ˢᵃᵛᵉ ʸᵒᵘʳ ˡᵒᵛᵉ / 𝐬𝐮𝐚𝐲𝐞𝐨𝐧

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La mañana llega con un resplandor dorado debajo de los escombros del pesado gris. Históricamente, siempre ha sido Siyeon la que se despierta primero y Bora la que se despierta para perseguir el calor después de que haya desaparecido en su ausencia, pero esta mañana en particular, Bora se despierta primero. Una dulzura entrañable florece en el interior de Bora cuando se da cuenta de que está acurrucada en la cama alrededor de Siyeon, que la sujeta por la cintura, con una mano en el pelo de Bora, abrazándola como si no hubiera otro lugar para ellas que los brazos de la otra.

Si las cosas van bien, piensa ella, este tipo de mañanas es algo que siempre tendrá.

Bora no quiere pensar en que las cosas no vayan bien.
Racionalmente, siendo realistas, no hay ninguna razón para que las cosas no vayan bien. No después de la noche que han compartido, no después de todo lo que ha ocurrido desde entonces. Así que se levanta delicadamente de la cama y se cepilla los dientes, diciéndose a sí misma una y otra vez que no piense en las cosas que no van bien.

No piensa repetidamente en que su relación romántica más larga fue de tres semanas y en que perder a Siyeon la rompería si esta maldición continúa y si Siyeon se da cuenta de que Bora no es alguien a quien quiere en absoluto y en que hay una posibilidad, por pequeña que sea, de que su amistad se arruine por completo, sólo por el egoísmo de Bora v su incapacidad para mantener sus sentimientos bajo control.

Existe la posibilidad apocalíptica de que pierda a Siyeon.

La habitación da vueltas. Bora palidece ante la idea.
Presa del pánico, sale corriendo de la habitación que comparten, no queriendo quedarse allí más tiempo.

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Su-min casi choca con ella al salir, pero no obstante, mantiene a Bora firme. Con sólo una mirada, le confiesa que algo va realmente mal y la lleva a la sala de desayunos casi vacía. Le da a Bora un poco de agua y un caramelo y se sienta con su mano frotando círculos en su espalda, sin forzar ni una sola vez a Bora a hablar.

Quizá porque el silencio le resulta tan opresivo, Bora suelta: "Estoy enamorada de Siyeon".

La mano se detiene, pero Su-min sólo tararea. "Es un sentimiento que da miedo", dice.

"Siempre he estado enamorada de Siyeon", dice. "Y Siyeon...
probablemente siente lo mismo".

"Y, sin embargo, hay algo que le parece tan preocupante", señala Su-min.

Bora suspira y se da cuenta de que no hay otra salida que contarle a Su-min todo lo que ha pasado en un mes. Es una mala, malísima idea, sabiendo que no hay forma de pedirle a Su-min que le oculte esto a Ji Su, pero tiene que hablar, tiene que dejar salir esas palabras, por si se la comen viva.

Bora respira profundamente y comienza.

El 12 de julio, aproximadamente 10 minutos después de que Bora le diga a su ahora ex que no quiere volver a tener una cita con él, su teléfono se ilumina con My Singnie, como si hubiera intuido, de alguna manera, que Bora necesita urgentemente tiempo Siyeon.

"Sé que se supone que no hemos quedado hoy", dice Bora en lugar de saludarla, mordiéndose el labio mientras mira a lo lejos, "pero ¿podemos quedar para cenar de todas formas?"

Siyeon se queda callada durante un segundo, antes de decir:
"Por supuesto, en voz baja, y una parte del corazón de Bora -la que aún lloraba la pérdida de su ahora ex- se calma inmediatamente. "Había llamado, dice, "para pedirte precisamente eso".

No hay casi nada que Bora necesite, en realidad. Siyeon se enrosca en torno a esa jerarquía de necesidades: sin ella, su estructura se desmorona.

"Puedes..