ˢᵃᵛᵉ ʸᵒᵘʳ ˡᵒᵛᵉ / 𝐬𝐮𝐚𝐲𝐞𝐨𝐧

[222]

Bora lleva hoy un crop top naranja con diseño de flores en maceta. El top es alto, y dónde se encuentra la mano de Siyeon -encerrada por la inflexible palma de Bora- su piel es suave y tersa. Los dedos de Siyeon se enroscan instintivamente, acercándola, hasta que sólo los separa el fino material de sus ropas y el aire húmedo. Siyeon súbitamente, totalmente valiente, presiona sus dedos en la suave piel de la cintura de Bora, frotando su pulgar por su cintura en lo que espera sea una caricia. Bora deja escapar un sonido agudo, haciendo que la fibra sensible de Siyeon se estremezca. Cuando Siyeon la mira, sonrojada de pies a cabeza, es un espectáculo para la vista, con la boca entreabierta, los ojos nublados y la nariz roja.

Los ojos de Bora vuelven a centrarse y se embriagan con una emoción que Siyeon no quiere nombrar. Se tambalea bajo la mirada de Siyeon y se levanta bruscamente, haciendo que la mano de esta caiga en el espacio que antes ocupaba Bora.
Así comienza su danza rutinaria de hacer todo lo posible para que los últimos momentos no hayan existido en lo más mínimo. Esto le parece bien a Siyeon. No es la primera vez que Bora finge así. Bora se reirá ahora, colocada y torpe, y se dirigirá apresuradamente a la salida de la casa de Siyeon.
Siyeon se parará justo delante de la puerta de madera cerrada de golpe y dolerá.

Lo que Siyeon no espera es que Bora le tienda la mano, con una mirada nada tímida, nada negadora. Siyeon coloca tímidamente su mano sobre la de Bora, que tira de ella. "Bien", dice ella, radiante, aunque no quiere mirar a Siyeon a los ojos ahora que están tan cerca.

"Así es exactamente cómo quiero que me llames. Deja que ponga algo de distancia entre nosotros y luego practica el mismo movimiento de pie".

"Vamos", dice Bora tras el asentimiento de Siyeon y siguiendo sus propias indicaciones. "Llámame".

Obedientemente, Siyeon se acerca, con el corazón en la garganta, rodea con su brazo la cintura de Bora y la acerca. "Kim Bo-Ra", dice en voz baja, enroscando sus dedos allí. "Hola".

A pesar del escalofrío -Siyeon no está muy segura de quién se estremece aquí: cuántas veces ha soñado con acercar a Bora de esta manera, sujetándola por la cintura, cómo si quisiera decirle a la gente "esta es Bora, y yo soy suya."-
que hace que su respiración se entrecorte por un momento, Bora sonríe a Siyeon, se da la vuelta y enrosca sus manos alrededor del cuello de Siyeon. Las manos de Siyeon automáticamente agarran la cintura de Bora con más firmeza.

"Singnieee", grita con una amplia sonrisa, sus ojos se convierten en lunas crecientes. "¡Hola!"

Siyeon le devuelve la sonrisa, tomando prestada la luz que emana de Bora.

"Esto es bonito" susurra Bora "¿Esto es cómodo para ti?"

"Lo es", responde Siyeon, tratando de englobar en palabras comprensibles lo mucho que ha deseado este mismo momento. "¿Tú?"

Con los ojos brillantes, Bora asiente, con mechones de pelo cayendo sobre su frente. "Siempre que un novio me hacía esto, por alguna razón, me sentía rara. Pero contigo Siyeon, se siente bastante normal".

Siyeon coloca esos mechones de pelo detrás de la oreja rosa brillante de Bora. "Normal", susurra.

Los ojos de Bora parpadean. El sol poniente, rara vez arroja luz en el apartamento de Siyeon, pero hoy, el naranja y el rosa del cielo parecen colorear toda su casa, y con ello, inunda el estado de Bora, haciéndola parecer etérea, resplandeciente. "Es muy poco lo que no hacemos", dice Bora.

Pone distancia entre ellas y vuelve a abrir su cuaderno, Bora es encantadora cuándo está decidida. "Tenemos que dominar estás señales no verbales, ¿de acuerdo? la novia de mi hermano es psicóloga. Ella se dará cuenta si hay alguna incomodidad entre nosotros. Así que aquí hay algunas cosas que debemos hacer..."