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Audrey lloraba, ¿Dónde sacó que ella y Alex...? de verdad que su ánimo estaba por los suelos. Ver qué todas las personas te miren de una manera horrible era lo más doloroso del mundo, el rechazo.

Iván corrió para la dirección de Audrey, no la encontraba hasta verla acercándose poco a poco pero le ganaron, Alex llegó allí. Para él también era difícil, ya no abrazos ni pequeños besos por su cara cuando la veía... Realmente le gustaba tanto Audrey, la manera en que le dolía su corazón era desgarrador... El amor dolía y mucho para un corazón tan blando como del de ellos.

- Audrey... - Alex llegó hasta ella.

- Alex, ¿por qué se siente tan feo perder una amistad y que esa persona te odie hasta más no poder?

- No sé porque ella piensa todo aquello, nadie decide de quién enamorarse y se que puede ser doloroso para la persona... pero también debería entender que poner a todos en tu contra no está bien...

Alex la abrazó acariciando su cabello.

- Pero a mí me duele el que ella piense eso... De verdad a veces pienso que soy la peor persona del mundo.

- No lo eres Audrey, no pienses de esa manera...

El calor de los brazos de Alex eran cálidos, abrazándolo y estar llorando en sus hombros era bueno... Estaba destrozada en mil maneras, y su mente estaba bastante confundida.

[...]

Se llegaron las vacaciones, ella se la pasaba en su cuarto sola y triste. No le contestaba los mensajes a casi nadie, Fer iba a visitarla y muchas veces venía Roier, Juan y Abril... Alex e Iván eran su maldición, y no tener a una de sus mejores amigas también.

Su corazón estaba tan confundido, no sabía descifrar absolutamente nada. Ambos chicos le gustaban, ambos, pero siempre se dice que no puedes enamorarte de dos a la vez... Así que por eso lloraba, lloraba porque no sabía que era lo que sentía realmente por los dos.

Dibujando y leyendo era lo que hacía, mientras escuchaban musica aún más triste. Miró a su lado, el libro de Romeo y Julieta estaban allí e inmediatamente a su mente se le vino Iván.

La puerta fue abierta, se asomó era Roier.

- Hola, Roier. ¿Fer no vino contigo?

Roier sonrió y negó, se sentó en la cama de Audrey está vez estaba muy calmado, antes llegaba y hace muchos comentarios o mucho ruido.

- Audrey... Eres como mi mejor amiga, ¿Lo sabes? - A decir verdad no lo sabía, pero ahora sí, y sentía bonito que él la considerará así. - Y si no lo sabías, quiero que lo sepas, te estimo mucho y te quiero.

- ¿Que pasa, Roier? estás muy serio - Audrey dio una risita pero al verlo tan serio se empezó a asustar.

- Para mí también eres como una hermana, y me duele que la estés pasando de esta manera... Y no soy nadie para obligarte a decidir por quién te gusta, pero sinceramente, en mí. Iván y tú eran la pareja perfecta, Él... - Se quedó callado.

- ¿Él, que...?

Su corazón comenzaba a latir con fuerza, es como si el pánico hubiese llegado rápidamente a ella.
Pero seguía callado.

- Rogelio, habla de una vez. Me estás asustando.

- Tranquila, él está bien... Solo qué, el me pidió que no te dijera nada pero yo sé que al decírtelo era lo correcto. Iván regresa a Argentina pasado mañana por la noche.

Es como si un balde de agua helada cayera sobre ella, dejándose caer a su silla y sin saber que dicer.

- Realmente, espero que hagas lo correcto. Cualquier cosa que decidas te voy a apoyar... Y si al menos tú no sientes nada por Iván, créeme que le agradaría verte una vez más antes de irse.

Una lágrima cayó sobre su rostro, parece que todas las cosas que pasó con él pasarán tan rápido en recuerdos. Una presión sobre su corazón estaba allí, Iván eran tan bueno y tan dulce, y pronto se iría y ya no existiría más comunicación con él, ya no existirían nada de lo que tal vez intentaron ser...
Roier la abrazo, aunque Iván le prohibió decirle algo sabía que estaba haciendo lo correcto.

A la noche no dejaba de pensar y ese dolor en su pecho jamás se iba, un mensaje llegó a ella. Era Alex.

Alexis

- ¿Quieres salir mañana?
Quiero verte.

Quería mucho a Alex, y aquí de nuevo esa sensación tan fea de no saber a quien quiere más.
Decidió no contestarle, posiblemente salga con él pero por el momento solo quería estar sola.

[...]

Alex esperaba en el parque la llegada de Audrey, la vio corriendo hacía él. Ya no llevaba sus lentes y ahora llevaba el cabello suelto, se veía tan bonita con su nuevo estilo.

- Perdón por llegar tarde, el camión no llegaba - Está dijo.

- No te preocupes, todo bien. Vamos a comer.

Fueron a comer, después pasaron a una tienda de ropa.
Allí Audrey miró una camisa de rallas color verde y blanco, era como la que Iván uso una vez... Se quedó completamente ida mirando aquella camisa.

- ¡Audrey! - Ella volteó a mirar a Alex. - ¿Todo bien?

Ella asintió y suspiro - ¿Que dices?

- Está camisa me queda bien, ¿no?

La chica lo miró y en efecto, se veía muy guapo.

- Te miras muy bien, el azul te favorece muchísimo.

Caminaban, un silencio un poco incómodo pues nadie decía absolutamente algo para sacar aquella incomodidad.
Después sintió como Alex tomo su mano y la miró.

- Audrey, me gustas y mucho... Perdón su esto suena realmente irónico pero... Ahora solo somos tú y yo.

Alex se acercó lentamente tomando sus mejillas y depositando un beso sobre sus labios, no tuvo tiempo de reaccionar.

- Alex... ¿Que acabas de hacer?

- Besarte, y era algo que quería hacer desde hace mucho... Audrey yo... yo lamento no haberme dado cuenta de tus sentimientos, era muy evidente el que tú siempre me regalaras galletas y a los demás no, o cuando ibas a verme a entrar.

Audrey sintió pena por ella misma, tanto tiempo y recién se dio cuenta que todo eso no valió la pena.


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El siguiente CAP es el final, la historia es corta pero pues dije que la terminaría en en esta semana.




AMOR DE CINE - QUACKITY Y SPREEN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora