se cerró por el aire haciéndola espantar.

- Supongo, solo dijo que estaba en la maleta. Gracias...

AMOR DE CINE - QUACKITY Y SPREEN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora