Todos en IrradiaLuz esperaban que el hijo del rey y la reina tuviera una belleza fenomenal, dándose el caso, de que sus padres son hermosos. Pero, no fue así y su padre lo mantiene a ocultas del pueblo, condenado a limpiar con los sirvientes el cast...
Llegan al castillo, justo por atrás del mismo y Gulf se baja del caballo. Desanimado. Mew se apresura en bajar para alcanzarlo antes de que entre y continúe con sus deberes. Que de hecho, no deberían pertenecerle a un príncipe. —¡Princípe Gulf! — Llama.
El chico voltea.
—¿Le gustaría saber cómo usar una espada? Podemos enseñarte. Si los reyes no quieren, entonces aprenda de nosotros. Le enseñaremos todo lo necesario. — Se entusiasma Mew mirándolo por unos segundos. Intentando permanecer quieto sin remover la mirada.
—Pero, Caballero Mew, ¿cómo me enseñarán los modales de un príncipe al cenar, hablar si ustedes no son príncipes?
«Auch.» Mew desvía la mirada, pues no pensó en eso. Permanece pensativo. Durante ese trance Gulf va poniendo un pie tras el otro. Yéndose sin darle la espalda aún. Sigiloso. Intenta darle más tiempo de hablar solo por si acaso. Pero el Caballero permanece mirando el césped como si estuviera descubriendo los miles secretos de la Tierra en un segundo.
Gulf se va.
Para cuando Mew voltea diciendo, —Puedo hablar con Leonor--— Ya no hay nadie. Solo hay polvo del césped flotando alrededor. Ese polvo brilla con el resplandor del sol. Es un ambiente hermoso por demás. La esencia magnífica de IrradiaLuz. —Y se fue... Por supuesto. — Asiente repetidas veces, poniéndose cabizbajo.
🐸
Minutos más tarde, está en la Cascada de IrradiaLuz. Un lugar dónde el río más hermoso queda atascado en el medio de un bosque y la caída del mar luce como un umbral al más allá. Degradiendo los colores del arcoíris.
Kao está sobre unas rocas enormes a metros de la cascada sujetando una espada frente su pecho y apuntando hacia enfrente. Mew está en la roca previa también sujetando una espada. Ambos sonriendo cuales caballeros decididos a practicar.
—Entonces, quieres enseñarle a Gulf cómo balancear una espada, — Kao pega un brinco, y a medias, estando boca abajo sobre Mew, golpea su espada. Chispas caen del golpe metálico y Mew se da la vuelta para confrontarlo cuando cae perfectamente en pie sobre otra roca.—¿y todo lo que un príncipe requiere?
—Así es, — Mew lanza un golpe a su ser manteniendo una mano tras su espalda baja. Lanzan sus golpes letales de adelante a atrás únicamente practicando, pero en serio. Las espadas tintinean con cada golpe, y Mew brinca a la roca detrás para Kao brincar a la que él previamente habitaba. Siguen golpeando sin cesar. —quiero que tenga la educación que un príncipe debe tener, quizás tú tienes un poco de esa culpa, he sido motivado después de verte enseñarle montar.
—¡Ah! Quieres ser su maestro. — Kao sonríe, le gusta la propuesta.
Al césped lateral llega otro caballero. Uno especializado en arquería. Contrario a ellos, este es de una estatura promedio con piel bronceada y cabello negro tirado para atrás, solo un flequillo al medio se alza como aleta de tiburón. Sus muñecas andan abarrotadas con brazaletes marrones entrecruzados en “X”s. Viste una camisa púrpura de brazos holgados, pantalones oscuros y botas cuero.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
